Cultura
Dedico este doctorado a los 43 de Ayotzinapa: Helena Villagra
La Universidad de Guadalajara rinde un sentido homenaje al escritor uruguayo Eduardo Galeano, cuya memoria e ideales permanecen plenamente vigentes
GUADALAJARA, JALISCO (04/DIC/2015).- "Lo hubiera querido él”, sentenció Helena Villagra, mientras dedicaba a los estudiantes de Ayotzinapa el Doctorado Honoris Causa que la Universidad de Guadalajara (UdeG) le rendía en homenaje a su fallecido esposo, Eduardo Galeano, tras recibirlo en el Paraninfo universitario la mañana del jueves.
Helena, quien acompañó a Galeano durante 40 años de matrimonio, pronunció el horror con el que el escritor uruguayo conoció la noticia con la que silenciaron a 43 estudiantes normalistas el 26 de septiembre de 2014.
Villagra recordó que tras la partida de su esposo —el pasado 13 de abril del presente año y con el luto a cuestas por el último aliento de su marido—, hubo otro evento que la movilizó a salir de su casa tras un mes de encierro después de echar las cenizas de su esposo al Río de la Plata: una marcha en solidarización por los queridos 43, que caminaban rumbo a la embajada mexicana en Montevideo.
“No lo dudé, me dije, tengo que ir, por mí, por mi compañero de la vida. Hubiéramos ido los dos después de la angustia con la que vivimos juntos todo lo sucedido aquel 26 de septiembre. Ahí estuve con mi bandera negra, porque en el negro se juntan todos los colores y habla el silencio”.
Memorando cada detalle, Helena Villagra habló sobre esa marcha rodeada de policías que custodiaban la embajada. “Me pregunté de quién se defiende, de las mamás y papás que vinieron, de los que queríamos solidarizarnos con su dolor y su lucha”, recordó y puntualizó la vitalidad que sintió al escuchar a una joven mexicana, anónima, recitar “Los nadies”, poema de Galeano.
De esta forma, Helena Villagra también se expresó de un México amoroso, generoso, de comida rica y picosa, de los refugiados que ha acogido en desde el sur huyendo de las dictaduras, de las andanzas que Galeano también estableció con Carlos Monsiváis, de un México distinto a las noticias, de calaveras y boleros. “Con el dolor de su ausencia, con el orgullo como haberlo elegido como compañero de vida en nuestros andares 40 años juntos. Con Eduardo, siempre coherente entre lo que sentía, vivía, pensaba y escribía, por su permanente voluntad de belleza y justicia.
Como sé que Eduardo lo hubiera querido, dedico en su nombre este doctorado otorgado por la Universidad de Guadalajara a la lucha de esos nadie doctorados en Ayotzinapa, los queridos 43 que le han enseñado al mundo que los músculos de la conciencia son antídotos contra el espanto”.
Como “un hombre de estatura universal” es como Tonatiuh Bravo, rector de la UdeG, definió la vida y obra de Eduardo Galeano, de quien consideró ha sido uno de los escritores latinos que entregaron sus textos al servicio de la sociedad bajo un peculiar estilo narrativo lleno creatividad y honestidad. “Los universitarios reconocemos en Eduardo Galeano a un escritor, periodista y poeta, cuyas aportaciones al conocimiento de la historia y la cultura de América Latina, han demostrado su vigencia y trascendencia durante más de cuatro décadas. Un hombre de firme convicciones democráticas y humanistas. Lamentamos profundamente su ausencia, nos regocijamos por el legado intelectual que conformó”.
VOCES
Dechado de sencillez
Héctor Solís Gadea, rector del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH), destacó la sencillez humana que siempre caracterizó a Galeano.
“Sus temas van de las anécdotas de la vida cotidiana al futbol. Galeano tenía la lucidez de historiador. No era un novelista ni poeta, pero su prosa es literaria y poética.
Helena, quien acompañó a Galeano durante 40 años de matrimonio, pronunció el horror con el que el escritor uruguayo conoció la noticia con la que silenciaron a 43 estudiantes normalistas el 26 de septiembre de 2014.
Villagra recordó que tras la partida de su esposo —el pasado 13 de abril del presente año y con el luto a cuestas por el último aliento de su marido—, hubo otro evento que la movilizó a salir de su casa tras un mes de encierro después de echar las cenizas de su esposo al Río de la Plata: una marcha en solidarización por los queridos 43, que caminaban rumbo a la embajada mexicana en Montevideo.
“No lo dudé, me dije, tengo que ir, por mí, por mi compañero de la vida. Hubiéramos ido los dos después de la angustia con la que vivimos juntos todo lo sucedido aquel 26 de septiembre. Ahí estuve con mi bandera negra, porque en el negro se juntan todos los colores y habla el silencio”.
Memorando cada detalle, Helena Villagra habló sobre esa marcha rodeada de policías que custodiaban la embajada. “Me pregunté de quién se defiende, de las mamás y papás que vinieron, de los que queríamos solidarizarnos con su dolor y su lucha”, recordó y puntualizó la vitalidad que sintió al escuchar a una joven mexicana, anónima, recitar “Los nadies”, poema de Galeano.
De esta forma, Helena Villagra también se expresó de un México amoroso, generoso, de comida rica y picosa, de los refugiados que ha acogido en desde el sur huyendo de las dictaduras, de las andanzas que Galeano también estableció con Carlos Monsiváis, de un México distinto a las noticias, de calaveras y boleros. “Con el dolor de su ausencia, con el orgullo como haberlo elegido como compañero de vida en nuestros andares 40 años juntos. Con Eduardo, siempre coherente entre lo que sentía, vivía, pensaba y escribía, por su permanente voluntad de belleza y justicia.
Como sé que Eduardo lo hubiera querido, dedico en su nombre este doctorado otorgado por la Universidad de Guadalajara a la lucha de esos nadie doctorados en Ayotzinapa, los queridos 43 que le han enseñado al mundo que los músculos de la conciencia son antídotos contra el espanto”.
Como “un hombre de estatura universal” es como Tonatiuh Bravo, rector de la UdeG, definió la vida y obra de Eduardo Galeano, de quien consideró ha sido uno de los escritores latinos que entregaron sus textos al servicio de la sociedad bajo un peculiar estilo narrativo lleno creatividad y honestidad. “Los universitarios reconocemos en Eduardo Galeano a un escritor, periodista y poeta, cuyas aportaciones al conocimiento de la historia y la cultura de América Latina, han demostrado su vigencia y trascendencia durante más de cuatro décadas. Un hombre de firme convicciones democráticas y humanistas. Lamentamos profundamente su ausencia, nos regocijamos por el legado intelectual que conformó”.
VOCES
Dechado de sencillez
Héctor Solís Gadea, rector del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH), destacó la sencillez humana que siempre caracterizó a Galeano.
“Sus temas van de las anécdotas de la vida cotidiana al futbol. Galeano tenía la lucidez de historiador. No era un novelista ni poeta, pero su prosa es literaria y poética.
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