Cultura

Celebran libros gratuitos como primer acercamiento con literatura y arte

'Así eran mis libros' reúne las portadas realizadas durante 52 años en México

GUADALAJARA, JALISCO (27/NOV/2011).- Catarsis fue el común denominador de los tres ponentes y de los presentes ya mayorcitos en la sala José Luis Martínez, cuando los primeros se dispusieron a hablar de las imágenes que durante 52 años han ilustrado las portadas de los libros de texto gratuitos reunidas en "Así eran mis libros...".

El libro emergió de la inquietud de Bertha Hernández, periodista y escritora que ayer desmenuzó las letras e imágenes que vertió en su obra, donde plasma las 41 pinturas que desde 1960 a la fecha han formado parte de la educación básica de millones de mexicanos, a cargo de la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos (Conaliteg).

"Hay muchas cosas en la memoria que se agolpan aquí, en una sala de la FIL. Este es un libro que tiene que ver con la memoria. La memoria es eso de lo que se nutre la historia como disciplina, es el recuerdo, el impacto, una imagen que de repente aparece en nuestras mentes cuando vemos unas jacarandas en flor, olemos una taza de café con leche, un pan, oímos e timbre de una escuela, escuchamos niños cantar en el jardín de niños de enfrente, como a mí me pasa", dijo en un susurro la autora.

Por su parte, Enrique Linares González, doctor en letras hispánicas que presentó el libro, dijo sentirse profundamente conmovido con la lectura de Así eran mis libros, ya que le hizo evocar aquellos recuerdos que tenía guardados de su niñez, pero lo más importante es que esos libros significaron su primer acercamiento a la literatura, a la poesía que tanto le encanta y que lo han dejado marcado, tal fue su catarsis que declamó uno de Leopoldo Lugones, que memorizó de su libro de quinto grado de primaria.

"Soy un producto de la educación pública de este país", espetó el académico.

El arte tiene que estar en la educación

El arte sensibiliza y concientiza, de ahí la importancia de enriquecer la educación gratuita de los escolares con murales en las escuelas y colecciones pictóricas en las portadas de los libros, señaló Hernández.

"Existe esa convicción convertida en política pública de que el arte humaniza, nos vuelve más sensibles y por más sensibles nos da más sentido de servicio público, nos da más consciencia de que este lugar donde vivimos y que llamamos patria es algo que vale la pena cuidar y vale la pena defender, así, sin darse cuenta, estos cuadros nos dicen algo, que hay del otro lado: el que pinta, el que administra, el que toma la decisión, la de las políticas públicas".

Esa política pública que a mediados del siglo pasado decretó los libros gratuitos en la educación básica, que rescata Hernández en su libro a manera de testimonio: María Isabel Cárdenas, aquella escolar potosina que fue la primera mexicana en recibir su libro de texto gratuito, quien, al hojear hace poco uno de los ejemplares de entonces, exclamó "¡así eran mis libros!".

EL INFORMADOR /VIOLETA MELÉNDEZ
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