Cultura
Del Toro se come a los vampiros “de fresa”
Con una historia terrorífica, el director de cine le da un giro absoluto a la temática de los seres nocturnos que ahora está tan de moda
Es cineasta, guionista y ahora literato, pero desde siempre su mayor cualidad ha sido crear, a partir de los bizarros patrones cerebrales que posee, una realidad maravillosa donde las criaturas de la noche, los engranes y la comida conviven en una estrecha relación.
Ayer se presentó Nocturna, libro que “El Gordo”, como lo llaman sus amigos de cariño, escribió al lado de Chuck Hogan. Por motivos de trabajo (se encuentra rodando El Hobbit en Nueva Zelanda) el realizador no estuvo presente en la presentación de forma física, aunque envió un video donde desmenuzó la obra en sus ejes principales, un texto que definió como una historia trepidante de vampiros que busca cimbrar la conciencia de los lectores.
En el estrado se encontraban presentes para hacer los comentarios Paco Ignacio Taibo II y el monero Trino, quienes aceptaron la naturaleza sórdida y sanguinaria del escrito, aunque Taibo piensa que la novela no es trepidante. “Nos engaña como un bandolero al decir eso (risas). Todo lo contrario a trepidante, construye lentamente la historia, atrapa y lleva el terror al extremo”.
Entre sangre y anécdotas
Del Toro es un personaje del que se polemiza fácil, cuya naturaleza creativa hay que buscarla en Guadalajara, cuyos rincones parecen haber construido su complejo sistema creativo. Tanto Taibo II como Trino recuerdan al director de Hellboy como un tipo cuya creatividad muchas veces se desbordaba fuera de los parámetros de lo común. “La naturaleza de Del Toro -explica Trino- hay que encontrarla en los tacos de los Laureles (sobre Avenida México), donde después de comerse ocho burritas y 16 tacos, pedía que le dieran el cochambre donde freían la carne y se hacía tacos con eso (risas). De allí nace su gusto por la cochinada”.
Por su lado, Paco Ignacio Taibo II explica que parte del lenguaje cinematográfico de Del Toro ha sido transportado, en esencia, a Nocturna, que persigue la naturaleza siniestra de los vampiros, y no busca “humanizarlos”. “Cuando me dijo que era una novela de vampiros pensé 'otra más, como si ahora no hubiera suficientes'. Pero no, Guillermo no apostó por la fórmula obvia ni por las modas”.
Sobre esto, explicó que desde Anne Rice con su entrevista con el vampiro hasta la reciente moda de Crepúsculo “los vampiros dejaron de dar miedo, ahora solo inquietan. Son vampiros muy fresas, muy humanos, y Del Toro no buscó ir por ese lado, es un hombre cuyo lenguaje siempre va de la fronteras de los temas al centro, y no al revés”.
Pensado como una trilogía literaria, Del Toro afirmó mediante el video que ésta es una primera aproximación a un tema que le apasiona y que dedica, como menciona en su libro, “a todos los monstruos de mi habitación infantil, que espero nunca me dejen solo”.
¿De qué se trata?
Del Toro introduce a los lectores en un escenario que lentamente se va torciendo. Un avión que llega a Nueva York procedente de Berlín origina una enfermedad mortífera sobre la población. La sed por la sangre se desata y personajes sacados de la mente del tapatío comienzan a jugar con el sentido de seguridad del lector. Una novela que consume la cordura de los protagonistas y cuya pesadilla apenas comienza.
Los detalles:
Paco Ignacio Taibo II anunció que tras la presentación de Nocturna, él iría a una firma de sus libros, pero que si alguien quería el libro de Del Toro autografiado, se lo pidieran a Trino. “Él sabe falsificar la firma del 'Gordo' muy bien”, aseguró entre risas.
Por su parte, Trino agregó que firmaría el material a los primeros tres lectores. Lo mencionó en broma, pues terminó atendiendo a una larga fila de lectores.
A los encargados de la editorial Suma de Letras colocar plásico a los libros y hacer piramides con ellos, para poder venderlos al final de la presentación.
A Paco Ignacio Taibo II parar la presentación y pedir silencio a un sector del público. “¡A quien vean hablando mírenlo fijamente para que se calle!”, agregó entre serio y en broma el escritor.
EL INFORMADOR/ FRANCISCO GONZÁLEZ
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