Cultura

Berlín reabre Palacio de las lágrimas recordando horror del Muro

Refleja la intensidad y diversidad de las relaciones entre ciudadanos de ambas alemanias durante los casi treinta años que permaneció el Muro de la vergüenza

BERLÍN, ALEMANIA (14/SEP/2011).- La antigua terminal de salidas de Friedrichstrasse, conocida como el "Palacio de las lágrimas", acoge desde hoy una exposición que pretende recrear las dolorosas despedidas que se vivieron en esta estación berlinesa, que la construcción del Muro convirtió en frontera hace 50 años.

"Esto es historia alemana en su estado puro para cualquier visitante de Berlín", declaró la canciller germana, Angela Merkel, al inaugurar la muestra.

Al mismo tiempo subrayó el ambiente de intimidación que reinaba en la antigua terminal de salidas de Friedrichstrasse y recordó que también ella experimentó en este lugar el dolor de despedir a un ser querido ante la incertidumbre de no volver a verlo.

La exposición permanente, impulsada por la fundación Casa de la Historia de la República Federal Alemana, incluye objetos originales como una cabina de control, señales, postes fronterizos, documentos, fotos, grabaciones de audio e imágenes, así como numerosos ejemplos biográficos y testimonios de aquella época.

La terminal de salidas fue entre 1962 y 1990 el lugar en el que los alemanes del Este y del Oeste se tenían que despedir de sus familiares y amigos.

"Presentar la historia en lugares reales es uno de los objetivos de la fundación. El 'Palacio de las Lágrimas' es un recuerdo como no lo es ningún otro lugar histórico de la división de Alemania y de los destinos" de muchos alemanes, señala el presidente de la fundación, Han Walter Hütter.

Según el director de la exposición, Jürgen Reiche, "muchas historias, tanto dramáticas como cotidianas, entre ellas también muchas huidas fracasadas, están vinculadas con este lugar único emplazado entre Este y Oeste".

Con una superficie de 550 metros cuadrados y un total de 570 objetos expuestos, la Casa de la Historia busca ilustrar el sufrimiento que suponía tanto para los que salían como para los que se veían obligados a permanecer en Berlín Oriental.

"Era un lugar triste, donde a muchas personas se les veía el miedo escrito en la cara", declaró recientemente en uno de sus tradicionales videomensajes la canciller alemana.

La jefa del Gobierno federal expresó su esperanza de que la exposición atraiga "no sólo a visitantes que todavía recuerdan el 'Palacio de las Lágrimas' de sus visitas a Occidente", sino también de jóvenes que no vivieron ni el muro ni la frontera entre las dos alemanias y que se interesan por su propia historia.

Muchas personas, sobre todo ciudadanos orientales con más edad, a quienes el régimen comunista permitía una estancia limitada en la Alemania Occidental, no pudieron soportar la carga psíquica y física a la que se vieron sometidos a causa de los extremos controles.

Así, entre 1962 y 1990, más de 200 personas murieron en el paso fronterizo erigido en la estación dividida de Friedrichstrasse.

Al mismo tiempo, la exposición, titulada "Experiencias fronterizas: el día a día de la división alemana", refleja la intensidad y la diversidad de las relaciones entre los ciudadanos de ambas alemanias durante los casi treinta años que permaneció en pie el "Muro de la vergüenza".

El proceso de reunificación constituye otro de los apartados de esta exposición, en el que se pretende resaltar el alcance internacional de este acontecimiento.

Tras la caída del bloque comunista, la terminal de salidas de la estación de Friedrichstrasse, un moderno pabellón de vidrio y acero, dejó de desempeñar su función como "Palacio de las Lágrimas".

Bajo amenaza de demolición, este simbólico lugar fue declarado en 2003 Patrimonio Nacional y sometido a amplias obras de reforma para acoger esta exposición permanente, abierta al público de forma gratuita.
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