Cultura
Dos generaciones después, dudosa relevancia de discurso para jóvenes negros
Desempleo, deserción escolar, embarazos adolescentes, madres solteras, abortos y encarcelamiento son más altos entre negros que entre blancos
"Para quienes fueron oprimidos, el pasado es demasiado doloroso como para hablar de ello", dijo Clayborne Carson, quien es el editor oficial de los documentos de King, y quien llegó a Washington para conmemorar, esta semana, el 50 aniversario del discurso "I Have a Dream".
"Y quienes fueron los opresores sienten culpa por ese pasado, y tampoco lo hablan", añadió. "A esto se suma la amnesia histórica típica de Estados Unidos, un país que poco mira y aprende del pasado, y sueña siempre con un futuro mejor".
Jineea Butler, graduada en psicología, miembro de la Galería de Atletas Famosos y fundadora de Hip Hop Union, fue más drástica: el discurso "no es relevante para esta generación de hoy".
"Hoy no hay un plan, no hay dirección, no existe el enfoque en una meta común", escribió Butler mientras viajaba desde Nueva York para sumarse a la conmemoración. "Como resultado, no hay progresión".
"La generación más joven parece aprender por la visualización y si los resultados no son tangibles instantáneamente, los jóvenes no se sienten motivados para crear el cambio", añadió.
En opinión de Butler la división entre la generación del movimiento por los derechos civiles y la generación más joven "es lo que impide la unificación de fuerzas para el cambio".
"Hasta que a los jóvenes se les hable en su lenguaje no entienden el asunto. Se trata sólo de una reiteración de hechos sin inicio de la acción", continuó. "Hasta que se demuestre que hoy, en este presente y este tiempo, puede alcanzarse un resultado positivo mediante acciones específicas, el mensaje caerá en oídos sordos".
Los jóvenes, en opinión de Carson, reconocen algunas frases selectas y repetidas del discurso, pero casi nadie recuerda que el tema de la Marcha en Washington el 28 de agosto de 1963 fue "Libertad y empleos".
Actualmente las tasas de desempleo, deserción escolar, embarazos adolescentes, madres solteras, abortos y encarcelamiento son notablemente más altas entre los negros que entre los blancos.
Una encuesta del Centro Pew titulada "El sueño de King sigue siendo una meta esquiva", divulgada esta semana, encontró que sólo el 26 por ciento de los afroamericanos cree que la situación para los negros ha mejorado en los últimos cinco años, y el 21 por ciento cree que ha empeorado.
"No podemos esperar que los jóvenes conecten con la historia de la segregación racial y la lucha por los derechos civiles si no se les enseña en las escuelas, no se habla en las familias", opinó Carson, quien es profesor en la Universidad Stanford, California.
Sía Saunderson, de 31 años de edad, asistente médica, oriunda de Charlotte, en Carolina del Norte, soltera y madre de un varón de nueve años, recuerda que sí leyó todo el discurso en la escuela intermedia, pero no lo conoce en detalle.
"El mensaje fue que algún día todas las personas estarían en pie de igualdad con las mismas oportunidades", dijo Saunderson. "Mi madre me ha contado cómo eran las cosas durante la segregación en Virginia Occidental, cómo los escolares negros debían ubicarse en los asientos de atrás en el autobús, o el tiempo cuando no se les permitió que tomaran el autobús y debían caminar a la escuela".
Cinco décadas después del sermón de King "no han habido muchos cambios, y mucho depende de en qué parte del país una viva. En el Sur todavía hay grandes problemas para las jóvenes negras".
King también predicó la convivencia de blancos, negros, latinos, asiáticos, y sin embargo aún ahora, en Estados Unidos, cada grupo tiende a congregarse con sus pares: en las fiestas de negros poco o ningún blanco es invitado, y vice versa.
"Una tiende a congregarse con las personas con las cuales se siente cómoda", comentó Saunderson. "Yo recuerdo que en la escuela primaria todos nos mezclábamos pero ya en la secundaria cada uno iba con su grupo".
El profesor de estudios religiosos en la Universidad Gonzaja, Washington, Matthew Rindge cree que debería cesar la conmemoración de King y su discurso como un sermón limitado a las relaciones raciales y el derecho de voto, al tiempo que se olvida el mensaje mucho más perdurable sobre justicia social y empleos.
"Recordar a King principalmente por su lucha contra la segregación es recordarlo mal", escribió Rindge en su blog. "Estados Unidos ha hecho con King lo que las iglesias han hecho con Jesús: remodelarlo a nuestra imagen y semejanza".
"La domesticación y esterilización de King ha sido la única forma de integrarlo en nuestra conciencia nacional", añadió. "La alternativa, poco probable, sería cuestionar los dos motores sagrados de Estados Unidos: la economía y la fuerza militar. Irónicamente las críticas de King a la pobreza y el militarismo son hoy más relevantes que su trabajo por la integración racial".
En el seno de la familia de Parris Little, de 26 años, también se ha hablado de la era de la segregación y una tía fue miembro del grupo militante Panteras Negras. Así esta joven, que en diciembre completará su maestría en salud mental en el Colegio Springfield, Delaware, escuchó historias sobre la época en que blancos y negros tenían asientos, espacios en estaciones y baños públicos separados.
"La relevancia del discurso, para mí, es que si estoy resuelta a lograr mis expectativas más elevadas el color de mi piel no determina cuán lejos puedo llegar", explicó Little, cuyo ancestro incluye afroamericanos, una abuela india y un bisabuelo irlandés.
"El que haya nacido con la piel oscura no va a restringir mi potencial", continuó Little, quien ve en su ambiente universitario una socialización más diversa, con parejas "birraciales".
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