Cultura
Al rescate de los libros
La “Brigada cultural para leer en libertad”, busca poner al alcance del público libros a bajo costo
CIUDAD DE MÉXICO.- “No se puede alimentar el espíritu si el estómago está vacío”, dice Sancho a Don Quijote, así que el último informe del Banco Mundial, que dice que México aporta el 50% de los nuevos pobres del continente, no ayuda en mucho a poder comprar el último best-seller. Por suerte, para solucionar el dilema, existen en el país las librerías de “remate” o de “viejo” con miles de títulos entre clásicos y novedades, a precio de saldo.
Con motivo de la celebración del Día Mundial del Libro en la Ciudad de México, la “Brigada cultural para leer en libertad”, un proyecto ciudadano, se ha unido a la cruzada de venta de remate con miles de libros que se pueden adquirir a muy bajo costo. “¡Salva un libro, no dejes que lo destruyan!” es el lema de este “batallón”, en el que participan conocidos escritores como Paco Ignacio Taibo II y Humberto Mussacchio, con el objetivo de evitar que las casas editoriales trituren los libros que tienen almacenados.
En una gran venta en la calle, que se clausurará mañana, miles de ejemplares, muchos de ellos considerados “joyitas literarias”, están a la venta con precios que oscilan entre los cinco y los 60 pesos.
Unos y otros luchan por conservar el libro, por evitar que se destruyan o desaparezcan. A pesar de los cambios, en la mística de los viejos libreros y en las nuevas iniciativas ciudadanas, el libro es un objeto insustituible que las nuevas tecnologías no podrán erradicar.
“Yo soy optimista a pesar de todo -proclama el librero Ubaldo López-, las máquinas nunca te hacen pensar igual que un libro”.
Con motivo de la celebración del Día Mundial del Libro en la Ciudad de México, la “Brigada cultural para leer en libertad”, un proyecto ciudadano, se ha unido a la cruzada de venta de remate con miles de libros que se pueden adquirir a muy bajo costo. “¡Salva un libro, no dejes que lo destruyan!” es el lema de este “batallón”, en el que participan conocidos escritores como Paco Ignacio Taibo II y Humberto Mussacchio, con el objetivo de evitar que las casas editoriales trituren los libros que tienen almacenados.
En una gran venta en la calle, que se clausurará mañana, miles de ejemplares, muchos de ellos considerados “joyitas literarias”, están a la venta con precios que oscilan entre los cinco y los 60 pesos.
Unos y otros luchan por conservar el libro, por evitar que se destruyan o desaparezcan. A pesar de los cambios, en la mística de los viejos libreros y en las nuevas iniciativas ciudadanas, el libro es un objeto insustituible que las nuevas tecnologías no podrán erradicar.
“Yo soy optimista a pesar de todo -proclama el librero Ubaldo López-, las máquinas nunca te hacen pensar igual que un libro”.
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