Cultura
Crónicas FILosas
¿Y si traemos a los gigantes?
En estos dos primeros días hay un par de temas recurrentes, entre las personas que me he estado encontrando, tanto locales como extranjeros: la molestia por lo difícil que es el acceso a internet en la Expo y lo terriblemente mala y cara que es la comida. El tema del internet es de verdad escandaloso. Hace un par de meses, que fui a Lagos de Moreno, comprobé que en la sala de espera de la central camionera ¡hay señal de internet libre! Estoy seguro de que en centros de exposiciones más pequeños de otras partes del país no se queman como aquí, queriendo hacer negocio. Porque ya me enteré que a cada stand le venden el derecho de tener señal y en un dineral.
Y el caso de la comida: qué decir. Cuando la Expo tiene en las manos la oportunidad de ofrecer buenas opciones de gastronomía, nada. La mayor parte de quienes ya saben, mejor salen a comer a Plaza del Sol o se vienen ya comiditos. Aquí la comida es sólo para emergencias. Y muchos, lo viví ayer, prefieren ir al Oxxo que está a dos cuadras, en el que por cierto hay colas para pagar. Bueno, supe que ni siquiera canapés se pueden meter al santo recinto, porque toda comida que entre debe ser preparada en la cocina de la Expo. O cobran descorche. Con razón en el Black Coffee que hay aquí sólo venden café. Habrá que meterse el pan del niño verde en la mochila, para cuando apriete el hambre.
Vienen ahora los mejores días para caminar por los pasillos, entre libros: de hoy al miércoles por las mañanas, que no hay entrada al público. Mientras, ya pasé por el stand de Conaculta y me encantó la parte que le dedicaron a Octavio Paz: hay mucho que ver y escuchar de este nuestro más grande intelectual mexicano.
Y lo que sí creo que se está llevando la FIL de calle es el pabellón infantil. Valdrá la pena acercarse más de alguna vez y observar bien y buscar alguna historia interesante. Lo prometo. ¿Y con el espacio de la región española invitada no podremos hacer algo? Fashion Emergency. Igual y averiguamos si podemos traernos a la niña, al campesino y al perro “cholo” gigantes ahí. Es más: con el perro “cholo” gigante tomando agua la hacemos para que esto tenga más vida.
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