Cultura

Alice Munro, la voz del cuento

La canadiense, considerada ''la maestra del relato contemporáneo'', destaca por la calidez de sus personajes e historias

Alice Munro, la voz del cuento
GUADALAJARA, JALISCO (11/OCT/2013).-  En una entrevista que el escritor español Javier Marías, concedió a la agencia de noticias EFE, dijo que Alice Munro ha alcanzado en su obra, de una manera muy sobria, grandes cotas de hondura y de emotividad.

La canadiense ha sido descrita, por él y muchos otros autores y críticos, como una cuentista al nivel de Chéjov, Maupassant y Borges. Marías destacó, además, que su obra transmite una profunda emoción con personajes normales en una época, que privilegia los buenos o malos sentimientos que rozan la cursilería.

Andrés Ramírez, director literario de Random House Mondadori, advirtió que Munro “es una autora extraordinaria, una mujer que se ha dedicado por completo al relato y al cuento”.

Enfatizó que con este galardón, la Academia Sueca premió también al cuento, un género que se consume y publica poco en México y en el mundo.

Ramírez destacó que la narrativa de Munro es  vista a través de los ojos de una mujer, cuyos relatos abordan temas femeninos, relaciones de pareja, familiares, pero siempre con un toque íntimo muy interesante.

“Enfatiza mucho las relaciones y los personajes femeninos. Realmente es una escritura bastante ágil y sencilla, pero con una carga poética y de profundidad muy grandes”.

En el ámbito tapatío, no se cuentan por racimos los lectores de Munro. Uno de ellos es José Miguel Tomasena. El editor de la revista Magis, del ITESO, resaltó que Munro es una cuentista de cepa, una gran exponente del cuento, que ha sido ninguneado frente a la novela y que goza de pocas expectativas comerciales.

Como lector, destacó el libro Open Secrets (Secreto a voces). Comentó que sus cuentos hablan de gente muy sencilla, de mujeres de las zonas rurales de Ontario, Canadá, de donde es ella. Presenta historias que tienen que ver con la vida cotidiana. Tiene la capacidad de sintetizar toda una vida en pocas páginas.

“A menudo los cuentistas entran en episodios específicos de la vida de un personaje, y en el caso de los cuentos de Munro, abarcan muchos años de la vida de sus personajes. Lo que a un novelista le tomaría 200 páginas para contar la vida de alguien, ella consigue sintetizarlo en pocas páginas”.

Intimidad en unas cuantas palabras

La escritora tiene una manera muy particular de abordar la  narración de las circunstancias cotidianas, un territorio que domina y suele poblar con personajes cargados de esperanza y de desazón al mismo tiempo; que sienten, padecen y se distinguen por una universalidad que sobrepasa tiempos y espacios sin dificultad. De ahí que sus lectores encuentren con facilidad semejanzas con aquellos que se mueven entre líneas.

Destaca en la obra de Munro el uso de metáforas audaces y divertidas para retratar la mentalidad algo anticuada de personajes inspirados en su propia familia.

La relación con los vecinos, el despertar sexual junto a un hombre mayor que ella, las dudas existenciales que le produce la omnipresente religión y la relación pasional con un chico de baja condición social, despuntan en esta narración de la escritora.

El Nobel y la vida de Munro


En el periódico The Vancouver Sun apareció en 1961 un reportaje sobre una escritora que había construido cierta reputación literaria publicando cuentos en revistas o vendiéndolos a la radio pública canadiense. Alice Munro tenía entonces 30 años.

Cuando la Academia Sueca dio a conocer que Munro era la ganadora del Premio Nobel de Literatura 2013, los ojos del mundo apuntaron hacia Canadá, hacia una octogenaria escritora de cuentos y relatos que, justo en el momento del estallido noticioso, dormía la siesta en casa de una de sus tres hijas.

Quienes la premiaron dijeron que Munro es una maestra de la narración corta contemporánea. Una narradora que maneja el lenguaje con precisión en historias de pocas páginas en las que cabe un universo.

“Me alegra particularmente que haber ganado este premio deje contentos a muchos canadienses. Estoy feliz también de que esto traiga más atención sobre la literatura de Canadá”, expresó la escritora a través de comunicado difundido por su agente literario.

La canadiense espera que el premio haga que la gente vea el cuento “como un arte importante y no sólo como algo con lo que uno juega un poco hasta escribir una novela”. Ha sido comparada con el cuentista ruso Anton Chéjov por su indagación en las pasiones y dramas que se enclavan en las vidas provincianas.

Munro figuraba desde hace varios años entre los candidatos al Nobel.

“Sus historias se desarrollan a menudo en ciudades pequeñas, donde la lucha por una existencia decente genera a menudo relaciones tensas y conflictos morales, anclados en las diferencias generacionales o de proyectos de vida contradictorios”, dijo la Academia.

“Encontramos a menudo en sus textos descripciones de acontecimientos cotidianos pero decisivos, una especie de epifanías, que esclarecen la historia e iluminan las cuestiones existenciales”.

Considerada la “Chéjov de Canadá”, Alice Munro obtiene la mayor recompensa literaria luego de que anunció su retiro el semestre pasado. “Me estoy haciendo bastante vieja”, recordó ayer.

El número de la suerte

Trece es el número que le ha tocado a Alice Munro: en el año 2013 es la décimo tercera mujer en hacerse con el Premio Nobel de Literatura, aunque la cifra no ha cuadrado a la perfección, ya que apenas han pasado 112 años desde que se estableció el galardón, basta hacer un poco de presión para que el número salga: 11 más dos es igual a 13.

El hecho es que bien podría considerarse a éste el número de la suerte de Alice Munro, ya que ha empujado a los lectores a arrojarse a las letras de la canadiense. En la Feria del Libro de Frankfurt, la gente se lanzó ayer a los anaqueles de los estands para hacerse al menos con uno de los libros de la autora. Mientras que en Guadalajara, diversas librerías tienen a la venta algunas de las obras (en versión electrónica) traducidas al español: Mi vida querida, Amistad de juventud, Demasiada felicidad y Las lunas de Júpiter.

Cuatro años separan a Munro de la última mujer que fue galardonada con el Nobel de Literatura: la rumanoalemana Herta Müller, autora de Todo lo que tengo lo llevo conmigo, el libro más importante de esta especialista en las deformaciones del alma humana.

Dos años antes, en 2007, el Nobel fue para la británica Doris Lessing, cuya obra se centra en los conflictos culturales, la contradicción entre la conciencia individual y el bien común.

La austriaca Elfriede Jelinek, una de las más destacadas y controvertidas escritoras contemporáneas de habla alemana, obtuvo el galardón en 2004.

Wislawa Szymborska (1996), Toni Morrison (1993), Nadine Gordimer (1991), Nelly Sachs (1966), Pearl S. Buck (1938), Sigrid Undset (1928), Grazia Deledda (1926) y Selman Lagerloff (1909), son las otras mujeres que han dado al galardón el toque femenino, con fuerza y contundencia en la forma y fondo de sus letras.

FRAGMENTO
DEMASIADA FELICIDAD


Muchas personas que no han estudiado matemáticas

las confunden con aritméticas y las consideran una ciencia seca y árida.

Lo cierto es que esta ciencia requiere mucha imaginación.

1

El primer día de enero del año 1891 una mujer menuda y un hombre corpulento andan por el Viejo cementerio de Génova. Los dos rondan los cuarenta años. La mujer tiene la cabeza grande, como un niño, con una mata de pelo oscuro y rizado y una expresión preocupada, un poco suplicante. Su rostro empieza a parecer ajado. El hombre es inmenso. Pesa ciento veinticinco kilos, repartidos en un cuerpo enorme; como es ruso a menudo los llaman oso, y también cosaco. En estos momentos está agachado sobre unas lápidas, escribiendo en un cuaderno, recopilando inscripciones y tratando de descifrar abreviaturas que no comprende de inmediato, a pesar de hablar ruso, francés inglés e italiano y comprende el latín clásico y medieval. Sus conocimientos son tan dilatados como su físico, y aunque su especialidad es el derecho administrativo, es capaz de disertar sobre el desarrollo de las instituciones políticas contemporáneas de Estados Unidos, las peculiaridades de la sociedad en Rusia y en Occidente y las leyes y costumbres de los imperios antiguos. Pero no es un pedante. Es ocurrente y goza de muchas simpatías, se siente a sus anchas en ambientes muy distintos y puede llevar una vida sumamente cómoda gracias a sus propiedades cerca de Jarkov.  Sin embargo, tiene prohibido ocupar un puesto académico en Rusia, por ser liberal.

Su nombre se le pega mucho. Maksim. Maksimovich Kovalesvski.

La mujer que lo acompaña también es una Kovalesvski. Estuvo casada con un primo de él pero ahora es viuda.

Le habla en tono de broma.

—Sabes que uno de los dos va a morir- le dice-. Uno de los dos morirá este año.

Sin prestarle demasiada atención, él le pregunta:

—¿Y eso por qué?

—Porque hemos estado en un cementerio el primer día de año nuevo.

—En efecto.

—Todavía hay unas cuantas cosas que tú no sabes- añade ella con voz coqueta pero inquieta-. Yo las sabía antes de los ocho años.

—las chicas pasan más tiempo con las cocineras y los chicos con los mozos de cuadra… supongo que por eso.

—¿Y los chicos de las cuadras no saben nada de la muerte?

—No mucho. Se concentran en otras cosas.

Ese día ha nieve pero es blanda. Donde pisan dejan huellas negras, derretidas.

PERFIL
La otra historia

Alice Ann Laidlaw (Alice Munro) nació en 1931 en una zona rural de Ontario, Canadá. Comenzó estudios universitarios de periodismo e inglés, pero los abandonó al contraer su primer matrimonio. Su peregrinar como escritora comenzó al vender cuentos y relatos para la radio pública canadiense, fue hasta 1950 que publicó su primer libro.

En la entrevista con The Vancouver Sun, cuenta cómo aprovechaba el tiempo de siesta de sus hijas para escribir. En el cuarto de planchado había colocado el cuaderno y la máquina.

Durante su carrera también ha obtenido premios literarios como el Governor General’s Literary Award, en 1978, el Man Booker, el Canadian Booksellers Award of Lives of Girls and Women, el National Book Critics Circle Award y el Giller Prize, que obtuvo en 1998.

De los 13 libros que Munro ha publicado, se pueden encontrar en español los siguientes: Las lunas de Júpiter, Progreso del Amor, Amistad de juventud, Secreto a voces, El amor de una mujer generosa, Odio, amistad, noviazgo, amor, matrimonio, Escapada, La vista desde Castle Rock, y Demasiada felicidad.

OPINAN EN TWITTER

Martín Caparrós @martin_caparros

Los jurados del Nobel solo quieren decirnos, año tras año, lo brutos q somos: tomen, otra q no leyeron nunca, Alice Munro. Qué antipáticos.

Bernardo Fernández Bef @monorama

No tardan en aparecer las hordas de lectores de Alice Munro que la conocían “desde antes que se choteara”.

Cristina Rivera Garza @criveragarza

Qué bien empezar el día así: el Nobel es para Alice Munro. Yeah!

David Miklos @dmiklos

11.38, hora en la que se me ocurre lo que no se me ocurrió a las seis : “Y el Nobel es para Muuuuuuuuuuu... nro”.

Guillermo Sheridan @GmoSheridan

Espero que algunos fans de Murakami logren, dentro de unos años, graduarse a lectores de Kawabata.

Pilar del Río @delRioPilar

Hoy acaricio El Progreso del amor: con Premio o sin premio Alice Munro nos premia a los lectores

Héctor Abad @hectorabadf

Yo creo que será mujer y canadiense... Veremos. Estoy acariciando un libro de Alice Munro

Antonio Salcedo @TPunk1968:

Gracias, Fresán, por acercarme a Alice Munro. De plácemes. Por cierto, no he leído a Chéjov...

Benito Taibo @benistofeles:

Menos mal. Le dieron el Nobel a Alice Munro. ¡Y a ella sí la he leído!

Murakami sólo fue Trending topic

En las redes también hubo quienes recordaron la poca suerte de japonés Haruki Murakami, quien los últimos años ha figurado entre los favoritos para obtener el premio Nobel de Literatura, al no ser reconocido este año el escritor también se convirtió en Trending topic:

Laura García @Lauentuiter

“Munro es Premio Nobel y Murakami es TT” #Cosasquenoseentienden

Guillermo Sheridan @GmoSheridan

Murakami es como un Mishima que le va al Atlante.

O qué.

Chumel Torres @ChumelTorres

“¿Dijeron Munro o MUNROAKAMI?”. —Murakami, volviéndose loco

Ruy Feben @ruyfeben

Yo digo que Murakami ya se vaya de director técnico del Cruz Azul

Edgar Krauss @edgarkrauss

Ya se están organizando en La Condesa para darle a Murakami el premio “Inspiración Hipster”.

Enrique Galvan Ochoa @galvanochoa

Haruki Murakami era mi candidato al Nobel. El mejor  novelista de nuestros tiempos. Otra vez se equivocaron. @Nobelprize_org
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