Cultura
Coinciden que la nación es la herencia de 1810
Un sondeo realizado por este diario refleja el ánimo de los jaliscienses sobre la conmemoración de la Independencia de México
GUADALAJARA, JALISCO (14/SEP/2010).- En medio de las discusiones sobre si debe o no festejarse el Bicentenario de la Independencia, un sondeo realizado por este diario y la voz de la comunidad cultural intentan reflejar el sentir local sobre la conmemoración del próximo 16 de septiembre. De los resultados destaca la visión de que la nación no goza de estabilidad.
Para el sondeo Festejos del Bicentenario y Centenario se encuestaron 875 personas que viven en la Zona Metropolitana de Guadalajara, cuyas opiniones son similares a la postura que mantienen algunos integrantes de la comunidad cultural.
En este 2010, sólo el 3% de las personas consultadas se siente más mexicana en comparación con años anteriores.
Sobre qué ganó la sociedad con la gesta emancipadora, el 37% considera que el principal logro es la identidad mexicana, y el 29%, la libertad.
El escritor Antonio Ortuño señala que el primer logro de la Independencia es que México dejó de ser una colonia, “un bien indudable para cualquier nación. Y ahora somos una democracia, endeble, si se quiere, pero democracia al fin”.
Para el artista plástico Humberto Baca, de la lucha insurgente heredamos soberanía y libertad, “pero no sé hasta qué punto la pobreza nos otorga esto último”. También considera importante la abolición de la esclavitud y que el país no depende de España. “Creo que quien no ha sido objeto de discriminación no entenderá el mensaje, pero pregúntale a la gente que está en la miseria”.
Aunque para algunos el panorama es oscuro, el escenógrafo Rodrigo Cortés dice que no se trata de culpar al Gobierno de la actual situación, y que es el momento ideal para promover el patriotismo, el ánimo, la sinceridad, la honestidad y la tenacidad de cada persona. “México no se encuentra en un buen momento, sin embargo, más que recordar, es una fecha para un nuevo comienzo y para que le echemos los kilos y levantemos este país como se hizo hace 200 o hace 100 años”.
El director escénico Miguel Lugo opina que “a estas alturas lo que se ganó ha quedado lejos. Somos un país dependiente de otras naciones en varios sentidos, principalmente en lo económico, aunque también culturalmente porque valoramos más otras costumbres que las propias”.
Para el 5% de los que participaron en el sondeo, con la lucha de Independencia no se ganó nada.
¿Por qué celebrar?
Ante la pregunta de cómo debió festejarse el Bicentenario, sólo el 9% considera que los recursos debieron invertirse en actividades. En contraste, el 12% piensa que los recursos debieron utilizarse en programas sociales.
Para el director de la Compañía Estatal de Teatro, Beto Ruiz, es necesario recordar que México está “enfermo”. Entonces, si el país no goza de buena salud y no es libre, la celebración tendría que ser distinta.
En lo anterior coinciden Miguel Lugo y la coreógrafa y bailarina Olga Gutiérrez.
Para Lugo, no hay nada que celebrar si la economía, la convivencia y el bienestar de la sociedad están “quebrantados, y el despilfarre por el famoso festejo no es más que lo mismo de siempre, me parece una burla al ciudadano común”.
Gutiérrez considera que la violencia es un tema mucho más urgente que la conmemoración. “Hay un punto en el que la celebración se vuelve una puesta en escena y en un aliciente a los mexicanos por el silencio y sometimiento guardado”.
Para el pintor Abel Galván, no hay nada que celebrar y la inversión ha sido “insultante. En medio de una crisis económica y social tan aguda, lo más coherente y decente sería bajarse del carro alegórico y ayudar a todas las comunidades que están marginadas y no tienen servicios básicos o qué comer”.
En contraparte, Rodrigo Cortés resalta que sí hay que festejar que hace 200 años había la intención de construir una nación.
Antonio Ortuño dice que “me da risa la gente que dice muy seria ‘no hay nada que celebrar’, como si los problemas del país fueran culpa de extraterrestres o demonios, y no de todos. Creo que el único significado posible de una efeméride es recordarle a la gente que vive en comunidad y que su vida valdrá en la medida que la de su comunidad valga”.
El historiador e investigador de El Colegio de Jalisco, Jaime Olveda, señala que entre 1810 y 2010 hay aproximadamente ocho generaciones, y destaca que es importante “reflexionar cómo hemos avanzado en ese tiempo y en qué situación está el país en comparación con otros. Es importante evaluar estos 200 años para entender porqué tenemos un país ensangrentado”.
Finalmente, el artista urbano Frase puntualiza que es un momento ideal para revisar la historia del país “y ver que las cosas no han salido como se planearon”.
METODOLOGÍA
Encuesta cara a cara realizada a 875 personas mayores de 16 años de los municipios de Guadalajara, Zapopan, Tonalá y Tlaquepaque.
Para el sondeo Festejos del Bicentenario y Centenario se encuestaron 875 personas que viven en la Zona Metropolitana de Guadalajara, cuyas opiniones son similares a la postura que mantienen algunos integrantes de la comunidad cultural.
En este 2010, sólo el 3% de las personas consultadas se siente más mexicana en comparación con años anteriores.
Sobre qué ganó la sociedad con la gesta emancipadora, el 37% considera que el principal logro es la identidad mexicana, y el 29%, la libertad.
El escritor Antonio Ortuño señala que el primer logro de la Independencia es que México dejó de ser una colonia, “un bien indudable para cualquier nación. Y ahora somos una democracia, endeble, si se quiere, pero democracia al fin”.
Para el artista plástico Humberto Baca, de la lucha insurgente heredamos soberanía y libertad, “pero no sé hasta qué punto la pobreza nos otorga esto último”. También considera importante la abolición de la esclavitud y que el país no depende de España. “Creo que quien no ha sido objeto de discriminación no entenderá el mensaje, pero pregúntale a la gente que está en la miseria”.
Aunque para algunos el panorama es oscuro, el escenógrafo Rodrigo Cortés dice que no se trata de culpar al Gobierno de la actual situación, y que es el momento ideal para promover el patriotismo, el ánimo, la sinceridad, la honestidad y la tenacidad de cada persona. “México no se encuentra en un buen momento, sin embargo, más que recordar, es una fecha para un nuevo comienzo y para que le echemos los kilos y levantemos este país como se hizo hace 200 o hace 100 años”.
El director escénico Miguel Lugo opina que “a estas alturas lo que se ganó ha quedado lejos. Somos un país dependiente de otras naciones en varios sentidos, principalmente en lo económico, aunque también culturalmente porque valoramos más otras costumbres que las propias”.
Para el 5% de los que participaron en el sondeo, con la lucha de Independencia no se ganó nada.
¿Por qué celebrar?
Ante la pregunta de cómo debió festejarse el Bicentenario, sólo el 9% considera que los recursos debieron invertirse en actividades. En contraste, el 12% piensa que los recursos debieron utilizarse en programas sociales.
Para el director de la Compañía Estatal de Teatro, Beto Ruiz, es necesario recordar que México está “enfermo”. Entonces, si el país no goza de buena salud y no es libre, la celebración tendría que ser distinta.
En lo anterior coinciden Miguel Lugo y la coreógrafa y bailarina Olga Gutiérrez.
Para Lugo, no hay nada que celebrar si la economía, la convivencia y el bienestar de la sociedad están “quebrantados, y el despilfarre por el famoso festejo no es más que lo mismo de siempre, me parece una burla al ciudadano común”.
Gutiérrez considera que la violencia es un tema mucho más urgente que la conmemoración. “Hay un punto en el que la celebración se vuelve una puesta en escena y en un aliciente a los mexicanos por el silencio y sometimiento guardado”.
Para el pintor Abel Galván, no hay nada que celebrar y la inversión ha sido “insultante. En medio de una crisis económica y social tan aguda, lo más coherente y decente sería bajarse del carro alegórico y ayudar a todas las comunidades que están marginadas y no tienen servicios básicos o qué comer”.
En contraparte, Rodrigo Cortés resalta que sí hay que festejar que hace 200 años había la intención de construir una nación.
Antonio Ortuño dice que “me da risa la gente que dice muy seria ‘no hay nada que celebrar’, como si los problemas del país fueran culpa de extraterrestres o demonios, y no de todos. Creo que el único significado posible de una efeméride es recordarle a la gente que vive en comunidad y que su vida valdrá en la medida que la de su comunidad valga”.
El historiador e investigador de El Colegio de Jalisco, Jaime Olveda, señala que entre 1810 y 2010 hay aproximadamente ocho generaciones, y destaca que es importante “reflexionar cómo hemos avanzado en ese tiempo y en qué situación está el país en comparación con otros. Es importante evaluar estos 200 años para entender porqué tenemos un país ensangrentado”.
Finalmente, el artista urbano Frase puntualiza que es un momento ideal para revisar la historia del país “y ver que las cosas no han salido como se planearon”.
METODOLOGÍA
Encuesta cara a cara realizada a 875 personas mayores de 16 años de los municipios de Guadalajara, Zapopan, Tonalá y Tlaquepaque.
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