Cultura
Al Rojo vivo
Vicente Rojo, reconocido artista plástico catalán-mexicano, pasa por Guadalajara para celebrar sus 80 años y recibir un reconocimiento del ITESO
Con conocimientos sobre dibujo, cerámica y escultura a cuestas, luego de una serie de estudios en la Escuela Elemental del Trabajo de su natal Barcelona, Rojo enseguida encontró continuidad a su formación y afinidades artísticas en México. En tan sólo un par de años se insertó en el circuito de artistas plásticos más reconocidos del país, tocó y transformó el mundo del diseño gráfico y editorial, y para 1991 ya había ganado el Premio Nacional de las Artes.
Hoy, recién festejados sus 80 años de edad, este destacado personaje de la cultura nacional visita Guadalajara con motivo del homenaje que recibe por parte del ITESO en el marco de las Jornadas Internacionales de Diseño. Y aprovechando su estadía en la ciudad, Rojo visitó ayer la otrora Galería Azul de Felipe Covarrubias, la cual, convertida en el Espacio Azul del Cedart José Clemente Orozco, expone estos días una colección de su obra gráfica, propiedad del Instituto Nacional de Bellas Artes.
Rojo arribó al medio día acompañado por Bárbara Jacobs, su esposa, para descubrir y reencontrarse con técnicas, épocas y formatos de su propia autoría que quizás tendría décadas sin volver a mirar. Y fue después de ese reencuentro con su pasado, que charló con este medio.
— Maestro, se le vio reconociendo su obra.
—Sí. La mayoría de las piezas ya no las tenía presentes y es que mi sistema de trabajo consiste en tenerlo presente mientras lo estoy haciendo, sobre todo las cosas que voy pensando —entre comillas— que van a seguir más adelante.
— ¿Épocas, técnicas, formatos, cómo se vio en este repaso?
—Muy curioso porque además son obras hechas en distintos lugares.
— Sí, de hecho comentó de una que está hecha en Barcelona.
—Sí, hay cosas hechas en un taller de Barcelona muy bueno que se llama La Polígrafa, donde curiosamente invitaron a algunos artistas mexicanos. Entre ellos Tamayo y Toledo.
— ¿Qué opina de la evolución tecnológica de estas técnicas?
—Lo que sucede ahora es que hay enormes posibilidades de desarrollo en cuanto a las técnicas para hacer grabado. Sin embargo, a mí lo que me conmueve es que yo veo en los talleres –lo veo en el que estoy trabajando ahora en Ciudad de México y en Aguascalientes donde he hecho bastante obra gráfica— cantidad de jóvenes que siguen interesados en el desarrollo de la gráfica, que son muy buenos técnicos. Me refiero a que yo –aunque he hecho mucho trabajo— siempre me he apoyado en esos técnicos que conocen muy bien lo que yo propongo. Les digo ‘aquí quiero un relieve, acá un recorte’ y estos muchachos conocen. Y me conmueve mucho pensar que la técnica que viene de hace 200 años siga en este momento en manos de jóvenes, algunos de ellos peinados con los cabellos paraditos, modernos. Me asombra mucho que estos muchachos de composiciones tan avanzadas, tan de vanguardia, sigan trabajando con técnicas tan antiguas en las que ellos encuentran renovación.
— ¿Y usted maestro?
—Yo me peino bien, todavía.
— Pero además de peinarse bien, ¿cómo ha aprovechado toda esta tecnología?
—En este momento está acabándose un libro con poemas de María Baranda (México, D.F. 1962) que se llama Bosque y fondo, en el que en realidad mis imágenes son caladas, son agujeros por decirlo de alguna manera, que a medida que las páginas van cambiando, van creando imágenes diferentes. Pero en realidad el dibujo, digamos que el centro de la imagen, está ausente y lo que cuenta es al ir cambiando las páginas, las combinaciones que van haciendo estas distintas formas caladas en las páginas.
— En el tema del Diseño, ¿cómo ve lo mucho que se ha transformado el oficio? Estamos en tiempos en los que la tecnología facilita tanto la manipulación que ya no se sabe si es render o fotografía
—Sí. Bueno, todo el trabajo que se hace ahora a partir de la computadora, lo hace la mente, yo sé lo que se hace y cómo se hace pero no lo practico. Yo dejé de diseñar hace 15, 18 años, pero lo que sí me parece entender de una computadora es que es un arma, un instrumento excepcional, en el que a veces hay un abuso, es decir, la persona que la va a manejar debe conocer los peligros que hay para hacer composiciones, es un poco peligroso.
— ¿A qué se refiere por peligroso?
—A que hay un exceso de posibilidades de esa máquina y creo que ese exceso puede nublar un poco la vista de quien está dispuesto a hacer un trabajo con ella, puede confundirlo. Y a veces veo resultados espléndidos, pero a veces sí hay un exceso de facilidad y eso es dañino, peligroso.
— ¿En cuanto a distorsión de lenguajes y del mensaje mismo?
—Sí, es la palabra: distorsión. Esa enorme facilidad que da la computadora puede confundir incluso propuestas que pueden ser muy buenas. ¡Puede crear confusión en lugar de dar claridad!
— Volviendo a usted, ¿cómo afronta la hoja en blanco, cuál es su proceso?
—Mi acercamiento a la hoja en blanco es muy curioso porque yo siempre comienzo sobre 15 hojas en blanco. Si mi sistema de trabajo es en pintura o si empiezo maquetas para hacer esculturas en bronce, yo siempre comienzo 12 ó 15 obras al mismo tiempo.
Frente a una página en blanco yo no me siento tranquilo, necesito hacer muchas porque los puntos de partida que yo tengo, para hacer esas obras, a mí me gusta que vayan cambiando de unas hojas a otras, o de una a la otra. Que se interrelacionen. Si yo tengo una hoja en blanco o un cuadro, me siento como abandonado.
— El ser humano, ¿qué ve cuando está frente al espejo?
—No soy particularmente afecto a pensar en mí mismo o a verme, para mí lo que yo soy es mi trabajo, es lo que puedo hacer, es lo que he hecho y lo que siempre estoy pensando que puedo hacer. Eso sería en todo caso, si me miro al espejo, lo que vería. Soy una persona, no sé si la palabra sería comprometida, pero soy una persona que cree en el trabajo que hace, lo hace lo mejor que sabe y que además no compite nunca con nadie. O sea, si me miro en ese espejo, yo me veo solo y solo tengo que defenderme, y espero que mis obras, una vez presentadas, también se defiendan ellas mismas por sí mismas.
— ¿Alegrías, tristezas, qué lo marca?
—Pues las dos cosas. A mí me gusta mucho la ambigüedad de los términos, es decir, no puede haber belleza si uno no se da cuenta de que hay fealdad. La belleza existe porque existe fealdad. La alegría existe porque hay tristezas. Ese juego es el que a mí me ha permitido desarrollar mi trabajo, creo que lo que hace la obra de arte es precisamente la confrontación de esas ideas. No existe una alegría si esta no sabe que junto a ella está la tristeza y yo no puedo separar un tema del otro.
— ¿México?
—Es la misma oposición, pero esa oposición es lo que crea la obra de arte. México es un país muy desigual, tiene la parte alegre y la parte triste. Yo diría que demasiado triste, pero creo que la alegría que puede estar representada en la creación artística es muy poderosa y finalmente acabará ganando.
No soy optimista, en una ocasión me definí como un optimista del pesimismo porque yo pienso que si todo mundo piensa que todo está bien, nunca nada va a cambiar. Entonces ser pesimista significa tener una posición que permite analizar la realidad y tratar de encontrar soluciones.
— ¿España?
—Bueno, es un tema que yo tengo muy presente. Los 17 años que yo viví en Barcelona –que fueron muy duros— para mí están presentes pero en realidad mi vida comenzó cuando llegué a México. Sé que España, o bien Barcelona concretamente que es lo que yo más recuerdo, es completamente diferente a la época en que yo conocí y cada vez que viajo me doy cuenta que si me presento en Barcelona, la ciudad es muy diferente, afortunadamente, y yo también soy muy diferente del niño que fui ahí. Así que para mí es una nación que tengo presente pero que cambió totalmente cuando yo llegué a México.
— ¿Y el mundo? Imposible abstenerse de esta pregunta en secuencia.
—Dios mío. ¡Es una pregunta demasiado grande! Pero digamos que México es un reflejo de lo que sucede en el mundo, así que más o menos lo que hemos hablado sobre esa posibilidad de jugar con el optimismo y el pesimismo puede aplicarse al mundo también, y bueno, creo sobre todo en la capacidad de la cultura. Yo siempre he tratado de definirme como un trabajador por y para la cultura y pienso que la cultura es lo que puede salvar esta situación injusta que México y el mundo están viviendo.
A veces, y me han dicho que es una idea un poco inocente, creo que la inocencia puede ayudar también a hacer algo creativo e imaginativo, trasformador. Pero es que esa imaginación existe y acabará ganando.
Una vida
Vicente Rojo Almazán nació en 1932 en Barcelona, ciudad en la que hizo estudios de escultura y cerámica. En 1949 llegó a México, donde estudió pintura y tipografía, y realizó durante más de 50 años una extensa obra como diseñador gráfico, pintor y escultor. Ha colaborado, además, en la fundación de editoriales, suplementos culturales y otras publicaciones.
Su pintura se agrupa en cinco series principales: Señales, en la cual trabaja con formas geométricas básicas; Negaciones, surgida de su intención de que cada cuadro negara al anterior y al que le seguiría; Recuerdos, nacida de su intento de abandonar una infancia difícil; México bajo la lluvia, concebida un día que vio llover en Tonantzintla, y Escenarios, compuesta de miniseries y que es un repaso de sus temas anteriores y una suma de los mismos.
Le han sido otorgados el Premio Nacional de Ciencias y Artes (1991), el Premio México de Diseño, y la Medalla al Mérito en las Bellas Artes (España). En 1993 fue designado Creador Emérito por el Sistema Nacional de Creadores de Arte. En 1998 la UNAM le otorgó el doctorado Honoris Causa.
FRASE
"No soy optimista. Ser pesimista significa tener una posición que permite analizar la realidad y tratar de encontrar soluciones "
“Soy una persona, no sé si la palabra sería comprometida, pero soy una persona que cree en el trabajo que hace, lo hace lo mejor que sabe y que además no compite nunca con nadie ”
Vicente Rojo,
artista plástico
Reconocimiento
Cita en el ITESO
Luego de su visita a la Galería Azul, espacio que inauguró en 1989 al lado de sus colegas Juan Soriano y Francisco Toledo, Vicente Rojo recibe hoy el Reconocimiento Institucional del ITESO, en las Jornadas Internacionales de Diseño, por su trayectoria y sus 80 años.
La cita es a las 11:00 horas en el Auditorio Pedro Arrupe.
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