Cultura

El INAH y Guerrero impulsan rescate de Piedra Labrada

Buscan investigar y proteger la zona arqueológica con un proyecto en el que trabajarán 12 arqueólogos

CIUDAD DE MÉXICO (10/JUN/2013).- A fin de impulsar la investigación, protección y conservación de la zona arqueológica de Piedra Labrada, el gobierno de Guerrero y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) firmaron un acuerdo, que incluye la creación de un museo de sitio.

El proyecto en el que trabajarán 12 arqueólogos, fue signado el pasado 7 de junio por Ángel Aguirre, gobernador de Guerrero, y Sergio Raúl Arroyo, director general del INAH, e iniciará su primera temporada este año, informó el instituto.

Ángel Aguirre aseguró que impulsará la iniciativa con una inversión en la que el INAH participará en la elaboración, puesta en marcha, control y dirección de este proyecto, que se afinara en un anexo técnico de ejecución.

El gobernador indicó que se ha invertido en la apertura de una carretera y la implementación de un programa de construcción de viviendas para la población aledaña a la zona arqueológica, ubicada en el municipio de Ometepec, al sureste de la entidad.

Asimismo, el etnólogo Sergio Raúl Arroyo dijo que dichas condiciones son indispensables para convocar de manera natural a la comunidad al cuidado de una de las tres zonas arqueológicas del país más extensas sin explorar.

"El objetivo es desarrollar de manera conjunta, un modelo de trabajo y de desarrollo social con su población", aseguró.

Este acuerdo se complementará con la creación de un museo de sitio y la unidad de servicios en Piedra Labrada, con recursos del estado y la asesoría del INAH.

La investigación de este centro ceremonial, junto con estudios de área, permitirá conocer la dinámica social de esta región y permitirá una aproximación al mosaico étnico y su desarrollo a lo largo de los siglos.

La zona arqueológica de Piedra Labrada se perfila más como un centro pluriétnico, que como el resultado de la influencia de otras culturas.

El sitio cuenta con una extensión de 200 hectáreas y tuvo una ocupación ininterrumpida entre los periodos Clásico y Posclásico (200 a 1519 d.C.), con apogeo entre los siglos VII y XI; habitaron grupos culturales como los tlapanecos, mixtecos y amuzgos y los desaparecidos ayacaxtlas y yopes.

Se caracteriza principalmente por su escultura en piedra que le da el nombre al sitio, de la cual se han ubicado 22 monolitos dispersos por toda el área monumental.
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