Cultura

Cleopatra VII fue la última reina del imperio egipcio

El poder caracterizó a Cleopatra VII quien tuvo que casarse con sus hermanos para preservar su reino

CIUDAD DE MÉXICO (11/AGO/2013).- Dueña de un poder de seducción irresistible y poseedora de una gran cultura, fruto de una intensa educación, Cleopatra VII, quien falleció el 12 de agosto del año 30 a.C., es recordada como la última reina de Egipto.

Cleopatra Filopátor era de origen macedonio por lo que no tenía sangre egipcia, pero aprendió a hablar egipcio y, por razones políticas, se llamó a sí misma como la nueva Isis, un título que la distinguía de la anterior reina ptolemaica Cleopatra III.

La emperatriz nació en Alejandría en el año 69 a.C. y tras la muerte de su padre, Ptolomeo XII, heredó el trono cuando contaba con apenas 18 años de edad.

De acuerdo con la biografía publicada en el sitio de internet de la Enciclopedia Británica, fue obligada a casarse con su propio hermano, Ptolomeo XIII, pero los conflictos entre ellos y su otro hermano no se hicieron esperar, por lo que Cleopatra fue destronada.

Al llegar las tropas de Julio César a Egipto, éste se unió a la pelea entre Cleopatra y su hermano, durante la llamada "Guerra Alejandrina" (48-47 a.C.), en la que murieron tanto Pompeyo, enemigo de Julio César, como Ptolomeo XIII.

De acuerdo con el portal de internet "biografiasyvidas.com", tras la victoria, Julio César le entregó el trono a Cleopatra, que se había convertido en su amante, pero para conservar la tranquilidad entre el pueblo egipcio, la reina contrajo nupcias de nuevo esta vez con su otro hermano Ptolomeo XIV, a quien manejó a su antojo.

Al ser asesinado Julio César en el año 44 a. C., Cleopatra intentó repetir la maniobra seduciendo a su inmediato sucesor, el cónsul Marco Antonio, que por aquel entonces luchaba con Augusto por el poder.

Cleopatra y Antonio impusieron su fuerza en Oriente creando un nuevo reino helenístico y al estallar la "Guerra Ptolemaica" (32-30 a. C.), entre Octavio Augusto y Marco Antonio, este último consiguió huir, y refugiarse con Cleopatra en Alejandría.

Al verse acorralado por las tropas de Augusto, Marco Antonio se suicidó dejando a Cleopatra indefensa ante los ataques de Octavio.

Cleopatra intentaría seducir al guerrero romano Octavio Augusto para salvar su vida y el trono, pero éste se mostró insensible a sus encantos, y decidió llevarla a Roma como botín de guerra.

Al verse presa, Cleopatra se suicidó el 12 de agosto del año 30 a.C. por el ritual egipcio de hacerse morder por un áspid (víbora venenosa). Augusto aprovechó la circunstancia para asesinar también al hijo de Cleopatra y Julio César, terminando así con la dinastía ptolemaica y añadiendo a Egipto al Imperio Romano.
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