Cultura

Arte para combatir la violencia

A través de la música y la danza, más de mil 300 niños de escuelas de diferentes colonias de Guadalajara han aprendido a expresarse con libertad

GUADALAJARA, JALISCO (27/MAY/2015).- Con la celebración del II Encuentro RedeseArte Cultura de Paz en la ciudad, el Gobierno municipal continúa dando cuenta de lo logrado en los diferentes talleres y programas que se han desarrollado en conjunto con el organismo Consorcio Internacional Arte y Escuela (ConArte) AC, con apoyo federal por parte del Programa Nacional para la Prevención del Delito (Pronapred), como parte de una estrategia nacional que tiene como propósito reducir los índices de violencia y delincuencia en el país.

De este modo, bajo el nombre de “En México nos mueve la Paz”, la instancia federal ha proveído recursos para actividades culturales y la implementación de talleres que a la fecha han beneficiado a más de mil 300 alumnos en 18 distintas sedes en colonias como Santa Cecilia, Colorines, Flores Magón, El Sauz, Lomas del Paraíso Oblatos y Villas Miravalle, que se ubican en los polígonos “de atención prioritaria” en materia de seguridad.

La directora de ConArte —también consultora en políticas culturales para la UNESCO y la OEA—, la doctora Lucina Jiménez, señaló que se encuentran “satisfechos” por el trabajo realizado en conjunto con la Secretaría de Cultura, que implicó “un reto que ha llegado no sólo a niños y jóvenes, también a padres, artistas y funcionarios”, éstos últimos, han recibido talleres de “sensibilización y diálogo” a través del Programa Interdisciplinario por la No violencia en la Comunidad (PIVI).

Así, estos talleres —entre los que se encuentran los de danza urbana con música en vivo (Urbedanza), de canto, núcleos juveniles de música y ensambles— han servido también, dice la consultora, para “establecer flujos de articulación, que han permitido dirimir diferencias en el marco del diálogo, para combatir esa enfermedad del siglo XXI que es la intolerancia”.

En estos términos, asegura la doctora, los beneficiarios pueden “reconocer los derechos de los demás; de igual forma, hemos hecho hincapié en el contenido formativo del programa que persigue contribuir a la construcción de ciudadanía”.

Y no sólo eso, explica Jiménez, también los artistas —cuyo “entusiasmo ha sido sumamente importante” en este proceso— participaron en etapas iniciales de “formación metodológica donde adquieren herramientas para compartir que se desarrollan desde el lenguaje artístico que lleva implícitos los valores de diversidad, respeto y tolerancia”.

De este modo, se favorece “un diálogo intercomunitario que permite la movilidad social, porque desde el entendimiento de su propia práctica esto hace posible que interactúen con otras comunidades y el fortalecimiento de rasgos de identidad; por eso creo que esta inversión debe hacerse a nivel nacional, institucional y familiar, como estímulo para una cultura de la diversidad, que es el fundamento para construir una cultura de paz”.

Buscar continuidad

Ricardo Duarte, titular de la Secretaría de Cultura de Guadalajara, dijo que este año las actividades del programa concluyen con el ejercicio de la actual administración pero, dado que se trata de “un programa Federal permanente” que cada año otorga recursos a cada Entidad, “dejaremos la información para que la administración entrante pueda dar continuidad” a estos programas.

En total, desde la federación se han obtenido cuatro millones de pesos para la ejecución de estos programas que no se limitan a los talleres porque se han realizado otras actividades “en colaboración con empresas y asociaciones” que funcionan como “desarrolladores” para cada uno, ya que todo “depende de cada proyecto”.

En palabras de Duarte, “lo que hacemos es generar indicadores para que haya una evaluación” por parte de la federación, que cuenta “con criterios establecidos para la aplicación de sus recursos”.

Desde la prevención

Lucina Jiménez afirma que aunque ConArte ha trabajado con comunidades donde la problemática de violencia “ya está presente”, en el caso de Guadalajara se ha logrado “trabajar desde la prevención, lo que representa una ventaja porque no se invierte más allá de la seguridad pública, más bien en factores protectores y en la ciudadanía”.

Asimismo, esto significa “trabajar en democracia, puesto que se reconocen las capacidades de otros y, además, el sentido de pertenencia que se genera es tangible, no una abstracción; los estímulos se basan en el logro y no en la jerarquización, la construcción se da de desde abajo y eso prueba el poder transformador de las artes”.

Para la consultora, en estos programas los niños tapatíos han dado constancia de su “energía, ingenio y creatividad” y, además, han dado “una lección de vida” porque este aprendizaje –que no hace uso de un “método tradicional de enseñanza”– les permite “participar desde donde están”.
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