Cultura
De lecturas varias
El texto es notable por la candidez y desinhibición con que los declarantes muestran desconocer el significado de las palabras ''contención'', ''pudor'' o ''ridículo''
El texto es notable por la candidez y desinhibición con que los declarantes muestran desconocer el significado de las palabras “contención”, “pudor” o “ridículo”. En loor y recuerdo del inmortal Nikito Nipongo, algunas perlas de esta memorable sarta:
-“No tengo una relación de posesión con mis libros. Están hechos para circular”.
-“Somos muy felices juntos. Y seguimos creciendo. En la salud y en la enfermedad y hasta que la muerte nos separe”.
-“Quiero devorarlos, consumirlos y luego, como un pollo rostizado que se enfría en la mesa, los abandono”.
-La mudanza de la biblioteca es “el lento pero constante relleno de una pirámide: los tesoros de un faraón doméstico acumulados a lo largo de una vida”.
-“No heredó libros. Todos los que tiene son adquiridos –o robados– por él... Ha transportado de una ciudad a otra más de mil kilos de papel”.
-“He llegado a tener un baño con paredes tapizadas de estanterías, lo que imposibilitaba el uso de la ducha y obligaba a bañarse con la ventana abierta para evitar la condensación”.
-“Robó una novela de Cortázar a unas monjas que lo salvaron de unos trabajos voluntarios de ultraizquierda. No subraya porque no lo necesita: es disléxico y lee tan lento que las frases se le quedan pegadas”.
-“Solía clasificar (los libros) por amistades y enemistades: Céline cerca de Proust porque Céline odiaba a Proust y era una forma póstuma de propiciar un encuentro”.
-“Argentinos, latinoamericanos, psicogeografía, gótico sureño, japoneses...”
-“He regalado una hija mía a un mercader árabe y vendido dos nietos a familias estériles europeas, pero sólo un cirujano hábil o un escuadrón del Mosad podrían lograr que me desprendiera de un libro, aunque sepa que nunca lo leeré”.
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