Cultura

Almudena y la alegría

La española obtuvo el Premio Sor Juana Inés de la Cruz, que otorga la Feria Internacional del Libro de Guadalajara

GUADALAJARA, JALISCO (03/NOV/2011).- “A partir de ahora México se va a llamar Almudena y la alegría”,  dice emocionada la escritora Almudena Grandes (Madrid, 1960) al otro lado del Atlántico. Es la ganadora este año del Premio Sor Juana Inés de la Cruz, que otorga la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara.

El jurado, integrado por Yolanda Arroyo Pizarro, Malena Mijares e Ignacio Padilla, la premia por su novela Inés y la alegría (Tusquets, 2010) y destaca en su acta que por unanimidad se eligió a Grandes por ser “una escritora madura, dueña de su oficio”, ya que su obra desborda perfección narrativa y presenta virtudes literarias.  El premio incluye 10 mil +dólares.

Inés y la alegría es la primera novela de la serie Episodios de una guerra, la cual está integrada por siete novelas: El lector de Julio Verne, Las tres bodas de Manolita, Los pacientes del doctor García, La madre de Frankenstein y Mariano en el Bidasoa.

El acta del jurado destaca: “el mundo de la autora desgaja la tristeza permisiva que posibilita el paroxismo de la felicidad. La obra eleva el devenir de un pueblo mientras se sufre y se es feliz. Inés y la alegría es, ante todo, la arquitectura narrativa de una sociedad luchadora que no se detiene morbosamente en las derrotas ni en los derrotados”.  

Almudena Grandes explica en entrevista por vía telefónica que “el novelista es quizá el artista que está más solo de todos, porque nosotros convivimos durante plazos muy largos o durante meses con una obra que hasta que no se acaba, no existe”.

Almudena Grandes considera que escribir es vivir en dos lugares: el real y el ficticio. “No puedo dimitir de mi vida, tampoco puedo hacerlo de la vida de la novela, pero es muy importante aislar las dos vidas entre sí, porque una novela no puede depender del estado de ánimo de su autor”.  

La autora, que publicó su primer libro en 1989, comenzó con la literatura erótica y ahora está integrada en la reconstrucción de la memoria social española, en especial del episodio antifranquista.

— ¿Cómo fue su alejamiento de la novela erótica y su acercamiento a las historias con tinte político?

— Realmente me alejé de la novela erótica después de Las edades de Lulú porque no he escrito más. Escribí esta novela erótica que me gusta mucho,  pero nunca sentí la tentación de especializarme, nunca pretendí convertirme en una escritora erótica.

— ¿El amor en sus novelas es protagonista?

— El amor es un elemento fundamental de mis novelas. Es uno de los temas más centrales de la literatura porque es la pasión dominante del alma humana. Creo que las historias de amor correspondidas son a las que una persona puede aspirar haber vivido cuando llega el momento de su muerte, incluso las historias de amor no correspondidas pueden llegar a ser extraordinariamente valiosas. Nunca he escrito una novela romántica, en mis novelas el amor no es un tema central y absorbente.

— ¿Cuáles son los enemigos de su literatura?

—Mis enemigos son los de cualquier escritor, me imagino, sobre todo la autocomplacencia, que es peligrosísima, y las prisas, por eso busco escribir para la lectora que soy.

Creo que la soledad es la gloria y la miseria del novelista y el principal requisito para escribir es aprender a gestionarla, por eso creo que los principales enemigos derivan de la mala gestión de la soledad. A veces como estoy sola caigo en un crisis, mi crisis son siempre de fe.

—¿Por qué su interés por reconstruir la memoria social española en sus novelas?

—Realmente, cuando empecé a escribir en el año 89, cuando también se publicó mi primera novela, mi país estaba en una situación muy especial, estábamos todavía en la efervescencia de La Movida. Mis primeras novelas conforman un ciclo en la medida en que cuentan el mismo mundo visto desde perspectivas diferentes. Ya en mis primeras novelas está el tema de la memoria, un tema oblicuo que no me atreví a afrontar de frente hasta que escribí, después de haber cumplido 40 años, El corazón helado.

—¿Qué temas le provocan conflicto?

—A mí como autora la novela que más me afectó, no fue Inés y la alegría, sino El corazón helado, una novela que cuenta la historia de un hombre español de mi edad, quien a raíz de la muerte de su padre descubre por azar que su padre no era el hombre que creía y que la historia de su familia no se parece a la que le han contado. Creo que en definitiva lo que más duele es lo que más se parece a las historias propias, y en esas novelas se recoge una experiencia común a muchísimos españoles y, desde luego, que tiene que ver con mi propia vida.

PERFIL
La autora de El corazón helado


Almudena Grandes nació en Madrid en 1960. Es escritora y columnista de El País. En 1989 publicó su primera novela Las edades de Lulú, que obtuvo el Premio La Sonrisa Vertical de editorial Tusquets. Entre sus libros sobresalen Te llamaré viernes, Malena es un nombre de tango, Atlas de geografía humana, Los aires difíciles, Castillos de cartón, Modelos de mujer y Estaciones de paso. Sus historias han llevado al cine como El corazón helado, obra que fue un éxito con las lectores. Por su trabajo ha recibido premios como el de la Fundación Lara, el de los Libreros de Madrid y de Sevilla y el Prix Mediterranée, en Francia.

EL DATO
Desde 1993

El Premio Sor Juana Inés de la Cruz es un reconocimiento al trabajo literario de las mujeres en el mundo hispano. Fue instituido en 1993 y premia a la autora de una novela publicada en español.

Lo han ganado escritoras como Cristina Rivera Garza, Margo Glantz, Claudia Piñeiro, Laura Restrepo y Silvia Molina. Es auspiciado por la Universidad del Claustro de Sor Juana.
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