Cultura

Contemplaciones contra el tedio

David ''Negro'' Guerrero

                                                                           I

La semana pasada se dio a conocer en la Ciudad de México, en el Club de Periodistas y como presentadores Xóchitl Gálvez, simpática mujer a la que le gusta la arena de la política y con capacidad de torear, teñida la muletilla de mentadas, al toro más bragado; además del escritor Carlos Montemayor, profundo conocedor del universo indígena de nuestro país y escritor de compromiso no ajeno a un innegable talento literario, el Manual para Trámites de Permisos de Radiodifusión Indígena.

El documento, "resultado de un proceso de diálogo que duró aproximadamente nueve meses realizado desde julio de 2008, que integró en un grupo de trabajo, radios indígenas permisionadas, radios y comunicadores indígenas, la Comisión de Seguimiento del Congreso Nacional de Comunicación Indígena, Organizaciones Civiles y las autoridades relacionadas con el trámite de permisos de radiodifusión, la Dirección General de Sistemas de Radio y Televisión de la Cofetel, la Subsecretaría de Medios de la Secretaría de Gobernación y la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas por conducto de la Dirección de Comunicación Intercultural y el Consejo Consultivo" (tal y como se lee en el comunicado de las Redes por la Diversidad, Equidad y Sustentabilidad, A.C, firmado el 17 de mayo pasado), fue simple y olímpicamente desdeñado, por no decir ignorado, por parte de uno de los actores indispensables en esta historia, la de la reivindicación de la radiodifusión cultural, más concretamente la indígena -con todas las significaciones que el término entraña-: el gobierno federal.

Miguel Ángel Granados Chapa consigna, en su columna Plaza Pública del 21 de mayo, que "salvo una representante del Instituto Nacional de Desarrollo Social" nadie más, por parte de la autoridad nacional (¿?) asistió.

El maestro hidalguense escribió que "su ausencia, en sentido contrario a su participación en la hechura del manual, resume la animadversión del gobierno federal a la radiodifusión indígena...".

                                                                           II

El 19 de mayo, la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CNDI) dio a conocer un boletín oficial en el que se desmarcaba y casi desautorizaba al Manual, debido a que "no es resultado del trabajo conjunto entre autoridades en la materia ni está avalado a través de minutas firmadas por las instancias que se señalan como involucradas"; y todavía le echaba más al decir que era "evidente que no se trata de un trabajo incluyente de las autoridades correspondientes".

Volviendo a la columna del maestro Granados Chapa, él recordaba las agresiones sufridas por emisoras comunitarias a manos de autoridades de todo tipo, como el caso de una estación más bien modesta y que transmitía desde un domicilio particular en Rosarito, Baja California: Radio Kompa, y que de pronto, así nomás porque lo decidió alguien, en febrero pasado irrumpieron agentes federales para callar el trabajo del gran y enorme equipo de trabajo formado por dos personas, Feliciano Castro y Santiago Flores.

Es decir, son solo dos botones de muestra que dan cuenta de las eternas contradicciones y ambigüedades en las que siempre ha estado el discurso oficial en torno a su compromiso por hacer válido y real el derecho de todos para hacer uso del espacio radioeléctrico, o lo que se dice la "democratización de los medios", o la ciudadanización" de los mismos.

                                                                           III

De entrada, sí es de rascarse la cabeza el que el gobierno federal, por voz de la CNDI, justifique su ausencia a un evento al que habían sido invitadas con anticipación al menos tres dependencias involucradas, diciendo que ellos no avalan un documento ¡en el que ellos mismos estuvieron trabajando!; y, todavía peor, que ni siquiera lo hayan aclarado en su debida oportunidad -si es que así lo ameritaba-.

Pero como ha quedado claro, y por desgracia no tuvo el eco ni la resonancia que temas como este deben tener, la noticia pasó de noche y una vez más se deberá tener la paciencia infinita para ver cuándo se les antoja a las autoridades, de todo tipo -ejecutivas o legislativas, incluso judiciales- trabajar en una de las tareas más urgentes que vienen arrastrando los grandes pendientes nacionales.

¿De qué sirve vivir tiempos electorales, con aspiraciones cuasi divinas en la palabra de humo de esos héroes de cartulina que son los candidatos, si ya se sabe que los asuntos esenciales y nodales de nuestro México lindo y querido nomás no han cambiado?

                                                                          IV

El mentado Manual para Trámites de Permisos de Radiodifusión Indígena corre el riesgo de quedarse en uno más de los muchísimos intentos y proyectos que se han trabajado pero que, a la hora de la hora, se quedan ahí, atorados en el mismo lugar de donde surgieron, animando al polvo a que los cubra.

El día que se presentó formalmente, con portada en donde destacan los créditos de las instituciones oficiales que participaron, fue el martes 19, en el marco del seminario "Las radios indígenas: retos y perspectivas para su reconocimiento y consolidación".

Como se nota, el título suena rete bonito y nada diferente a los muchísimos foros, seminarios, encuentros o lo que se quiera, que se han organizado con los mismos fines. Y ya se sabe que la bronca no está ahí, sino en lo que señala, nuevamente el maestro Granados Chapa: que "a la buena noticia se su aparición debe seguir la de que sea útil". ¿Será?

Comentarios, quejas y desmantelamiento de instalaciones a:
davidguerrero.lemus@gmail.com.
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