Cultura
Conaculta edita libro sobre Carlos Chávez
El Consejo Nacional para la Cultura y las Artes editará ''Trece panoramas en torno a Chávez''
Conaculta), con la edición del libro "Trece panoramas en torno a Chávez", de Robert Parker.
En el volumen, editado por la Dirección de Publicaciones de Conaculta, el profesor emérito de la Escuela de Música de la Universidad de Miami, muestra como Chávez logró consolidar alianzas con algunos de los artistas más importantes de la vanguardia artística mexicana como Diego Rivera, Miguel Covarrubias y José Vasconcelos.
Pero su alcance no se limitió sólo a su país, estas alianzas también las tuvo con personalidades del extranjero, como Leopold Stokowski, Aaron Copland, Martha Graham y Clare BootheLuce, lo que lo convirtió en un líder excepcional en la vida cultural de México.
Como compositor influyó en muchos músicos jóvenes, como Eduardo Mata y Mario Lavista, y como director trabajó muy de cerca con las orquestas.
Viajaba mucho por todo el mundo, especialmente por Estados Unidos y Europa, ofreciendo conciertos en universidades. Estableció relaciones muy estrechas con Copland, Stravinksy, Stokowsky y todos los grandes compositores y directores de orquesta de esa época, declaró Parker.
Parker dividió su libro en cuatro secciones: "Visiones amplias", en donde explora el trabajo musical del compositor en combinación con otras ramas del arte; y 'Artistas emergentes", que habla del contacto de Chávez con artistas de su época.
"Proyectos excepcionales", donde menciona obras sobresalientes de Chávez y finalmente cierra con la sección "Ultimas creaciones", en que se refiere a obras en las que Chávez dejó una profunda huella.
El músico y compositor Carlos Chávez (1899-1978) fue uno de los hombres más destacados de la cultura mexicana en el siglo pasado. Formado como pianista, llegó a ser uno de los compositores más significativos del siglo XX; además tuvo un papel fundamental en la consolidación del movimiento musical del Nacionalismo desde diversos frentes: como director de la Orquesta Sinfónica de México, director del Conservatorio Nacional y director fundador del Instituto Nacional de Bellas Artes.
Este 13 de junio se celebra el 111 aniversario del natalicio de este músico que legó a México más de 200 composiciones y contribuyó a formar dos generaciones de compositores: el llamado Grupo de los Cuatro (Blas Galindo, José Pablo Moncayo, Salvador Contreras y Daniel Ayala).
Y en los años sesenta, la Generación del Taller (Héctor Quintanar, Mario Lavista, Eduardo Mata, Humberto Hernández Medrano y Francisco Núñez Montes).
En la segunda década del siglo XX, Chávez fue un personaje clave en el desarrollo del nacionalismo mexicano en la música, que corrió a la par de esfuerzos similares en educación y otras artes, como el muralismo impulsado por Diego Rivera, José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros.
Años más tarde, como funcionario público buscó consolidar el desarrollo de los músicos y artistas en general, al frente del Conservatorio Nacional de Música (1928-1933), del Departamento de Bellas Artes de la SEP (1933-1934) y, más tarde, como impulsor y director del Instituto Nacional de Bellas Artes (1947-1952).
También apoyó la creación de la Orquesta Sinfónica Nacional, el Departamento de Danza (1950) y la Opera de Bellas Artes (1948).
Carlos Chávez dejó un catálogo conformado por más de 200 composiciones, de entre las que se pueden destacar, en el terreno del nacionalismo, el ballet H.P. "Sinfonía de baile" (llamada también "Caballos de vapor", 1926-1932); la "Sinfonía No. 2, India" (1935-36) y "Xochipili Macuilxoxhitl: Una música azteca imaginaria" (1940), una pieza que le fue encargada para la exhibición de arte mexicano en el Museo de Arte Moderno de Nueva York.
En algunas obras, Chávez buscó retratar los problemas sociales de México, a esta veta pertenecen "Sinfonía proletaria" (1934), su obra de aliento revolucionario, o "Chapultepec" (Obertura republicana) (1935), donde agrupa tres piezas mexicanas: "La Marcha de Zacatecas", el vals "Club Verde" y la "Adelita".
También se interesó por la música abstracta, la cual se halla en composiciones tempranas como "Polígonos" (para piano, 1923), "Tres hexágonos" (para voz y piano, 1924), "36" (para piano, 1925), "Energía" (para nueve instrumentos, 1925), "Soli" I (1933) y "Espiral" (para piano y violín, 1934), y en su periodo de madurez con piezas como los "Preludios" (para piano, 1937) y el "Concierto para piano y orquesta" (1938-1940), entre otras.
CIUDAD DE MÉXICO (12/JUN/2010).- Considerado como uno de los hombres más destacados de la cultura mexicana, el compositor Carlos Chávez es recordado a 111 años de su natalicio, por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (
En el volumen, editado por la Dirección de Publicaciones de Conaculta, el profesor emérito de la Escuela de Música de la Universidad de Miami, muestra como Chávez logró consolidar alianzas con algunos de los artistas más importantes de la vanguardia artística mexicana como Diego Rivera, Miguel Covarrubias y José Vasconcelos.
Pero su alcance no se limitió sólo a su país, estas alianzas también las tuvo con personalidades del extranjero, como Leopold Stokowski, Aaron Copland, Martha Graham y Clare BootheLuce, lo que lo convirtió en un líder excepcional en la vida cultural de México.
Como compositor influyó en muchos músicos jóvenes, como Eduardo Mata y Mario Lavista, y como director trabajó muy de cerca con las orquestas.
Viajaba mucho por todo el mundo, especialmente por Estados Unidos y Europa, ofreciendo conciertos en universidades. Estableció relaciones muy estrechas con Copland, Stravinksy, Stokowsky y todos los grandes compositores y directores de orquesta de esa época, declaró Parker.
Parker dividió su libro en cuatro secciones: "Visiones amplias", en donde explora el trabajo musical del compositor en combinación con otras ramas del arte; y 'Artistas emergentes", que habla del contacto de Chávez con artistas de su época.
"Proyectos excepcionales", donde menciona obras sobresalientes de Chávez y finalmente cierra con la sección "Ultimas creaciones", en que se refiere a obras en las que Chávez dejó una profunda huella.
El músico y compositor Carlos Chávez (1899-1978) fue uno de los hombres más destacados de la cultura mexicana en el siglo pasado. Formado como pianista, llegó a ser uno de los compositores más significativos del siglo XX; además tuvo un papel fundamental en la consolidación del movimiento musical del Nacionalismo desde diversos frentes: como director de la Orquesta Sinfónica de México, director del Conservatorio Nacional y director fundador del Instituto Nacional de Bellas Artes.
Este 13 de junio se celebra el 111 aniversario del natalicio de este músico que legó a México más de 200 composiciones y contribuyó a formar dos generaciones de compositores: el llamado Grupo de los Cuatro (Blas Galindo, José Pablo Moncayo, Salvador Contreras y Daniel Ayala).
Y en los años sesenta, la Generación del Taller (Héctor Quintanar, Mario Lavista, Eduardo Mata, Humberto Hernández Medrano y Francisco Núñez Montes).
En la segunda década del siglo XX, Chávez fue un personaje clave en el desarrollo del nacionalismo mexicano en la música, que corrió a la par de esfuerzos similares en educación y otras artes, como el muralismo impulsado por Diego Rivera, José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros.
Años más tarde, como funcionario público buscó consolidar el desarrollo de los músicos y artistas en general, al frente del Conservatorio Nacional de Música (1928-1933), del Departamento de Bellas Artes de la SEP (1933-1934) y, más tarde, como impulsor y director del Instituto Nacional de Bellas Artes (1947-1952).
También apoyó la creación de la Orquesta Sinfónica Nacional, el Departamento de Danza (1950) y la Opera de Bellas Artes (1948).
Carlos Chávez dejó un catálogo conformado por más de 200 composiciones, de entre las que se pueden destacar, en el terreno del nacionalismo, el ballet H.P. "Sinfonía de baile" (llamada también "Caballos de vapor", 1926-1932); la "Sinfonía No. 2, India" (1935-36) y "Xochipili Macuilxoxhitl: Una música azteca imaginaria" (1940), una pieza que le fue encargada para la exhibición de arte mexicano en el Museo de Arte Moderno de Nueva York.
En algunas obras, Chávez buscó retratar los problemas sociales de México, a esta veta pertenecen "Sinfonía proletaria" (1934), su obra de aliento revolucionario, o "Chapultepec" (Obertura republicana) (1935), donde agrupa tres piezas mexicanas: "La Marcha de Zacatecas", el vals "Club Verde" y la "Adelita".
También se interesó por la música abstracta, la cual se halla en composiciones tempranas como "Polígonos" (para piano, 1923), "Tres hexágonos" (para voz y piano, 1924), "36" (para piano, 1925), "Energía" (para nueve instrumentos, 1925), "Soli" I (1933) y "Espiral" (para piano y violín, 1934), y en su periodo de madurez con piezas como los "Preludios" (para piano, 1937) y el "Concierto para piano y orquesta" (1938-1940), entre otras.
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