Cultura

De lecturas varias

El adviento es uno de esos tiempos fuertes, cuando se ve venir una fecha crucial. Tiene tradición popular y literatura culta

El calendario litúrgico va marcando las estaciones del año con un ritmo antiguo y sabio. El paso de los días y la rueda del tiempo, en sí indiferentes a la vida humana, cobran sentido y color (“rima y razón”, dicen en francés y en inglés) y se vuelven historia como calendario que señala las fases de la luna, rememora hechos o separa los “tiempos fuertes” de la rutina cotidiana.

El adviento es uno de esos tiempos fuertes, cuando se ve venir una fecha crucial. Tiene tradición popular y literatura culta. Los ancestrales buñuelos “de viento” (en realidad “de adviento”) son parte de él, igual que el chinchayote y el ponche. En la literatura del adviento sobresale el canto Rorate Caeli (Isaías 45, 8) una preciosa plegaria de los profetas y la Iglesia a la espera del Mesías que se canta en modo gregoriano. Gervasio de Tilbury (siglo XIII) cuenta que en Inglaterra el grano se ventilaba la noche de Navidad para que le diera fertilidad el rocío que cae en respuesta al Rorate Caeli:
Rorate caeli desuper,
et nubes pluant justum...
Consolamini, consolamini, popule meus:
cito veniet salus tua...
(Destilad, cielos, el rocío;
lloved, nubes, sobre el justo...
Consuélate, pueblo mio, consuélate,
que pronto llegará tu salvación...)
(Hay una estupenda versión en Youtube: www.youtube.com/watch?v=cjwOzlBsoXo).

La tradición alegre y entrañable de las posadas populares hace olvidar que el adviento incorpora también un aspecto escatológico más sobrio, en particular en sus dos primeras semanas. Bien vale la pena recordar la solemnidad poética de las siete Antífonas de la O, también conocidas como Antífonas mayores, que van del 17 al 23 de diciembre y se cantan con el Magníficat del oficio de Vísperas. Se llaman Antífonas de la O porque comienzan con la interjección latina O (en español sería “¡oh!”. Por cierto, la Virgen de Zapopan es conocida como María de la O, un nombre familiar en nuestra región, precisamente porque es Nuestra Señora de la Expectación, en espera de la Natividad).

Estas antífonas son una tradición occidental que al parecer data del siglo V de la era cristiana (de la abadía benedictina de Fleury) y retoman distintos títulos del Mesías: O Sapientia, O Adonai, O Radix Jesse, O Clavis David, O Oriens, O Rex Gentium, O Emmanuel:
O Radix Jesse, qui stas in signum populorum,
super quem continebunt reges os suum...
    (Oh, retoño de Jesé, que te alzas como signo de los pueblos
    ante quien los reyes enmudecen...)

Cada una de ellas es un poema breve relacionado con una profecía de Isaías: de tres a cinco versos extraordinariamente condensados y singulares.
(Youtube tiene muy buenas versiones de estas antífonas, como por ejemplo http://www.youtube.com/watch?v=S6zaiZxJIpU y siguientes).
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