Cultura

Al paso de las estaciones: Hanjo

El grupo La Rendija presenta un montaje basado en el teatro japonés del Siglo XIV

GUADALAJAR,A JALISCO (29/ABR/2013).- Hanjo es “un poema dramático para la espera”, definido así por La Rendija, grupo a cargo del montaje basado en el teatro japonés del Siglo XIV y que tuvo una serie de presentaciones en el Teatro Experimental de Jalisco el fin de semana.

De entrada, llamó la atención el acomodo del público, que pasó del tradicional espectáculo frontal, a poner al espectador más cerca y rodear el escenario formando ambiente en el que nada escapó de los sentidos de quienes miraban y los actores carecieron de refugio.

Hanjo se desarrolló en un espacio circular compuesto de arena, simulando el paso de las estaciones, que transcurren a la par de una búsqueda que se torna infinita. Una mujer espera a su amante. Pero cuando el objeto del deseo ha llegado no es reconocido. Pasa el verano, y “la fría nieve otoñal sopla contra la ventana”. Hay desolación. Rencor hacia el viento de otoño. Comienza una despedida y la desesperación inunda las danzas.

Roberto Franco interpretó a Hanako, el espíritu de la mujer que espera a que llegue su amado Yoshio y que es la inspiración de una artista llamada Jitsuko. “Ha sido un largo camino en el personaje; empezamos trabajándolo por una línea, pero se desdibujó un poco hasta transformarse en otras cosas. No sé cómo vaya a transitar ahora”, dijo el actor. Tomás Gómez es Yoshio, el que llega a buscar a su amante: “Mi diálogo directo sería la música. Yo no tengo diálogos. Mi movimiento casi siempre es improvisado porque hay una sensación, una búsqueda en cómo acomodar el cuerpo en relación con los elementos”.

Eglé Mendiburu es Hanjo, contraparte de Hanako: “Siento que mi personaje significa la locura de la mujer que está esperando. Todo el tiempo siento que lo que Hanako dice es lo que yo estoy pensando”, señaló.

Gustavo Flores se encargó de la intervención sonora, presente en escena para tratar de lograr un paisaje de sonidos que acompañan a la pieza mediante platillos, campanas, guitarra, cascabeles y otros objetos. Al respecto, indicó: “Utilizo varias capas de diferentes sonidos a través de improvisación que evocan los tiempos en que los personajes se encuentran. Es como generar recuerdos que los vaya llevando por la historia”. Y así se construyó “el poema dramático”.
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