Cultura
Cine y frontera con ojo crítico en el CUCSH
El fenómeno de la migración global, visto a través del séptimo arte, fue el punto de partida
Fue en la Sala Mariano Otero donde a partir del cine contemporáneo y del realizado hace un par de décadas que se invitó a la reflexión sobre una de las problemáticas dadas en la frontera de Estados Unidos con México, esto a propósito de que la ciudad invitada a la Feria Internacional de Libro es Los Ángeles, California.
La propuesta, dijeron, fue reflexionar acerca de la nueva construcción conceptual de la línea fronteriza. Juan Alberto Apodaca, egresado de la licenciatura en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de Baja California, fue uno de los ponentes de las últimas jornadas, y en su oportunidad expuso lo que tituló como "Tijuana y su cine".
En su intervención mostró cómo es que muchas, si no es que casi todas las cintas que hablan sobre la capital de Baja California Norte la muestran de manera negativa. “Soy de Sinaloa, y para mí antes de este trabajo Tijuana era lo que había visto en las cintas La bamba y Born in East LA, y una vez que comencé con el estudio, confirmé que el estereotipo de Tijuana era negativo para los realizadores, pues ven a la ciudad como locaciones hechas donde la ilegalidad es lo que reina”.
La ilegalidad como locación
Los pajarracos (2006), protagonizada por Itatí Cantoral, Miguel Rodarte y Regina Orozco, fue mencionada como una de las películas que más dañan la imagen de la frontera, incluso Apodaca citó parte de los diálogos, que resaltaron lo dicho: “En Tijuana no se investiga nomás se obedece” o “El placer no conoce fronteras”. La visión crítica, dijo Juan Alberto, se queda en un intento de parodia de mal gusto, “es como un chiste mal contado y donde la lógica sale sobrando”.
También expuso cintas como Traffic de Steven Soderbergh y La línea, protagonizada por Andy García, que al igual que Los pajarracos muestran a Tijuana como un lugar denigrante y donde todo se puede comprar, contrario a lo que la cineasta María Novaro realizó en el Jardín del Edén, quizá, afirmaron, una de las únicas en donde no se habla de lo negativo.
Identidad, migración, globalización, nacionalismo y el choque de culturas también tuvieron cabida en el congreso donde quedó claro que la frontera es un tema apasionante y con mucha tela de donde cortar.
EL INFORMADOR/ Altagracia Lizardo Medina
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