Cultura

El amor juvenil de José Clemente Orozco

El libro plasma el estallido de su alma en el amor y de sus pasiones artísticas, así como la descripción del México de su tiempo

CIUDAD DE MÉXICO (25/JUN/2010).- Circula en México el libro 'El joven Orozco. Cartas de amor a una niña', donde se establece un convivo entre la correspondencia amorosa del pintor José Clemente Orozco junto a un agudo ensayo de la escritora Adriana Malvido.  

Malvido, quien también es historiadora del arte, se ha hecho asimismo cargo de la selección y edición de la correspondencia y los dibujos inéditos del artista, elaborados en sus años de juventud, hacia una bella adolescente de la que estuvo enamorado.  

Orozco, junto con David Alfaro Siqueiros y Diego Rivera, integra la trilogía de los grandes muralistas que ha dado México, maestros de la Escuela Mexicana de Pintura, a decir de los críticos.  

En las páginas del libro, publicado por Random House Mondadori, se abre un mural desconocido de Orozco: el estallido de su alma en el amor y de sus pasiones artísticas.  

Refugio y Orozco se conocieron en la Ciudad de México, eran vecinos, ella vivía con su familia en la misma vecindad del centro de la capital en la que Orozco rentaba un pequeño cuarto.  

El amor a primera vista los llevó a escribirse todos los días, la relación continuó a través de cartas durante una década más.  

A través de esta correspondencia se halla pasión, ideas, sufrimiento, inteligencia, ternura, violencia, poesía, dulzura, humor, delirio, juego, extenuante emoción, neurosis y, sobre todo, rebeldía y deseo.  

El de Orozco y Refugio es un amor en medio del movimiento revolucionario y de los cambios más dramáticos y luminosos en el arte mexicano.  

Dentro del contexto en que se da la relación amorosa, Orozco se convierte en un fino cronista de su tiempo y refleja cómo se vive en la Ciudad de México, las formas en que funcionan las vías de comunicación y el transporte, la vida cultural, el teatro, y el circo.  

Las cantinas, las calles, los paseos al campo, las costumbres de la época, el cambio de valores, el lugar de la mujer en la sociedad y la educación, son temas que pasan por la sensibilidad del artista y su mirada atenta a todo lo que sucede alrededor.  

La pasión que habita en las cartas del muralista para Refugio resulta única, no sólo por tratarse de una relación platónica que revela el poder de su imaginación, sino por el periodo de su trayectoria en que se da el intercambio epistolar.  

Así como porque, en su deseo, el pintor expone su más profunda intimidad y la fuerza espiritual que lo mueve en la vida.  

Orozco nació el 23 de noviembre de 1883 en Zapotlán, actual Ciudad Guzmán, Jalisco; fue uno de los muralistas más impresionantes de todo el arte mexicano; también fue litógrafo y dibujante.  

Graduado en la Escuela Nacional de Agricultura, estudió más tarde matemáticas y dibujo arquitectónico. Es autor de numerosas obras pictóricas, tanto en murales como en lienzos, y se le reconoce mundialmente. Falleció el 7 de septiembre de 1949, en la Ciudad de México.  
Síguenos en

Temas

Sigue navegando