Cultura
Documentan danza ancestral de huasteca hidalguense
El disco libro documenta los antecedentes históricos de la región Huasteca, así como la presencia religiosa en dicho territorio
Huasteca, que se celebra en el barrio de La Ceiba de la comunidad de Chililico, en Huejutla, Hidalgo.
El etnohistoriador de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), Joel Lara González, encabezó la investigación musical y dancística de esta manifestación de culto a los ancestros, cuya interpretación se realiza del 31 de octubre al 2 de noviembre, y del 15 al 30 de ese último mes, se informa en un comunicado del Instituto Nacional de Antropología e Historia ( INAH).
Aunque la Danza de Cuanegros se celebra en distintas partes de la región Huasteca, en el caso específico de los nahuas de Chililico (Huejutla), es una representación que convoca, a través del cuerpo de los danzantes, a los ancestros en su regreso al mundo de los vivos, explicó Lara González.
El nombre de esta danza tiene su origen en el náhuatl: cuahuehue (viejo de madera) y tlaquastecapantlalli (tierra de la Huasteca). Al paso de los siglos cuahuehue se transformó en Cuanegros (los viejos que danzan con máscaras de madera), y tlaquastecapantlalli, los que están o danzan en la tierra de la Huasteca.
En una primera parte, en el contexto festivo del Micca Ilhuitl, cuya acepción más cercana refiere al Día de Muertos, la danza recorre los ocho barrios de la comunidad hidalguense, para concluir, en su segunda parte, con el “destape”, acto en el que los danzantes se quitan las máscaras y paliacates de sus rostros, para dejar de ser ese vínculo material entre el mundo de los vivos y el de los muertos.
La música guía a los Cuanegros en la danza, quienes llevan consigo, para todas las casas del barrio de La Ceiba, la “presencia”, los poderes curativos y la protección de los que son representados por los danzantes.
La grabación contiene 13 sones, como “El comanche”, “La llegada de los Cuanegros” o “Los matlachines”, todos interpretados por el Trío Tierra Artesana, integrado por Horacio Hernández Hernández (violín), David Alvarado Hernández (jarana huasteca) y Juan Hernández Pascual (quinta huapanguera), hay sones y un par de piezas que amenizan la espera afuera de la casa de los Cuanegros, antes de que los danzantes se transformen”, dijo.
Existen momentos de mayor rito-teatralidad, por ejemplo, cuando se interpreta el son “La Xochipitzáhuatl”, los danzantes-ancestros se preparan para traspasar el umbral y entrar al camposanto, es un momento muy emotivo.
El disco va acompañado de un libro que documenta, entre otros temas, los antecedentes históricos de la región Huasteca, del lugar donde se celebra esta festividad (Huejutla), así como la presencia religiosa en dicho territorio.
La grabación será presentada este 24 de julio, a las 18:00 horas, en la Sala Abundio Martínez del Centro de las Artes de Hidalgo, ubicada en el Ex Convento de San Francisco, en Pachuca, Hidalgo.
El disco-libro, editado por la Fonoteca de la Coordinación Nacional de Difusión del INAH, es el número 60 de la Serie Testimonio Musical de México, surgió como parte de un taller realizado en la ENAH bajo el título Danza Tradicional: Texto-Cuerpo-Ritual, donde se exploraron alternativas para el registro y análisis de esta expresión dancística.
CIUDAD DE MÉXICO (22/JUL/2014).- Con el disco libro “¡Cuahuehue tlaquastecapantlalli! La Danza de Cuanegros”, queda registrada musical y gráficamente, una de las danzas ancestrales más importantes de la región
El etnohistoriador de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), Joel Lara González, encabezó la investigación musical y dancística de esta manifestación de culto a los ancestros, cuya interpretación se realiza del 31 de octubre al 2 de noviembre, y del 15 al 30 de ese último mes, se informa en un comunicado del Instituto Nacional de Antropología e Historia ( INAH).
Aunque la Danza de Cuanegros se celebra en distintas partes de la región Huasteca, en el caso específico de los nahuas de Chililico (Huejutla), es una representación que convoca, a través del cuerpo de los danzantes, a los ancestros en su regreso al mundo de los vivos, explicó Lara González.
El nombre de esta danza tiene su origen en el náhuatl: cuahuehue (viejo de madera) y tlaquastecapantlalli (tierra de la Huasteca). Al paso de los siglos cuahuehue se transformó en Cuanegros (los viejos que danzan con máscaras de madera), y tlaquastecapantlalli, los que están o danzan en la tierra de la Huasteca.
En una primera parte, en el contexto festivo del Micca Ilhuitl, cuya acepción más cercana refiere al Día de Muertos, la danza recorre los ocho barrios de la comunidad hidalguense, para concluir, en su segunda parte, con el “destape”, acto en el que los danzantes se quitan las máscaras y paliacates de sus rostros, para dejar de ser ese vínculo material entre el mundo de los vivos y el de los muertos.
La música guía a los Cuanegros en la danza, quienes llevan consigo, para todas las casas del barrio de La Ceiba, la “presencia”, los poderes curativos y la protección de los que son representados por los danzantes.
La grabación contiene 13 sones, como “El comanche”, “La llegada de los Cuanegros” o “Los matlachines”, todos interpretados por el Trío Tierra Artesana, integrado por Horacio Hernández Hernández (violín), David Alvarado Hernández (jarana huasteca) y Juan Hernández Pascual (quinta huapanguera), hay sones y un par de piezas que amenizan la espera afuera de la casa de los Cuanegros, antes de que los danzantes se transformen”, dijo.
Existen momentos de mayor rito-teatralidad, por ejemplo, cuando se interpreta el son “La Xochipitzáhuatl”, los danzantes-ancestros se preparan para traspasar el umbral y entrar al camposanto, es un momento muy emotivo.
El disco va acompañado de un libro que documenta, entre otros temas, los antecedentes históricos de la región Huasteca, del lugar donde se celebra esta festividad (Huejutla), así como la presencia religiosa en dicho territorio.
La grabación será presentada este 24 de julio, a las 18:00 horas, en la Sala Abundio Martínez del Centro de las Artes de Hidalgo, ubicada en el Ex Convento de San Francisco, en Pachuca, Hidalgo.
El disco-libro, editado por la Fonoteca de la Coordinación Nacional de Difusión del INAH, es el número 60 de la Serie Testimonio Musical de México, surgió como parte de un taller realizado en la ENAH bajo el título Danza Tradicional: Texto-Cuerpo-Ritual, donde se exploraron alternativas para el registro y análisis de esta expresión dancística.
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