Cultura
El antipoeta se lleva el Premio Cervantes
Nicanor Parra, de 97 años, el único poeta chileno vivo del triunvirato que hacía con Neruda y Huidobro, fue celebrado por la delegación de su país que acude a la FIL
Aunque su primer texto poético data de 1937 (Cancionero sin nombre) no fue hasta 1954 cuando los Poemas y Antipoemas del autor chileno, nacido en San Fabián de Alico el 5 de septiembre de 1914, causaron el asombro y el rechazo de los puristas amantes de la poesía clásica.
Parra, convertido hoy en un icono de varias generaciones, ha seguido la huella de sus compatriotas Jorge Edwards, quien ganó el Cervantes en 1999, y Gonzalo Rojas, laureado en 2003.
Ayer al mediodía, la noticia fue celebrada con tequila por parte de la delegación chilena que se encuentra en la ciudad con motivo de la Feria Internacional de Libro (FIL) de Guadalajara. Ahí estuvieron Antoni Skármeta, Cecilia García Huidobro, Marcela Serrano, Arturo Fontaine y Nona Fernández, quienes participan en diversas actividades y que tras el anuncio se emocionaron y se sintieron ellos mismos reconocidos, pues se saben herederos del espíritu de Nicanor Parra. Chile es el próximo país invitado de la FIL.
Al poeta de las casi diez décadas lo une con Guadalajara el haber recibido el primer Premio Juan Rulfo de Literatura, en 1991.
En la tarde de ayer sólo quedaban seis libros del poeta en la FIL. Entre el Fondo de Cultura Económica y el stand de Chile habían traído apenas poco más de una veintena.
Tras ocho votaciones, el chileno fue apoyado por la mayoría de los miembros del jurado para recibir el Premio Cervantes, que han respetado la ley no escrita de que cada año se conceda alternativamente a un escritor hispanoamericano y a un español. En 2010 fue la catalana Ana María Matute la que obtuvo este prestigioso premio, considerado el más importante de cuantos se conceden en habla hispana, dotado con 125 mil euros (168 mil dólares).
El triunvirato
Mayor de nueve hermanos artistas -entre ellos la folclorista Violeta Parra-, Nicanor llegó en 1932 a Santiago, estudió Física en el Instituto Pedagógico y después en Estados Unidos.
También residió en Inglaterra, donde cursó un doctorado en Cosmología en Oxford, pero su estancia allí sólo le acercó más a la poesía; pese a ello, esta universidad le distinguió en 2000 con el Honorary Fellow.
Admirado por Bob Dylan, Alan Ginsberg y Roberto Bolaño, Parra es un profundo devoto de clásicos como el propio Cervantes, Shakespeare y Dante y -según confesó una vez de Gonzalo de Berceo.
En este último, Parra creyó encontrar un remoto referente de la antipoesía, pues utilizó “el lenguaje del pueblo” en su creación literaria.
Antipoesía: lenguaje de lo cotidiano
Utilizar el “lenguaje del pueblo” es uno de los elementos principales de la poética de Parra, además de su temática, que pone al hombre común enfrentado a sus dilemas de la vida corriente.
La antipoesía es la poesía de lo cotidiano en su forma y en su fondo y Parra lo dejó en claro ya en 1954, cuando proclamó que “durante 50 años la poesía han sido el paraíso del tonto solemne”.
Preguntado después del éxito de Poemas y Antipoemas si buscaba ser el mejor poeta de Chile, respondió: “No, me conformo con ser el mejor poeta de Isla Negra”, en alusión a Pablo Neruda, que en ese entonces ya vivía en esa localidad de la costa central de Chile.
También aludió a otros poetas chilenos cuando proclamó: “No a la poesía de pequeño Dios (por Vicente Huidobro), no a la poesía de toro furioso (por Pablo de Rokha), no a la poesía de vaca sagrada (por Neruda)”.
Pese a esas arremetidas contra sus pares, Parra vive ahora en Las Cruces, un lugar situado entre Isla Negra, donde vivió y está sepultado Neruda, y Cartagena, donde vivió, murió y está enterrado Huidobro.
El hombre que definió su poesía como una montaña rusa donde quien se sube baja echando sangre por las narices ganó en 1969 el Premio Nacional de Literatura y publicó Obra Gruesa.
La izquierda chilena rompió con él por tomar té en la Casa Blanca con la esposa de Richard Nixon mientras él se declaraba ecologista y producía sin cesar nuevos volúmenes, entre ellos sus “Artefactos” (1972). Sermones y prédicas del Cristo de Elqui (1977), Nuevos sermones y prédicas del Cristo de Elqui (1979), Chistes para desorientar a la policía (1983), Coplas de Navidad” (1983), Poesía política (1983), Hojas de Parra (1985) Poemas para combatir la calvicie (1993), son otras de sus obras. También Páginas en blanco (2001), Lear Rey & Mendigo (2004), Obras completas I & algo + (2006) y Discursos de Sobremesa” (2006).
Un largo camino poético, en el que alguna vez se declaró agotado (”Yo quería seguir poetizando,/ pero se me terminó la inspiración”) o desencantado (”Ya no me queda nada por decir,/ todo lo que tenía que decir,/ Ha sido dicho no sé cuántas veces).
Pero a despecho de lo anterior, convertido según el crítico Harold Bloom, en uno de los mejores poetas de Occidente, ha seguido creando.
Mientras tanto, afina los últimos detalles de su Anti Museo, que construye en Isla Negra, y da los últimos retoques a dos nuevos libros: Cacha la hueá y El Marica de Shakespeare, títulos en la línea de sus “artefactos”, verdaderos misiles poéticos (”Si los maricones volaran/ no se vería la luz del sol”; “Cuba sí, yanquis también”).
La descripción de sí mismo que hizo en Epitafio: “De estatura mediana (...). Flaco de nacimiento, aunque devoto de la buena mesa. De mejillas escuálidas y de más bien abundantes orejas. Con un rostro cuadrado en que los ojos se abren apenas y una nariz de boxeador mulato (...). Ni muy listo ni tonto de remate. Fui lo que fui. Una mezcla de vinagre y aceite de comer. ¡Un embutido de ángel y bestia!”.
EFE/EL INFORMADOR
VOCES
''(Destaco) su manera de usar el español desde márgenes activos que le dan un sello muy vital. Su deliciosa cotidianidad, su síntesis ríspida de emociones, una provocación de humor, su alegre anarquismo, su pasión ecológica.' '
Antonio Skármeta, escritor chileno
''La gracia es que la antipoesía estableció como refrencia no un modelo, sino una actitud, una forma de ser poeta, una forma de abordar el lenguaje. No es que tengamos unos parritas que escriben como él, sino que deja esta actitud irreverente.''
Cecilia García Huidobro, periodista chilena
“La justicia tarda, pero llega, dicen en el campo. Tendrían que habérselo dado hace 50 años, pero estamos felices. Lo que él ha hecho con la palabra, con la poesía es tan revolucionario.Constituye un referente para una cantidad de generaciones.''
Marcela Serrano, escritora chilena
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