Cultura

El INAH restauró piezas importantes en 2011

Este fue un año ocupado en resguardar los vestigios más significativos en la cultura mexicana

CIUDAD DE MÉXICO (27/DIC/2011).- El monitoreo a la tumba de Pakal y la restauración de los murales de Bonampak, así como la rehabilitación de dos frescos de Rufino Tamayo, son algunos de los trabajos más relevantes que realizó el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) durante 2011.

Sobre el monitoreo a la tumba del gobernante maya Pakal, en el Templo de las Inscripciones de Palenque, Chiapas, el INAH explicó que se hizo mediante el uso de equipo especializado de registro, que continuamente mide la temperatura y humedad presentes en el sepulcro y piso de la cripta.

Asimismo, en este espacio subterráneo se realizó el procesamiento de los datos recabados durante los estudios previos a las maniobras mediante las que se selló la lápida, misma que fue levantada y suspendida en la década de 1950 por el arqueólogo Alberto Ruz.

De vuelta a 2011, se atendió el Ex Convento de La Merced, declarado Monumento Histórico el 13 de junio de 1932, el cual albergará el Centro Nacional de la Indumentaria, Diseño Textil y Música; se trata de uno de los pocos ejemplos de arquitectura estilo mudéjar que se conservan en México.

Entre las obras efectuadas en el inmueble, que ocupa dos mil 400 metros cuadrados de superficie, la Coordinación Nacional de Monumentos Históricos del INAH vectorizó todas las columnas y arcos con la técnica de escáner láser, que hace el registro de toda la superficie a restaurar.

A partir de este procedimiento, se obtuvieron planos tridimensionales de cada elemento arquitectónico para detectar la mínima grieta o deformación, y a partir de esta información se define con gran precisión qué partes necesitan reparación o sustitución.

Otros trabajos realizados en este sentido por el INAH durante 2011, destacó la restauración de dos frescos plasmados por el pintor oaxaqueño Rufino Tamayo: El canto y la música y Revolución.

Ambos fueron creados en la década de 1930, ubicados respectivamente en la sede del Museo Nacional de las Culturas y la Subdirección de Laboratorios y Apoyo Académico del INAH.

De acuerdo con los últimos informes, El canto y la música requirió año y medio de labores y en él, Tamayo pintó mujeres indígenas que cantan y tocan instrumentos populares; mientras que Revolución se llevó siete meses de trabajos, y en él retrató la rebelión de las clases obrera y campesina contra la burguesía.

Asimismo, se dio inicio a los trabajos de restauración integral del área conocida como “Gran Nivelación” de Chichén Itzá, donde se encuentran seis de los principales edificios del sitio maya.

Se trata de una atención integral que no se llevaba a cabo desde 1922, y que busca corregir intervenciones llevadas a cabo a principios del siglo XX, así como problemas causados por el exceso de humedad propio de la región y el paso del tiempo.

Con la entrega de cinco óleos a la Misión de Nuestra Señora de Loreto, en Baja California Sur, concluyó la restauración de esta colección pictórica procedente del siglo XVIII, conformada por 15 cuadros en los que están plasmados la Virgen María y los santos, objetos de mayor devoción en las misiones jesuitas.

Considerada una de las colecciones más importantes del país por sus valores estético e histórico, estas obras novohispanas fueron creadas para la primera misión que se estableció en la península de California, las cuales fueron intervenidas en dos etapas por especialistas del INAH.

Otro importante trabajo de restauración que realiza el INAH es el de los murales prehispánicos de Bonampak, en Chiapas, una de las grandes obras plásticas prehispánicas que aún se conservan completas; su intervención arrancó este año y se extenderá a lo largo de cuatro o cinco años.

Hasta el momento, las labores realizadas por los especialistas permiten admirar de nuevo la viveza del azul maya y los tonos amarillos, verdes, rojos, ocres y negros con que fueron perfilados personajes que aparecen celebrando la victoria de Bonampak, ocurrida en 787 d.C.

En 2011 también se restauraron el Códice de San Nicolás Coatepec; una colección de cerca de 100 piezas orgánicas de más de mil años de antiguedad vinculadas a la cultura zoque y el templo XX de Palenque, en cuyo interior se sabe de la existencia de una cámara funeraria con los restos de un personaje de alta jerarquía maya.

El monitoreo a la tumba de Pakal y la restauración de los murales de Bonampak, en Chiapas, son algunos de los trabajos relevantes realizados este 2011. NTX


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