Cultura
Delgadillo lleva a Bradbury al teatro
Se trata de cuatro situaciones fuera de lo común que recuerdan las narraciones televisivas que se transmitían en ''La dimensión desconocida''
GUADALAJARA, JALISCO (03/FEB/2013).- Como historias que no sólo entretienen, sino que además mueven a la reflexión, así se anunciaron cuatro historias de Ray Bradbury que esta noche de sábado se adaptaron al teatro en La Casa Suspendida. Un hombre que hace parada en el pueblo donde no baja nadie, una joven enferma de melancolía, una pareja en la víspera del fin del mundo y dos amigos que encuentran en la tecnología la posibilidad de mejorar sus vidas: cuatro relatos que parecen aislados pero que encierran en ellas algo en común.
Ricardo Delgadillo comienza el año dirigiendo ''Remedio para melancólicos'' con Eduardo Rodríguez y Juan Romo, actores del grupo “S” Teatro con los que participó en ''Cosmética del enemigo'', obra reconocida el año pasado por la Muestra Estatal de Teatro en Jalisco.
En esta ocasión Delgadillo se centra en rescatar el trabajo literario del estadounidense Bradbury, para recordar la ironía y crítica social que caracterizó a este autor. Basta saber un poco de cada historia para entender la originalidad que destacó al también maestro de la ciencia ficción.
La primera de ellas cuenta cómo un hombre llega a un pueblo, motivado por la indiferencia ante la vida, para cometer un asesinato. Sin embargo, su víctima cuenta con la misma convicción para matar a alguien con sus propias manos.
La siguiente relata cómo una familia busca el remedio soberano para la melancolía que padece la joven Camila Wilkes. Luego de varios intentos deciden exhibirla como “freak show” en la puerta de su casa para que los curiosos le receten diversas soluciones, hasta que un barrendero propone dejarla frente a la luna toda la noche, sola. Así es como éste tiene la oportunidad de “sanarla” haciéndole el amor.
Luego entra en escena una pareja preparándose para irse a dormir. Él le platica que tuvo el mismo sueño que todos sus compañeros de trabajo, en el que alguien les anunciaba el fin del mundo. Ella, junto con las vecinas, resulta haberlo soñado también. No obstante con la inminente llegada del fin de los tiempos, deciden pasar sus últimos minutos juntos lavando los platos.
Finalmente, en un futuro lejano, dos amigos deciden hacerse de unos clones robóticos para poder vacacionar mientras sus falsos “yo” sobrellevan la rutina marital y laboral, mas uno de ellos resulta raptado por la marioneta ficticia, mientras que el otro descubre que su esposa ya tuvo esa idea anteriormente y ahora él está conviviendo con una robot.
Causa y efecto, repletos de ironía y una vuelta de tuerca, es lo que unifica a estas historias. Cada acción realizada por los personajes desencadena una conclusión inesperada e hilarante, que ocasionó risas en la mayoría de los presentes en La Casa Suspendida, también gracias al tratamiento humorístico con dinámicas actorales que recuerdan a la comedia norteamericana de mediados del siglo XX.
Se trata de cuatro situaciones fuera de lo común que lograron su cometido: recordar a las narraciones televisivas que se transmitían en ''La dimensión desconocida''.
Sobre el entarimado no sólo destacó Eduardo Rodríguez interpretando al narrador que presenta cada uno de los fragmentos, sino también el trabajo de Juan Romo, Azucena Evans, Guillermo Herrera, Juan Valenzuela y Viviana Mendoza, quienes interpretan a múltiples personajes que dan vida a estas historias tanto inusuales como cómicas.
El grupo “S” Teatro, bajo la dirección de Ricardo Delgadillo continuará presentando Remedio para melancólicos todos los sábados de febrero a las 20:30 horas y los domingos a las 18:00 horas, en La Casa Suspendida, ubicada en avenida Alcalde 830. El ingreso tiene un costo de 100 pesos y 80 con descuento.
Ricardo Delgadillo comienza el año dirigiendo ''Remedio para melancólicos'' con Eduardo Rodríguez y Juan Romo, actores del grupo “S” Teatro con los que participó en ''Cosmética del enemigo'', obra reconocida el año pasado por la Muestra Estatal de Teatro en Jalisco.
En esta ocasión Delgadillo se centra en rescatar el trabajo literario del estadounidense Bradbury, para recordar la ironía y crítica social que caracterizó a este autor. Basta saber un poco de cada historia para entender la originalidad que destacó al también maestro de la ciencia ficción.
La primera de ellas cuenta cómo un hombre llega a un pueblo, motivado por la indiferencia ante la vida, para cometer un asesinato. Sin embargo, su víctima cuenta con la misma convicción para matar a alguien con sus propias manos.
La siguiente relata cómo una familia busca el remedio soberano para la melancolía que padece la joven Camila Wilkes. Luego de varios intentos deciden exhibirla como “freak show” en la puerta de su casa para que los curiosos le receten diversas soluciones, hasta que un barrendero propone dejarla frente a la luna toda la noche, sola. Así es como éste tiene la oportunidad de “sanarla” haciéndole el amor.
Luego entra en escena una pareja preparándose para irse a dormir. Él le platica que tuvo el mismo sueño que todos sus compañeros de trabajo, en el que alguien les anunciaba el fin del mundo. Ella, junto con las vecinas, resulta haberlo soñado también. No obstante con la inminente llegada del fin de los tiempos, deciden pasar sus últimos minutos juntos lavando los platos.
Finalmente, en un futuro lejano, dos amigos deciden hacerse de unos clones robóticos para poder vacacionar mientras sus falsos “yo” sobrellevan la rutina marital y laboral, mas uno de ellos resulta raptado por la marioneta ficticia, mientras que el otro descubre que su esposa ya tuvo esa idea anteriormente y ahora él está conviviendo con una robot.
Causa y efecto, repletos de ironía y una vuelta de tuerca, es lo que unifica a estas historias. Cada acción realizada por los personajes desencadena una conclusión inesperada e hilarante, que ocasionó risas en la mayoría de los presentes en La Casa Suspendida, también gracias al tratamiento humorístico con dinámicas actorales que recuerdan a la comedia norteamericana de mediados del siglo XX.
Se trata de cuatro situaciones fuera de lo común que lograron su cometido: recordar a las narraciones televisivas que se transmitían en ''La dimensión desconocida''.
Sobre el entarimado no sólo destacó Eduardo Rodríguez interpretando al narrador que presenta cada uno de los fragmentos, sino también el trabajo de Juan Romo, Azucena Evans, Guillermo Herrera, Juan Valenzuela y Viviana Mendoza, quienes interpretan a múltiples personajes que dan vida a estas historias tanto inusuales como cómicas.
El grupo “S” Teatro, bajo la dirección de Ricardo Delgadillo continuará presentando Remedio para melancólicos todos los sábados de febrero a las 20:30 horas y los domingos a las 18:00 horas, en La Casa Suspendida, ubicada en avenida Alcalde 830. El ingreso tiene un costo de 100 pesos y 80 con descuento.
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