Cultura
El INAH colabora en restauración de sitio Inca
Apoya los trabajos de excavación y conservación del asentamiento Potrero de Payogasta, ubicado en Argentina
CIUDAD DE MÉXICO (13/AGO/2013).- El Instituto Nacional de Antropología e Historia (
INAH), en colaboración con la Dirección General de Patrimonio Cultural de Provincia de Salta, apoya los trabajos de excavación y restauración del
asentamiento inca Potrero de Payogasta, ubicado en el noroeste de Argentina.
La urbe, que se remonta a mediados del siglo XV -aunque se han encontrado evidencias de ocupación más temprana-, está integrada al Qhapaq Ñan, sistema vial andino que es promovido por seis países sudamericanos para su inscripción como Itinerario Cultural en Lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO.
De acuerdo con el INAH, el investigador del INAH Luis Alberto Martos López, director del Proyecto Arqueológico Potrero de Payogasta, trabaja en las tareas arqueológicas que quedaron pendientes en la última temporada de campo realizada en 2012.
Respecto a las labores desarrolladas en el sitio, explicó que el año pasado se trabajó sobre la estructura Ushnu, altar donde se ofrendaba a las deidades con una bebida fermentaba conocida como chicha. Ahí, se sentaba el "curaca" o gobernante que preside ceremonias, rituales, fiestas y audiencias.
Los estudios arqueológicos indican, hasta ahora, que el lugar estuvo relacionado con la planeación de la ciudad.
Asimismo, se determinó un nuevo enfoque sobre la conformación del yacimiento arqueológico; "se trata de todo un sistema, pues a él se integran otros sitios", anotó el especialista.
Describió que a la entrada del valle se encuentra el sitio de Cortaderas, que debió cumplir una función administrativo-militar, mientras que la parte donde residía la élite era el Potrero de Payogasta.
Esta hipótesis se sustenta en que ambos sitios poseen estructuras de función muy distinta. Por ejemplo, en Cortaderas no existe evidencia de un Ushnu (espacio sagrado equivalente al momoxtli o altar, en Mesoamérica), en Potrero de Payogasta tampoco se observan los galerones o "multicuartos" que distinguen al primero.
Si bien Potrero de Payogasta se asocia con el periodo incaico que puede remitirse a mediados del siglo XV o a partir de 1481 d.C., también se ha ubicado material del 500 d.C. y del 900-1000 d.C.
"Cerca de 20 por ciento del material cerámico que hemos recolectado es inca y el resto está vinculado a desarrollos regionales. Parece que los incas enviaban representantes a estos sitios lejanos, pero mantenían a la élite local. Nos importa saber hasta qué grado era la influencia cultural inca y qué tantos elementos autóctonos se preservaron", señaló Martos López.
Es de mencionar que los trabajos que se emprenderán este 2013 en Potrero de Payogasta incluirán, además, la restauración de una serie de cuartos redondos que se ubican en el área central del sitio.
Los avances del Proyecto Arqueológico Potrero de Payogasta serán dados a conocer el viernes 25 de octubre en el Museo del Templo Mayor, como parte de las Jornadas de Arqueología.
La urbe, que se remonta a mediados del siglo XV -aunque se han encontrado evidencias de ocupación más temprana-, está integrada al Qhapaq Ñan, sistema vial andino que es promovido por seis países sudamericanos para su inscripción como Itinerario Cultural en Lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO.
De acuerdo con el INAH, el investigador del INAH Luis Alberto Martos López, director del Proyecto Arqueológico Potrero de Payogasta, trabaja en las tareas arqueológicas que quedaron pendientes en la última temporada de campo realizada en 2012.
Respecto a las labores desarrolladas en el sitio, explicó que el año pasado se trabajó sobre la estructura Ushnu, altar donde se ofrendaba a las deidades con una bebida fermentaba conocida como chicha. Ahí, se sentaba el "curaca" o gobernante que preside ceremonias, rituales, fiestas y audiencias.
Los estudios arqueológicos indican, hasta ahora, que el lugar estuvo relacionado con la planeación de la ciudad.
Asimismo, se determinó un nuevo enfoque sobre la conformación del yacimiento arqueológico; "se trata de todo un sistema, pues a él se integran otros sitios", anotó el especialista.
Describió que a la entrada del valle se encuentra el sitio de Cortaderas, que debió cumplir una función administrativo-militar, mientras que la parte donde residía la élite era el Potrero de Payogasta.
Esta hipótesis se sustenta en que ambos sitios poseen estructuras de función muy distinta. Por ejemplo, en Cortaderas no existe evidencia de un Ushnu (espacio sagrado equivalente al momoxtli o altar, en Mesoamérica), en Potrero de Payogasta tampoco se observan los galerones o "multicuartos" que distinguen al primero.
Si bien Potrero de Payogasta se asocia con el periodo incaico que puede remitirse a mediados del siglo XV o a partir de 1481 d.C., también se ha ubicado material del 500 d.C. y del 900-1000 d.C.
"Cerca de 20 por ciento del material cerámico que hemos recolectado es inca y el resto está vinculado a desarrollos regionales. Parece que los incas enviaban representantes a estos sitios lejanos, pero mantenían a la élite local. Nos importa saber hasta qué grado era la influencia cultural inca y qué tantos elementos autóctonos se preservaron", señaló Martos López.
Es de mencionar que los trabajos que se emprenderán este 2013 en Potrero de Payogasta incluirán, además, la restauración de una serie de cuartos redondos que se ubican en el área central del sitio.
Los avances del Proyecto Arqueológico Potrero de Payogasta serán dados a conocer el viernes 25 de octubre en el Museo del Templo Mayor, como parte de las Jornadas de Arqueología.
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