Cultura

Confirma México liderazgo en Patrimonio Mundial

Con la develación de la placa conmemorativa, hoy se oficializó la inscripción en la Lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO, de las Cuevas Prehistóricas de Yagul y Mitla

OAXACA, OAXAA (29/ABR/2011).- Con la develación de la placa de declaratoria como Patrimonio Mundial, hoy se oficializó la inscripción en el listado mundial de la UNESCO, de las Cuevas Prehistóricas de Yagul y Mitla en los Valles Centrales de Oaxaca; se trata de un área de cinco mil hectáreas en las que se distribuyen más de un centenar de cavidades en las que se han hallado los testimonios más antiguos del inicio de la civilización en el continente americano, hace más de 12 mil años.

Durante la ceremonia, encabezada por Consuelo Sáizar, presidenta del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta); Gabino Cué, gobernador del estado de Oaxaca; Alfonso de Maria y Campos, director general del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta) y autoridades municipales, se dio a conocer además la creación de los comités científico y de sitio, para el resguardo y difusión de estos abrigos rocosos, que quedaron inscritos en el listado mundial en la categoría de Paisaje Cultural.

Tras celebrar la declaratoria, aprobada por la UNESCO en 2010 durante la 34ª Reunión del Comité celebrada en Brasilia, Brasil, Consuelo Sáizar destacó que con ello “México refrenda ser una potencia cultural, al ocupar el sexto lugar a nivel mundial en el número de declaratorias —con un total de 31 sitios materiales—, en gran parte por el gran legado de Oaxaca”.

Acompañado de Teresa Vicencio, titular del Instituto Nacional de Bellas Artes, y Francisco López, director de Patrimonio Mundial del INAH, Gabino Cué Monteagudo, gobernador de Oaxaca, expresó que “esta placa representa un logro más para nuestro estado, el cual junto con Yucatán, posee el mayor número de sitios del país declarados Patrimonio Mundial.

“Reconozco el esfuerzo de los investigadores en arqueología, etnobotánica y antropología, pero en especial a la doctora Nelly Robles, investigadora del INAH, por sus estudios en esta área donde se ha localizado un tesoro cultural invaluable respecto al surgimiento de nuestra civilización”.

En el acto, en el que también estuvieron presentes los presidentes de los municipios de Tlacolula de Matamoros, San Pablo Villa de Mitla y Villa Díaz Ordaz —en los que se hallan distribuidas las cuevas—, Alfonso de Maria Campos, director general del INAH, refrendó el compromiso de esta Institución con la investigación y resguardo de las riquezas culturales de Oaxaca, como se demuestra con la candidatura de las Cuevas Prehistóricas de Yagul y Mitla.

Así mismo, anunció que próximamente se efectuarán los trabajos de conservación de la Capilla del Rosario, en Tlacolula de Matamoros, inmueble de la época virreinal. “Por instrucciones del Conaculta, el INAH sigue promoviendo el rescate, conservación y valoración de la riqueza cultural, además de refrendar el compromiso para cuidarla y ponerla a disposición del público”, señaló De Maria y Campos.

La candidatura y declaratoria mundial de las cuevas representó un trabajo arduo, toda vez que la conformación del expediente técnico —entregado previamente por el INAH a la UNESCO— abarca un área de 5 mil hectáreas.

Con lo anterior, México suma ya 36 bienes declarados por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) —25 sitios culturales, 4 naturales, un itinerario cultural, un paisaje cultural y 5 bienes inmateriales—, con lo que refrenda su posición como el país de mayor número de bienes inscritos en Latinoamérica.
 

En cuevas, el comienzo de la civilización en América
 

Las Cuevas Prehistóricas de Yagul y Mitla en los Valles Centrales de Oaxaca resguardan las evidencias más relevantes del comienzo de la civilización en América, un área ocupada por lo menos hace 12 mil años.

En este sentido, la doctora Nelly Robles, titular del Centro INAH-Oaxaca, dio a conocer que para el resguardo y difusión de dichas cuevas se crearon dos comités, uno científico y otro de sitio. El primero está conformado por arqueólogos y antropólogos del INAH, así como biólogos, etnólogos y botánicos de la Universidad Nacional Autónoma de México, del Tecnológico de Oaxaca y del Jardín Etnobotánico de Oaxaca.

Mientras que el comité de sitio está integrado por los presidente municipales de las comunidades aledañas al sitio, además de comisariados comunales y ejidales, y algunos propietarios de predios.

“La zona fue dividida en cinco parajes para su estudio: Yagul, Caballito Blanco, Unión Zapata, Mitla y Díaz Ordaz. De entre las 115 cuevas-habitación —hasta el momento registradas— que se encuentran en estos puntos, destacan también las cuevas de la Paloma y Rockshelter, por las evidencias de la transición de la vida nómada al sedentarismo”, abundó la doctora Robles.

Dentro de la cueva llamada Guilá Naquitz (Piedra Blanca en zapoteco), se hallaron semillas de calabaza con más de 10 mil años de antigüedad, consideradas los restos más tempranos de plantas domesticadas conocidas hasta ahora en el continente.

La importancia de esta zona es sólo comparable con los primeros vestigios de domesticación de la cebada y el trigo en el Medio Oriente, o lugares como Head Smashed —donde se halla un cementerio de bisontes—, en Buffalo Jump Complex, al suroeste de Canadá, o las Minas Neolíticas de Silex de Spinnes á Mons, Bélgica.

“De acuerdo con las primeras exploraciones realizadas por el investigador Kent V. Flannery, la ocupación de estas cuevas prehistóricas se remonta al 8000 a. C. Hoy podemos decir además, que en el área existen valiosas evidencias de la presencia de grupos nómadas de cazadores y recolectores que la ocuparon por lo menos hace 12 mil años”, detalló la arqueóloga.

“Entre las evidencias —añadió— tenemos que estos primeros grupos humanos, desarrollaron procesos de domesticación de plantas como la calabaza y el chile. Además, tenemos documentadas 40 cuevas con arte rupestre, que incluyen tanto pinturas como grabados”.

Estudios adicionales revelan que los fragmentos de olotes descubiertos en el mismo sitio, constituyen la evidencia más temprana, conocida hasta ahora, para documentar el origen del maíz. Así también, se descubrieron semillas de frijol y maíz que datan de 6000 y 4200 a. C., respectivamente.

Esta zona de abrigos rocosos de los Valles Centrales de Oaxaca, es un área que además de haber sido refugio de grupos de cazadores-recolectores hace 12 mil años, lo fue también de carrancistas durante la Revolución Mexicana.
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