Cultura
Compartir la propia curiosidad
Komagata es un mundo para los niños
Mantiene un sello editorial propio, One Stroke, y con formas simples y recortes de papel produce trabajos muy singulares. El ejemplo más célebre es la colección Little eyes, diez cajas de libros desplegables que van del blanco y negro al color y de las formas simples a otras más sugestivas.
En YouTube pueden verse ejemplos: una hojita plegada que, vista desde un lado, dibuja una montaña humeante bajo un cielo azul, pero, desde el lado opuesto, son las gaviotas que vuelan sobre la montaña al atardecer.
Él ha contado de varias maneras la génesis de este tipo de obra. Un día decidió crear una serie de tarjetas gráficas para entenderse mejor con su hija —hoy ya mayor de edad—, pero también vivió cosas como cuando los adultos lo criticaron por dibujar, cuando niño, un edificio todo de color rosa. Durante una entrevista, accede a contar que la gran ruptura fue su descubrimiento de un libro del diseñador Bruno Munari, otro famoso hacedor de libros-objeto (Komagata es hoy tan conocido que casi siempre lo mencionan a él junto a Munari). “Dentro había un pequeño libro para niños hecho con materiales usados. No lo abrí entonces, estaba muy ocupado, pero, tan pronto lo saqué, mi hija respondió de inmediato al libro; eso me sorprendió mucho y fue muy inspirador”.
—¿Cuál diría usted que es la habilidad más necesaria para dedicarse a producir este tipo de libros?
—Alguien que no tiene niños, alguien que no está casado, también puede hacerlos. Pero yo diría que deben compartirlos con alguien: pueden ser amigos o familia, pero hay que tratar de compartir y ver cómo responden los demás. Esto es muy importante. En cuanto a los artistas, necesitamos innovación, definitivamente. Tenemos que hacer cosas nuevas para que puedan encajar en los tiempos modernos, no en los anteriores. Tenemos que conseguir que los artistas jóvenes produzcan cosas nuevas.
—¿Qué libros tuvo usted cuando era niño?
—Éramos muy pobres, en Japón, y los libros eran muy pocos. El único que tenía era un libro de mi abuela, que era una guía de transportes: carros, y trenes, y barcos… No tenía ninguna historia. Pero me dio mucho impulso, porque podíamos compartir los libros con la familia. Los libros no son sólo para enseñar, no sólo para aprender cosas nuevas; también son una posibilidad para la experiencia de compartir.
DE LUJO
En Filustra Katsumi komagata participó ayer en el foro internacional de ilustración.