Cultura
Cuando la cobardía no fue debilidad
''Ensayo para los débiles'' se presenta este domingo en el Teatro Experimental de Jalisco
Aquí los personajes no necesitan nombre, aquí tampoco la ficción existe. Pero sí el público; necesitan de él para que la obra cobre vida. El grupo compacto arriba del escenario se ha olvidado de la cuarta pared que viene en los manuales de dramaturgia. Ensayo sobre los débiles no es para cobardes que se callan los placeres ni para los que les interesa llorar de alegría. Aquí no podemos decir que Mario Balandra, Soraya Barrasa, Rubén Cristiny, Regina Flores y Raúl Villegas son los personajes de Mario Balandra, Soraya Barrasa, Rubén Cristiny, Regina Flores y Raúl Villegas en una obra que dirige Alberto Villareal. No lo podemos decir porque eso le toca al espectador decidirlo. Aquí, dijimos, no hay nombres, ni trama, ni ficción. Una obra que se construye mientras las decisiones del espectador se empalman la una con la otra. El dialogo con la obra es inevitable. Aquí nada existe, y porque no existe se construye. Hasta la sonrisa de aquel desconocido que grita en medio de la nada: “Yo confieso que hoy le pedí matrimonio a mi novia” es parte de un libreto.
El principio, el nudo y el desenlace no es la fórmula del éxito de Ensayo sobre débiles. Acá la única fórmula que se puede entender se llama catarsis; ese sentimiento que oscila entre la nostalgia y los deseos reprimidos; entre los que están y los que nunca fueron, entre los que siempre se desnudan el alma frente al escenario y entre aquellos que pagan por ver los sentimientos humanos derruidos.
Dice Alberto Villareal, el director, que no se pueden callar los ánimos todo el tiempo. “Hay veces que sólo queda recurrir a pequeñas formas de supervivencia casera: como cambiarle el nombre en nuestra imaginación a una persona querida; ponerse de nuevo a disposición de un viejo vicio olvidado; normalizar a distancia el pulso de los heridos o recurrir periódicamente a esta broma del teatro, donde todos tenemos un desconocido al lado, al que por pudor no volteamos a verle completamente las particularidades de los rasgos. Los dos, controlados por las fuerzas que no vemos, por el azar de un dado enloquecido de dos caras: la emoción de nuestras células y la imaginación de nuestros genes. La naturaleza no tiene misericordia”.
Hay quien ha definido Ensayo para débiles como teatro dentro del teatro, un experimento escénico que funciona como un juego de espejos, que convoca a público y actores a fundirse entre sí, pues si bien existe un libreto que da sustento al montaje, cada función es distinta a la otra, porque son justamente las decisiones de los espectadores las que guían la trama y el trabajo actoral. La obra presume durar 100 minutos pero no siempre es así.
La cuarta pared se ha derrumbado para que entren los débiles a la ficción, en una obra que no tolera cobardes que repriman confesiones ni decisiones. Ensayo para los débiles, se presentará hoy en su último día a las 18 horas en el Teatro Experimental, no es una pieza dramática común, es mucho más que eso; aunque también puede ser menos, porque en esta vida no se pueden callar los ánimos todo el tiempo.
Obra de teatro: Ensayo para los débiles/ Domingo 8 de mayo 18:00 horas/ Teatro Experimental de Jalisco ubicado en Calz. Independencia Sur S/N
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