Cultura
Carlos Cortés: la belleza como una forma de resistencia
El artista inaugura esta noche 'Rompe la luz' en el Salón Larva, luego de cuatro años sin exponer
En cuanto al conjunto de obras, 12 de ellas, la más “antigua” corresponde a 2012, pero en su mayoría se realizaron durante los pasados dos años; con todo, aclara el artista, “salvo una, las demás no se han visto en Guadalajara; aunque no se trata de una serie, hay algunos cuadros comprometidos con un coleccionista de Tijuana y quise que, seis de estas piezas, se expusieran aquí antes de que se fueran”.
No obstante, “aunque lo que está en proceso de elaboración tiene un hilo conductor —los cuatro elementos—, ahora trabajo con el fuego y,
cuando revisé parte de lo que tenía, reuní un conjunto de 12 cuadros que ‘hermanaban’ con esa propuesta, convivían perfectamente en una lectura lineal museográfica”.
Tras presentar la propuesta a quienes dirigen el recinto y ser aceptada, se decidió por el espacio anexo a la biblioteca de Larva: “Se nos dijo que el espíritu del lugar no era precisamente la pintura y, creo, es la primera de este tipo que se realiza en esos muros”.
Cortés está convencido de que el espectador podrá encontrar elementos que caracterizan su obra en esta muestra, “aunque el rastro de sangre que venía manejando ha venido disminuyendo; pero es imposible que no se perciba, mis modelos son los mismos y los sigo empleando en situaciones límite o estridentes, se siente la tensión”.
Por otra parte, “la gente habla y dice” respecto de la pintura, comenta el artista, “pero ellos no me dan de comer; por eso no me afecta. En lo particular, encuentro todo en la pintura y jamás he tenido problema alguno para exponer”.
En esa intensidad que caracteriza su trabajo se halla también una voluntad por “perturbar”, dice Cortés, “me debo a la gente, he podido vivir de lo que hago y mis cuadros, siento, son fuertes para con los sentidos; las personas pueden encontrarlos bellos, armónicos o quizá detestables, pero hay también, como en todo espectáculo, la necesidad de que nos mueva algo”.
Por lo que toca a su forma de trabajar, dice: “soy muy ordenado y, claro, hay algo de obsesividad; sin embargo, en estos últimos trabajos he cambiado un poco la pincelada, me he vuelto más suelto. Me estaba cansando un poco de esa búsqueda de perfección en la línea; ahora me doy cuenta que con algunos efectos se puede transmitir lo mismo y, a mí, por lo menos, eso me otorga mucha libertad, apertura. Si antes me obsesionaba la cercanía y el detalle, ahora me retiro y veo, busco más el mensaje”.
Menos cosas
Con una propuesta siempre “abierta” en su obra, dice Carlos Cortés, “la idea es que el espectador se encuentre con la pieza y sepa que es algo real, tangible; me gustan las referencias fantásticas, pero me atrae más la veracidad, aparecer y que los rostros digan; la clave está en cómo mira cada quién”.
Asimismo, sostiene, se presenta en sus pinturas el afán composicional, “sigue existiendo, pero quizá se nota mucho menos porque son también menos los elementos utilizados; como ya no soy tan barroco, no trato de llenar el cuadro. La composición se mantiene, pero se nota menos. Quizá es lo que la gente llama madurez, porque necesito de menos cosas para sentirme bien”.
Lo anterior, en buena medida, se vincula con la elección del título que “proviene de un verso de José Emilio Pacheco, una frase que leí y me atrajo en seguida. En homenaje a ese momento es que elegí ese título, que habla de la oscuridad sin mencionarla, de que me siento más tranquilo y, sin embargo, en un país como éste en el que vivo, se requiere de mucho más para vivir”.
AGENDA
“Rompe la luz”/ Exposición de Carlos Cortés/ Inauguración: 7 de agosto, a las 20:00 horas/ Sede: Salón Larva del Laboratorio de Arte Variedades (Ocampo 120, Centro Histórico)/ Entrada libre.
Síguenos en