Cultura
Cartas revelan pensamiento crítico de Calvino
Correspondencia (1940-1985) reúne 240 misivas enviadas por el escritor italiano a su padre, amistades y creadores
Se trata de un volumen editado por Siruela, que bajo el título de Correspondencia (1940-1985) reúne 240 cartas del escritor italiano dirigidas a su padre, a amigos como el periodista Eugenio Scalfari o a creadores como Alberto Moravia, Cesare Pavese, Natalia Ginzburg, Elsa Morante, Pier Paolo Pasolini, Leonardo Sciascia o Umberto Eco, seleccionadas por el poeta español Antonio Colinas.
El compromiso ético y político de Italo Calvino y su inquebrantable defensa de la libertad, mezclados con los acontecimientos y vaivenes que marcaron su vida, quedan patentes en dichas misivas, que hacen del autor de Los amores difíciles una de las miradas más lúcidas y verdaderas del panorama intelectual.
“Esta correspondencia es la historia de la narrativa italiana de los años cincuenta y sesenta, y su contenido informativo y anecdótico hace de ellas un material teórico y didáctico de primera magnitud”, afirma Antonio Colinas, Premio Nacional de Traducción en Italia por verter al castellano toda la obra poética de Salvatore Quasimodo.
Colinas hizo una selección por bloques, entre ellos el dedicado a poetas, editores, profesores y figuras del cine, y entre las misivas destaca una dirigida a Esther Benítez, la primera en traducir al español a Calvino y a quien, entre otras cosas muestra sus dudas sobre cómo traducir El barón rampante.
Otro de los apartados está dedicado al punto de vista sociológico y político de Calvino, “con una fuerte tensión ideológica”, según Colinas. “Aquí se hallan las primeras cartas en las que se va viendo la disidencia con el Partido Comunista (1944), a partir de la invasión de Hungría por parte de la Unión Soviética”, precisa el poeta y narrador.
Italo Calvino luego explica por qué abandonó su militancia en el Partido Comunista Italiano en 1956, con cartas a la dirección del partido o a los trabajadores de la FIAT; sucesos que acontecen en paralelo a la escritura de su famosa trilogía El barón rampante, El vizconde demediado y El caballero inexistente, “libros todos ellos en los que se ve su sustrato ideológico, su vocación pedagógica y su posición rebelde e independiente contra cualquier abuso de poder”.
En otra de sus cartas, Calvino en 1980 se dirige a Umberto Eco tras leer El nombre de la rosa, y dice: “Acabo de terminar de leer… Los motivos de interés en mi lectura han sido, por este orden: La filosofía de la risa, que comparto plenamente en su valor moral, estético y gnoseológico (no comprendo cómo los críticos que he leído hasta ahora descuidan o dejan en un segundo plano éste que es ‘el tema’ del libro); y la erudición medieval: teología, historia y política de las órdenes religiosas, bibliografía, enciclopedismo…”
Correspondencia (1940-1985) se suma a la Biblioteca Calvino que desde hace años publica Siruela, que lleva más de 15 títulos y que editará otra novedad para los amantes de la literatura del italiano: La entrada en guerra.
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