Cultura
Eko presenta un libro sin caducidad
En Aforismos y máximas, Héctor de la Garza Batorski recopila “las pasiones humanas” que ha publicado en medios de comunicación
“El amor al arte ha sido mi búsqueda”, dice este neoleonés, que inició “dibujando, con la línea, pero ahora escarbo con un cuchillo entre la oscuridad para encontrar la luz”.
Las imágenes que salen de su interior, y que plasma en su nueva apuesta, señala, “los saco observando nuestra propia naturaleza humana. Trato de ser testigo de mí mismo”.
Los aforismos, empata, “son contundentes” por definición y pretende dibujar “las pasiones humanas que son eternas. No cambian”.
Este artista plástico ha publicado su obra en medios como Siempre!, Uno más uno, The New York Times, El Nacional, El Financiero y El Universal.
Luego de dos años de trabajo, de recopilar cada obra hecha, Eko advierte que “el libro lleva una rigurosa secuencia”.
Y es que la idea es que cada uno de estos aforismos ilustrados puedan ser para cada día del año que inicia, pues son trescientos sesenta y cinco. “Quería que fueran atemporales”.
A decir de Héctor de la Garza Batorzki (1958) -como dicen sus tarjetas de identidad- “el arte tiene algo de oracular, por eso quise hacer un libro oracular”, y que cuando el lector habrá sus páginas, encuentre una respuesta a sus dudas.
“Aforismos y máximas habla golpeado”. Y obsequia una imagen en palabras: “Los aforismos son como piedras en el camino, que están a los costados. Caminas y caminas y siguen allí”.
Muchas podrían ser las razones por las cuales abrazó este camino, y no otro como forma de expresión artística: podría ser que se rebeló y quiso armar su propia historia gráfica, inspirado en aquel libro de El Decamerón, o porque quiso presumir que tenía imágenes sórdidas en su interior, o mejor aún quiso entender el mundo y explicarlo a partir de las pasiones que nos dominan a los humanos; si pudieron ser esos los motivos, pero él lo explica mejor: “Las emociones eran -en su interior- tan desordenadas, que necesitaba la línea y el trazo, el látigo del dibujo. La línea limita, acota; crea y da forma a los vicios que son pecados”.
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