Cultura
Benito Taibo comparte sus experiencias como lector
Con un tono desenfadado, Taibo relató ante los presentes algunos de sus secretos para acercarse a la lectura
GUADALAJARA, JALISCO.- Quizá fueron menos de mil, pero definitivamente fueron cientos los jóvenes reunidos en torno a la palabra de Benito Taibo, o al menos ésos se quedaron hasta el final de la charla “Leer para vivir”, que ofreció ayer en el Auditorio Juan Rulfo de Expo Guadalajara, en el marco de la Feria Internacional del Libro (FIL).
Con un tono desenfadado, Taibo relató ante los presentes algunos de sus secretos para acercarse a la lectura, la cual lo atrapó desde la infancia y hasta ahora continúa enfermo de ese virus que no se detiene y crece y crece al paso de los años.
“Leo todo lo que cae en mis manos; paso de un género a otro; me divierto mucho con lo que leo”, dijo el escritor, quien además de un buen lector es considerado por otro como “un gran conversador”.
Y parece que sí. Pues mantuvo el interés de los chicos; hubo quienes hicieron anotaciones y otros, incluso, que rieron enlazando sus voces con las del lector-escritor.
El autor de Recetas para el desastre, narró algunas de sus experiencias en la promoción de la lectura y dio algunas recomendaciones para acercarse a ella. Entre estas últimas, explicó que un método infalible para interesar a los jóvenes, es hacer comentarios mientras se lee, por ejemplo: “¡Caray, éste es el tipo! ¡Claro, era tan obvio! ¡Cómo!”, y después salir dejando el libro abierto, así aseguró que le ha tocado encontrar a su regreso a los muchachos husmeando en el libro.
Como lector, comentó que “siempre terminé un libro que empecé, después vi que no debí hacerlo. Hay que darle al escritor las primeras 50 páginas del libro, si no te gusta déjalo o se lo regalas a un amigo -que le pueda interesar, claro-, porque si no la lectura se convierte en una obligación y no en un placer”.
El también autor de Vivos y suicidas, destacó que cualquier lugar es bueno para leer: “Yo leo en el baño, en el coche, en la oficina” e invitó a los asistentes a sumarse al placer de la lectura.
Con un tono desenfadado, Taibo relató ante los presentes algunos de sus secretos para acercarse a la lectura, la cual lo atrapó desde la infancia y hasta ahora continúa enfermo de ese virus que no se detiene y crece y crece al paso de los años.
“Leo todo lo que cae en mis manos; paso de un género a otro; me divierto mucho con lo que leo”, dijo el escritor, quien además de un buen lector es considerado por otro como “un gran conversador”.
Y parece que sí. Pues mantuvo el interés de los chicos; hubo quienes hicieron anotaciones y otros, incluso, que rieron enlazando sus voces con las del lector-escritor.
El autor de Recetas para el desastre, narró algunas de sus experiencias en la promoción de la lectura y dio algunas recomendaciones para acercarse a ella. Entre estas últimas, explicó que un método infalible para interesar a los jóvenes, es hacer comentarios mientras se lee, por ejemplo: “¡Caray, éste es el tipo! ¡Claro, era tan obvio! ¡Cómo!”, y después salir dejando el libro abierto, así aseguró que le ha tocado encontrar a su regreso a los muchachos husmeando en el libro.
Como lector, comentó que “siempre terminé un libro que empecé, después vi que no debí hacerlo. Hay que darle al escritor las primeras 50 páginas del libro, si no te gusta déjalo o se lo regalas a un amigo -que le pueda interesar, claro-, porque si no la lectura se convierte en una obligación y no en un placer”.
El también autor de Vivos y suicidas, destacó que cualquier lugar es bueno para leer: “Yo leo en el baño, en el coche, en la oficina” e invitó a los asistentes a sumarse al placer de la lectura.
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