Cultura
Al paso de las estaciones: Hanjo
El estreno de la obra teatral ''Hanjo'' en el Teatro Experimental de Jalisco resulta todo un éxito
De entrada, llama la atención la configuración del público, que del tradicional espectáculo frontal, para acercar al espectador y rodear el escenario formando un cálido y cercano ambiente en el que nada escapa de los sentidos, y los actores carecen de refugio.
Hanjo se desarrolla en un espacio circular compuesto de arena, simulando el paso de las estaciones que transcurren a la par de una búsqueda que se torna infinita. Una mujer espera a su amante. Pero cuando el objeto del deseo ha llegado no es reconocido. Pasa el verano, y "la fría nieve otoñal sopla contra la ventana". Hay desolación. Rencor hacia el viento de otoño. Comienza una despedida y la desesperación inunda las danzas.
La danza y la arena en el escenario le otorgan el nivel dramático adecuado para cada parte de la obra, en la que la espera, las estaciones y la búsqueda resultan elementos clave, e incluye otros como el abanico, la luna, el agua y la figura del anciano.
En Hanjo, Roberto Franco interpreta a Hanako, el espíritu de la mujer que espera a que llegue su amado Yoshio y que es la inspiración de una artista llamada Jitsuko. "Ha sido un largo camino en el personaje; empezamos trabajándolo por una línea, pero se desdibujó un poco hasta transformarse en otras cosas. No sé cómo vaya a transitar ahora", dice el actor. Tomás Gómez es Yoshio, el que llega a buscar a su amante: "Mi diálogo directo sería la música. Yo no tengo diálogos. Mi movimiento casi siempre es improvisado porque hay una sensación, una búsqueda en cómo acomodar el cuerpo en relación con los elementos".
Eglé Mendiburu es Hanjo, contraparte de Hanako: "Siento que mi personaje significa la locura de la mujer que está esperando. Todo el tiempo siento que lo que Hanako dice es lo que yo estoy pensando".
Gustavo Flores se encarga de la intervención sonora, presente en escena para tratar de lograr un paisaje de sonidos que acompañan a la obra mediante platillos, campanas, guitarra, cascabeles y otros objetos. Al respecto, indica: "Utilizo varias capas de diferentes sonidos a través de improvisación que evocan los tiempos en que los personajes se encuentran. Es como generar recuerdos que los vaya llevando por la historia".
La Rendija es un grupo teatral que este año festeja su vigésimo quinto aniversario. Comenzaron en 1988 en la facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, trabajando con ideas de Gabriel Baez, hijo de Leonora Carrington y doctor investigador de Artes Escénicas y Literatura Comparada. Monta obras como Hanjo: experimentales y contemporáneas, pensadas en audiencias más conocedoras de teatro. También tienen una línea llamada Clásicos vistos por La Rendija, con obras como La importancia de llamarse Ernesto, Las comedias breves de Chéjov y otras, con una visión contemporánea.
La propuesta continúa este domingo en el Teatro Experimental, cuando La Rendija ofrecerá una función a las 18:00 horas. Las entradas están a la venta y tienen costo de 120 pesos general y 100 pesos para maestros, estudiantes, adultos de la tercera edad y asistentes de Teatro en Bici.
EL INFORMADOR/ ROBERTO CONTRERAS
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