Cultura
Cumplen diez años de dialogar sobre ciencia
El Café Scientifique celebra su aniversario con el doctor Ruy Pérez Tamayo que hablará sobre La ciencia en México
ITESO Clavigero para platicar sobre ciencia se vuelva un ritual, como ocurre con las personas que van al cine, teatro o a comer a un restaurante.
La meta ha sido alcanzada gracias a las personas que han acudido durante casi diez años al foro informal, quienes han encontrado un espacio que despierta su interés en temas científicos y en el que dialogan con especialistas que transmiten sus conocimientos sin apoyos audiovisuales, con la intención de fomentar el uso de la imaginación.
"Estamos muy contentos porque además de la buena respuesta del público siempre hemos tenido el respaldo por parte de excelentes científicos", explica Maya Viesca, coordinadora del lugar.
La directiva señala que el público que acude cada primer martes del mes a las charlas está clasificado en tres categorías. Unos son los que van regularmente (dejan de ir y vuelven) porque les gusta tomar su café e interactuar en temas científicos independientemente del conferencista.
Otros asisten por el tema, que les parece interesante. Y los últimos porque conocen al especialista, pero este grupo es el menor, indica Viesca. "Uno siempre quisiera más, porque se disfruta tanto el proyecto que gustaría que más personas lo visitaran. Pero tenemos un buen número de asistencia, para cualquier actividad cultural de esta naturaleza. Por año ha sido como de 110 personas por sesión".
La coordinadora subraya que desde el principio les ha preocupado que la gente tenga una buena experiencia, por lo que el año pasado realizaron un estudio para saber lo que pensaban los asistentes y resultó positivo.
"Dijeron que al finalizar se sentían más interesados en el tema, que es uno de nuestros objetivos, el ir generando un público que le guste la ciencia y despertar su curiosidad para que sigan buscando".
Próximos objetivos
-Lograr proyectos de vinculación con dependencias internas u otras instancias, ya sean universidades, centros de investigación, de tal suerte que se vaya fortaleciendo el café, como referencia.
-Grabar las sesiones en audio para que las pláticas puedan servir a otras personas como material de clase o de estudio. (Este año ya han subido algunas a su página web)
-Compartir la experiencia. Que otras personas se nutran con el método de Café Scientifique y lo repliquen en otros puntos de Guadalajara, o el país.
SABER MÁS
El Café Scientifique del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO) tuvo su primera sesión en el mes de septiembre. Desde entonces cada junta tiene una duración de dos horas y se realiza el primer martes de cada mes en la Casa ITESO Clavigero, excepto los meses de enero y agosto,
Este modelo está basado en el movimiento Café Philosophique, iniciado en París en 1992 por el filósofo Marc Sautet, cuya intención fue ofrecer espacios en los que la gente normal pudiera acercarse y discutir sobre temas filosóficos, figura que poco después se utilizaría para la divulgación de la ciencia y que ha derivado en una fórmula descentralizada que se repite a lo largo y ancho del mundo, promovida en su mayoría por universidades, en bares, restaurantes y cafeterías.
EL INFORMADOR / ILSE MARTÍNEZ
GUADALAJARA, JALISCO (21/AGO/2014).- El reto del Café Scientifique es que la asistencia a la Casa
La meta ha sido alcanzada gracias a las personas que han acudido durante casi diez años al foro informal, quienes han encontrado un espacio que despierta su interés en temas científicos y en el que dialogan con especialistas que transmiten sus conocimientos sin apoyos audiovisuales, con la intención de fomentar el uso de la imaginación.
"Estamos muy contentos porque además de la buena respuesta del público siempre hemos tenido el respaldo por parte de excelentes científicos", explica Maya Viesca, coordinadora del lugar.
La directiva señala que el público que acude cada primer martes del mes a las charlas está clasificado en tres categorías. Unos son los que van regularmente (dejan de ir y vuelven) porque les gusta tomar su café e interactuar en temas científicos independientemente del conferencista.
Otros asisten por el tema, que les parece interesante. Y los últimos porque conocen al especialista, pero este grupo es el menor, indica Viesca. "Uno siempre quisiera más, porque se disfruta tanto el proyecto que gustaría que más personas lo visitaran. Pero tenemos un buen número de asistencia, para cualquier actividad cultural de esta naturaleza. Por año ha sido como de 110 personas por sesión".
La coordinadora subraya que desde el principio les ha preocupado que la gente tenga una buena experiencia, por lo que el año pasado realizaron un estudio para saber lo que pensaban los asistentes y resultó positivo.
"Dijeron que al finalizar se sentían más interesados en el tema, que es uno de nuestros objetivos, el ir generando un público que le guste la ciencia y despertar su curiosidad para que sigan buscando".
Próximos objetivos
-Lograr proyectos de vinculación con dependencias internas u otras instancias, ya sean universidades, centros de investigación, de tal suerte que se vaya fortaleciendo el café, como referencia.
-Grabar las sesiones en audio para que las pláticas puedan servir a otras personas como material de clase o de estudio. (Este año ya han subido algunas a su página web)
-Compartir la experiencia. Que otras personas se nutran con el método de Café Scientifique y lo repliquen en otros puntos de Guadalajara, o el país.
SABER MÁS
El Café Scientifique del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO) tuvo su primera sesión en el mes de septiembre. Desde entonces cada junta tiene una duración de dos horas y se realiza el primer martes de cada mes en la Casa ITESO Clavigero, excepto los meses de enero y agosto,
Este modelo está basado en el movimiento Café Philosophique, iniciado en París en 1992 por el filósofo Marc Sautet, cuya intención fue ofrecer espacios en los que la gente normal pudiera acercarse y discutir sobre temas filosóficos, figura que poco después se utilizaría para la divulgación de la ciencia y que ha derivado en una fórmula descentralizada que se repite a lo largo y ancho del mundo, promovida en su mayoría por universidades, en bares, restaurantes y cafeterías.
EL INFORMADOR / ILSE MARTÍNEZ
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