Cultura

Altar de Dolores, una tradición que perdura desde el siglo XVII

La instalación religiosa realizada por el investigador Pepe Hernández se exhibirá solamente este fin de semana

GUADALAJARA, JALISCO.- Con éste se cuentan ya 32 años consecutivos de que el investigador de arte popular José Hernández comenzó a realizar cada Semana Santa un Altar de los Viernes de Dolores, como aquellos que se levantaban en infinidad de casas alrededor de Guadalajara a finales del siglo XVII e inicios del XVIII. Su labor comenzó en la capilla del Museo Regional de Guadalajara, pero desde 2004, la Casa ITESO Clavigero es el sitio que acoge esta peculiar tradición mexicana.

Hernández, junto con un equipo de trabajo conformado por dos personas más, ha trabajado desde hace una semana en el montaje del Altar de Dolores 2009. El público puede acceder a contemplarlo a partir de esta mañana en la Casa ITESO Clavigero (ubicada en la calle José Guadalupe Zuno 2038), pero será por la noche (20:00 horas) cuando su realizador dé una breve explicación del significado de la tradición.

A esta cita acudirá también la agrupación tapatía de música Ars Antiqua, cuyos intergrantes ofrecerán un breve concierto titulado "Los lamentos de María", compuesto por piezas incluidas en el cancionero de los Reyes Católicos y otras que serán estrenadas en esta ocasión. La entrada al recital será libre. El altar permanecerá en exhibición solo este fin de semana.

Además de todos los elementos característicos de esta tradición, el Altar de Dolores realizado por José Hernández cuenta este año con una imagen de la Dolorosa realizada en óleo en el siglo XVIII y firmada por Francisco Salazar, pieza que fue propiedad de Chucho Reyes, uno de los primeros anticuarios de la ciudad.

Hernández cuenta que la tradición data de finales del siglo XVII, cuando llegaron los jesuitas a la Nueva Galicia. Fueron ellos quienes introdujeron la devoción de algunas imágenes marianas, entre ellas la Dolorosa. Los habitantes de la ciudad adoptaron esta tradición rápidamente. Comenzaron a levantar altares dentro de sus casas cada viernes, en base al sínodo provincial que marca la dedicación de un viernes, antes del santo, a los dolores de la Virgen María.

La costumbre era rezar el rosario de manera individual o familiar por las noches. Pero, de acuerdo con Hernández, "luego les dio por hacerlo abierto al público y hacerlo en el zaguán o en una sala con ventanas a la calle para que la gente viniera a ver su altar", indica.

Como en toda tradición, con el paso del tiempo se fueron agregando elementos a esta celebración. El llamado "lloro de la Virgen" que surgió sucesivamente consistía en la repartición a los presentes de agua de limón con chía, que simbolizaban las lágrimas de la Madre de Jesús. "Luego las aguas fueron mezcladas con mezcal o aguardiente y a partir de ahí se dieron ciertos desórdenes. Empezaron a llevar orquestas y mariachis a los altares para mitigar el dolor de la Virgen y, ya con la borrachera, algunas parejas bailaban sones y jarabes (prohibidos por la Santa Inquisición) delante de la imagen", detalla Hernández.

Ya para el siglo XVIII no eran llamados altares, sino incendios. Esto se debió a la gran cantidad de velas que iluminaban a la Virgen y que "muchas veces terminaban en verdaderas fogatas", según el especialista.

  Otras propuestas

Diversos espacios culturales de Guadalajara se suman a esta tradición del Altar de Dolores, cuyo origen se remonta a la época de la Colonia.

    * Museo de la Ciudad

      Independencia 684

      Del 3 al 8 de abril, de 10:00 a 17:30 horas

    * Instituto Cultural Cabañas

      Cabañas 8, Plaza Tapatía

      Durante toda la Semana Santa, de 10:00 a 18:00 horas

    * Museo de las Artes Populares de Jalisco

      San Felipe 211, esquina Pino Suárez

      Del 3 al 12 de abril

    * Centro Cultural Patio de los Ángeles

      Cuitláhuac 3005, barrio de Analco

      3 de abril, de 9:00 a 19:00 horas
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