Cultura
Claudia Piñeiro se asoma a las utopías
La imagen de la novela es la de un arquitecto que trabaja dibujando el edificio de sus sueños
Piñeiro (Burzaco, 1960), lentes sobre el cabello recogido con una liga, las arrugas bien llevadas en un rostro de mirada verde tranquilo, cuenta que para escribir Las grietas de Jara (publicada por Alfaguara) inició con una concepción de una imagen en movimiento que se va desarrollando mientras escribe. “Para ponerme a escribir sé el inicio de la historia y a veces el final, aunque éste se modifique mientras avanza la historia”.
La imagen que desarrolló en la novela es la del arquitecto Pablo Simó, que, en el estudio donde trabaja, está dibujando el edificio de sus sueños: sabe que nunca lo va a construir, pero sigue dibujando.
Para Claudia, escribir es “como las utopías que tenemos todos cuando decimos que voy a dejar el diario para escribir una novela; cuando deje la oficina, me voy a armar una librería”.
Antes de volcarse por la literatura, Claudia Piñeiro trabajaba como contadora y creía que el oficio de escribir era sólo algo paralelo en su vida; pero, para poder cambiar de aires, debió buscarse empleos más afines a la literatura, en vez de abandonarlo todo románticamente.
La también guionista de televisión afirma que la novela trata el tema de las crisis de la mediana edad y el matrimonio, pues Pablo Simó es un hombre descontento con su vida, con su matrimonio, pero no se atreve a dejarlo.
Para Claudia, el principal reto fue el ejercicio de meterse en el universo mental de los hombres: “A las mujeres nos cuesta menos hablar del universo de la cabeza de un hombre. A los hombres les cuesta más trabajo meterse en la cabeza de una mujer”.
El premio Sor Juana Inés de la Cruz, que da a la ganadora 10 mil dólares en efectivo, será entregado hoy en el marco de la FIL. Piñeiro ya firmó el contrato de opción para llevar al cine la novela.
Hoy, 19:30 horas / Entrega del premio Sor Juana Inés de la Cruz / Auditorio Juan Rulfo
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