Cultura
Dilemas de la Revolución en Nosotros somos Dios
La puesta dirigida por Lluvia Prado y César Sevilla muestra la familia perfecta y conservadora de la época del porfiriato
GUADALAJARA, JALISCO (14/JUL/2010).- El cuestionamiento a la familia perfecta y conservadora de la época del porfiriato es el tema del montaje Nosotros somos Dios, que se presentó el lunes en el marco de la Muestra Estatal de Teatro, en el Foro de Arte y Cultura.
La puesta en escena dirigida por Lluvia Prado y César Sevilla es un proyecto de un grupo de egresados de la generación 2006-2010 de la licenciatura de Artes Escénicas de la Universidad de Guadalajara, que logró convocar a más de 100 asistentes, aforo mayor al de la inauguración del encuentro estatal.
La historia está basada en el texto de Wilberto Caaton, que muestra la división de ideas y posturas que padres e hijos podían tener ante la Revolución Mexicana.
En escena se presentó a la clásica familia rica que recuerda los años de bonanza del Porfiriato, misma que trabaja para el gobierno de Huerta, que lucha contra los revolucionarios. Así arranca la obra que poco a poco revela su eje: los dilemas éticos entre las posturas políticas y los lazos familiares.
La obra exaltó algunos pensamientos conservadores y sus contrastes. Mientras una mujer considera que el matrimonio es lo ideal, otra cree en la lucha por la igualdad y por mejorar las condiciones de las clases más desprotegidas.
El público rió con algunos comentarios costumbristas y se mantuvo atento durante pocos más de 80 minutos, en especial al final cuando uno de los personajes tuvo que decidir entre servir a su país o corromperse para salvar a su suegro, quien fue uno de los principales operadores del gobierno huertista. Este dilema pone en juego la lucha revolucionaria.
La puesta en escena dirigida por Lluvia Prado y César Sevilla es un proyecto de un grupo de egresados de la generación 2006-2010 de la licenciatura de Artes Escénicas de la Universidad de Guadalajara, que logró convocar a más de 100 asistentes, aforo mayor al de la inauguración del encuentro estatal.
La historia está basada en el texto de Wilberto Caaton, que muestra la división de ideas y posturas que padres e hijos podían tener ante la Revolución Mexicana.
En escena se presentó a la clásica familia rica que recuerda los años de bonanza del Porfiriato, misma que trabaja para el gobierno de Huerta, que lucha contra los revolucionarios. Así arranca la obra que poco a poco revela su eje: los dilemas éticos entre las posturas políticas y los lazos familiares.
La obra exaltó algunos pensamientos conservadores y sus contrastes. Mientras una mujer considera que el matrimonio es lo ideal, otra cree en la lucha por la igualdad y por mejorar las condiciones de las clases más desprotegidas.
El público rió con algunos comentarios costumbristas y se mantuvo atento durante pocos más de 80 minutos, en especial al final cuando uno de los personajes tuvo que decidir entre servir a su país o corromperse para salvar a su suegro, quien fue uno de los principales operadores del gobierno huertista. Este dilema pone en juego la lucha revolucionaria.
Síguenos en