Cultura
Cumbre tiene exceso de voladores de Papantla
El resurgimiento de la tradición ha provocado que falten espacios para realizar su labor
Igual que Javier, muchos niños indígenas estudian ahora en las recién fundadas escuelas para voladores. Javier no habla mucho, se mete las manos en la camisa de manta al explicar sus motivaciones: "Es mi pueblo, volamos porque eso somos".
El resurgimiento de esta tradición ha provocado un fenómeno particular que Salomón Bazbaz, director de la Cumbre Tajín, explica así: "Ahora tenemos muchos voladores y nos faltan palos. Las nuevas escuelas y las convenciones nacionales de voladores (que se reaalizó este año en Papantla hace una semana) tienen la intención de compartir y unificar las tradiciones; tan solo este año se han contado más de 500 voladores en el Totonacapan.
Pero no es tan fácil colocar más palos por eso mismo, porque es el Consejo Ritual de Voladores el que decide; nuestro único interés es apoyar su sabiduría".
Así, con la aprobación del consejo, surgió la propuesta de que tres de sus voladores aceptaran unas becas gestionada por el gobierno de Veracruz. Pero no para seguir volando palos, sino para aprender a pilotear helicópteros.
Todavía no se decide quienes serán los ganadores de las becas pero ya se sabe que los instructores llegarán a Veracruz a mediados de años para comenzar con las clases. De hecho, la entrega de estos apoyos se ha retrasado porque los becarios tienen que saber inglés para entender los manuales.
Al preguntar las razones para que el l consejo ritual apoyara esta decisión, la respuesta se parece mucho a la Javier: "Somos voladores, es la identidad que nos fortalece e impulsa hacia la vida".
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