Cultura

Ditoria, el oficio artesanal del editor

El Museo de Arte Moderno de la Ciudad de México abrirá una exposición dedicada a la casa de publicaciones

GUADALAJARA, JALISCO (01/SEP/2010).-  En el taller Ditoria el trabajo es tan artesanal que sólo hay espacio para el olor a tinta. La casa de publicaciones cumple 15 años de su nacimiento y uno de presencia en Guadalajara y celebrará con una exposición de las portadas de sus libros y trabajos de los pintores Roberto Rébora y José Clemente Orozco Farías, que se inaugura el próximo 9 de septiembre en el Museo de Arte Moderno de la Ciudad de México.

El sello editorial independiente surgió en alguna tertulia y se convirtió en un proyecto encabezado por José Clemente Orozco Farías, Roberto Rébora, Josué Ramírez, Jorge Ramírez y Marco Perilli. El taller abrió en 1995, en la Ciudad de México, con algunos títulos y catálogos de artistas. Actualmente se trabaja la serie Autoria en conjunto con el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), y otras publicaciones independientes.

Otra de las personas involucradas en el proyecto es la promotora Helena Aldana Martínez. La oficina ubicada en la capital del país es administrada por Jorge Ramírez y la de Jalisco está a cargo de José Clemente Orozco, quien señala que el sello comenzó a crecer a partir de que el grupo decidió participar como expositor independiente en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL).

Con la apertura del taller en Guadalajara, ubicado en Lerdo de Tejada 2060, entre Marsella y Chapultepec, se busca acercar a los lectores no sólo a los libros, sino al oficio del editor, ya que las personas que lo deseen pueden observar los procesos en tiempo real.

Se trata de un proceso distinto al industrializado. En el espacio no hay una sola computadora. Se trata de un taller a la vieja usanza, con máquinas que bien podrían estar en un museo, pero que aún funcionan y son parte indispensable en la elaboración de los libros de Ditoria.

“El taller aquí comenzó en junio de 2009 con la serie Semáforo. La idea es, además de hacer libros de artistas, ofrecer un taller educativo, donde prácticamente todo se hace manual”, explica Clemente Orozco Farías.

El también pintor recordó que fue su amistad con Rébora la que sirvió de inspiración para Ditoria, cuyo nombre surgió en una charla, en la cual acordaron que por el tamaño del sello no podía considerarse una editorial. De manera que a la palabra le quitaron la “e” y la “l”, y quedó Ditoria.

De su trabajo como editor, agrega que realizó su primer libro a finales de los años ochenta y se trató de un catálogo de la obra plástica de Rébora.
Añade que uno de las líneas de Ditoria es la posibilidad de elaborar libros para pintores, fotógrafos y artistas visuales.

Encuentro con el intertipo

Para abrir el taller en Guadalajara, la historia tiene como protagonista un intertipo que se compró cuando una imprenta tomó la decisión de rematar la máquina que fue adquirida por Ditoria.

Rafael Alberto Villegas es el responsable de manejarla y comenta que se trabaja con un equipo antiguo pero especial, donde se teclean las oraciones que después se graban en placas de metal.

Villegas fue invitado a operar el intertipo por Clemente Orozco Farías, quien desde 1961 comenzó a trabajar estas máquinas, que fueron utilizadas a finales del siglo XIX hasta mediados del siglo XX.

El valor de los libros radica en que son obras artesanales y numeradas (se tiran entre 200 y 300 ejemplares), que se convierten en objetos de colección. Otro de los elementos que cuidan es la selección del papel y las tintas.

Aquí en la ciudad es el único sello que trabaja a la vieja usanza, donde las letras se escuchan caer cuando forman las líneas, lo que invita a los lectores a conocer el espacio.

Semáforo

La colección Semáforo se integra por varios números. Los ejemplares incluyen extractos de obras clásicas, pero ya se comenzó a incluir a autores contemporáneos. Algunos títulos ya editados son Entrelíneas, de Marcel Proust; El alma hecha carne, de Oscar Wilde; X-eando un párrafo, de Edgar Allan Poe, y Ex profeso, de Julio Trujillo.

La idea es que los libros sean para todo el público. “Estas ediciones pueden funcionar para que la gente lea y se interese en algunas obras”, afirma José Clemente Orozco.
La realización de un libro artesanal toma una semana de tiempo. Para la FIL se tendrán 12 títulos de la colección Semáforo.

NAVEGA: www.tallerditoria.com
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