Cultura
Concierto multifacético con Francisca Valenzuela
Llega con su mezcla de pop, rock y jazz que le ha valido su aceptación dentro y fuera de Chile
GUADALAJARA, JALISCO (28/NOV/2012).- Un aullido agudo se encargó de abrir su recital en la Feria Internacional del Libro. Ha sido de las más aplaudidas en los cinco días que lleva la FIL. Sin duda el público la esperaba. Forrada de negro de pies a cabeza, así salió Francisca Valenzuela para presentar en Guadalajara su mezcla de pop, rock y jazz que le ha valido su aceptación dentro y fuera de Chile.
Buen soldado fue la primera canción que se escuchó en vivo. Las presentaciones previas en el Foro FIL habían frustrado el ambiente con hileras de sillas que frenaban la excitación de los presentes, pero para la Valenzuela le dejaron el espacio abierto, para que todos gritaran al escuchar Quiero verte más o Afortunada.
Entró poco a poco en calor y prefirió deshacerse de su chamarra de piel. Debajo, delicada, lucía una ligera blusa blanca que dejaba ver la totalidad de sus brazos que, si se le seguía a uno con la mirada, concluían en una mano izquierda que descansaba sobre sus caderas que se contoneaban al ritmo de Muleta.
De festivo a reflexivo, el concierto de Francisca sufrió un cambio cuando dijo: "Esta es una canción que habla de cambiar al mundo. Se la dedico a todos los movimientos estudiantiles. En Chile estamos igual", y con esta frase como prólogo comenzó a sonar Salvador.
Se despidió, pero todos pidieron más. Jugó el juego de hacerse del rogar. "Con esta me despido" y nadie estuvo de acuerdo. Le pidieron otra, al unísono, hasta que salió, esta vez sin banda, para interpretar Run run se fue pal norte, original de Violeta Parra. Sola en el entarimado, sentada frente a su piano haciendo muestra de su talento.
En la segunda ronda se dio la sorpresa de la noche. Bajó de su asiento para presentar a la banda invitada, Sussie 4, con quienes interpretó el tema que tienen a dueto, Mucho corazón. "Este es un ejemplo de lo que Chile y Guadalajara podemos hacer juntos", dijeron.
Luego Francisca presentó a los integrantes de su banda: Jorge en la guitarra, Mauricio en la batería, Martín en los teclados e Ismael en el bajo. Fue Qué sería la encargada de cerrar su presentación que destacó entre las demás de la FIL con los talentos de la chilena mostrado entre solos de intermedio, intervenciones de guitarra y su acento chileno; así se vivió el concierto de Francisca Valenzuela.
EL INFORMADOR / RUBÉN GIL
Buen soldado fue la primera canción que se escuchó en vivo. Las presentaciones previas en el Foro FIL habían frustrado el ambiente con hileras de sillas que frenaban la excitación de los presentes, pero para la Valenzuela le dejaron el espacio abierto, para que todos gritaran al escuchar Quiero verte más o Afortunada.
Entró poco a poco en calor y prefirió deshacerse de su chamarra de piel. Debajo, delicada, lucía una ligera blusa blanca que dejaba ver la totalidad de sus brazos que, si se le seguía a uno con la mirada, concluían en una mano izquierda que descansaba sobre sus caderas que se contoneaban al ritmo de Muleta.
De festivo a reflexivo, el concierto de Francisca sufrió un cambio cuando dijo: "Esta es una canción que habla de cambiar al mundo. Se la dedico a todos los movimientos estudiantiles. En Chile estamos igual", y con esta frase como prólogo comenzó a sonar Salvador.
Se despidió, pero todos pidieron más. Jugó el juego de hacerse del rogar. "Con esta me despido" y nadie estuvo de acuerdo. Le pidieron otra, al unísono, hasta que salió, esta vez sin banda, para interpretar Run run se fue pal norte, original de Violeta Parra. Sola en el entarimado, sentada frente a su piano haciendo muestra de su talento.
En la segunda ronda se dio la sorpresa de la noche. Bajó de su asiento para presentar a la banda invitada, Sussie 4, con quienes interpretó el tema que tienen a dueto, Mucho corazón. "Este es un ejemplo de lo que Chile y Guadalajara podemos hacer juntos", dijeron.
Luego Francisca presentó a los integrantes de su banda: Jorge en la guitarra, Mauricio en la batería, Martín en los teclados e Ismael en el bajo. Fue Qué sería la encargada de cerrar su presentación que destacó entre las demás de la FIL con los talentos de la chilena mostrado entre solos de intermedio, intervenciones de guitarra y su acento chileno; así se vivió el concierto de Francisca Valenzuela.
EL INFORMADOR / RUBÉN GIL