Cultura
El American School celebró la segunda y última jornada del Art Fest 2011
Una de las actividades que más llamó la atención de chicos y grandes fue la intervención del pintor Javier Arévalo
Después de la exitosa subasta del viernes por la noche en la que se vendió buena parte de la colección del catálogo y algunas de las firmas como Toledo, Coronel y Arévalo, el sábado la institución bilingüe abrió nuevamente sus puertas para que todo público pudiera apreciar más del trabajo de los 49 artistas participantes, quienes estuvieron presentes en sus stands para dialogar con los interesados.
Una de ellas es Paloma Andreu, quien se mostró contenta por haber vendido su pieza Sin Huesos en la subasta del día anterior. “Ahorita no he vendido nada, pero mucha gente pregunta. Me dijeron que normalmente es al final del día cuando se deciden a comprar, para que no les pesen las piezas”, dijo Paloma, quien además estudió la secundaria en el American School y participa por segunda vez en esta iniciativa.
En el patio central del colegio se instalaron varios toldos en cuyo interior se desarrollaron las diversas actividades del festival anual, que además de la exhibición y venta de escultura y pintura de las más variadas técnicas y estilos, incluyeron otras disciplinas artísticas –como el baile, el canto y la música— interpretadas por alumnos e invitados en un escenario montado al centro del espacio.
Así, mientras muchos niños corrían, los padres de familia se saludaban, otros admiraban las obras de artistas y alumnos, y algunos tomaban un descanso para comer o tomar algo, en la tarima se sucedían diversos grupos como los coros de la primaria, secundaria y preparatoria, el baile flamenco de la agrupación de señoras “Alegrías”, y el baile contemporáneo de pequeñas alumnas. El cartel continuó durante el día para finalmente cerrar con el grupo local de rock Los Cheches.
Una de las actividades que más llamó la atención de chicos y grandes, fue la intervención del pintor Javier Arévalo en un cuadro que algunos alumnos comenzaron días antes bajo el tema de la hermandad. Muy concentrado y portando lentes oscuros, el maestro Arévalo dio su toque a esta obra colectiva, mientras los espectadores lo miraban atentos y le hacían fotografías.
Una vez concluida la intervención, los niños hicieron fila para que el renombrado pintor les diera su autógrafo. Como Yessica Alexandra de 10 años, quien fue una de las elegidas para participar en la pintura, en la que plasmó una hilera de personas tomadas de las manos.
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