Cultura
Agustín Basave indaga en la idiosincrasia mexicana
El escritor, investigador y doctor en Política, llega a la Feria Internacional del Libro de Guadalajara para presentar “Mexicanidad y esquizofrenia”
GUADALAJARA, JALISCO (30/NOV/2010).- No tiene mucho de haberse acomodado en una silla que aguarda frente a una pequeña mesa redonda. Hace pocas horas que se encuentra en la ciudad, y con Blakcberry en mano, toma una pose de quien no para de resolver asuntos pendientes. Agustín Basave, hombre de ojos color verde claro y porte serio, llega a la Feria Internacional del Libro de Guadalajara con la firme intención de presentar “Mexicanidad y esquizofrenia”, obra de su autoría con la cual pretende indagar a fondo en esa idiosincrasia del mexicano que tantos contrastes presenta.
“Los mexicanos tenemos una disociación mental”, afirma el que además de escritor, también es doctor en Política. En un lado del cerebro se conserva un código de ética que se ve bien, aunque no funciona; en otro, se tiene lo que se puede resumir en el clásico “el que no transa, no avanza”, y esa viene a tener el sector funcional. Al menos esa es la explicación con la cual Basave justifica el haber elegido el término “esquizofrenia” para aterrizar sus ideas respecto a la mexicanidad.
Afirma que el mexicano considera los principios morales como una piedra en el camino. Dicho en sus palabras, “no cree que se pueda ser honesto y a la vez exitoso”.
El libro, formado por 10 capítulos, va desde la capacidad de ilusionarse hasta la percepción ante el vecino del norte. Sobre las ideas y sueños entre las que el mexicano navega, asegura que hay una brecha demasiado grande entre del dicho y el hecho; es un mal que además de sufrirse dentro de la sociedad, se ha resentido de especial manera en la clase política: “Los legisladores mexicanos tienen una tradición muy larga de hacer leyes etéreas que están en la estratosfera jurídica, que no se pueden cumplir”. Este hecho lo lleva a decir, con toda la firmeza que el momento le permite, que la Constitución y las leyes de México están en una caja de cristal con una leyenda que dice “rómpase en caso de incendio”.
La relación con Estados Unidos es un tema que de ninguna manera pudo dejar fuera de su obra. Agustín Basave está consciente de que el vecino del norte causa pasiones encontradas, y que en definitiva a nadie le es indiferente. Una de las grandes diferencias está en la reacción ante las aspiraciones del prójimo, dice según le hace recordar su propia experiencia. En Estados Unidos, prosigue, se felicita al que quiere llegar a puestos altos, como el de presidente. En Latinoamérica, se hace gracia de tales pretensiones.
Es claro cuando manifiesta que el mexicano tiene que aprender a soñar dentro de un plano real y a trazar un proyecto que le encamine hacia su meta.
Políticos, nombres y esquizofrenias
Debido a que señalar individuo por individuo dentro de una sociedad se torna complicado, Agustín Basave se da a la tarea de ver que tan cerca están algunos aspirantes a la presidencia de los conceptos que maneja en su libro.
-Marcelo Ebrard…
-Tengo una buena impresión de Marcelo, creo que es un muy buen administrador público, no es el político que se distancia de los problemas concretos del lugar donde gobierna, conoce los problemas de la Ciudad de México, sabe cómo solucionarlos, tiene visión a largo plazo. Le falta carisma, no tiene el carisma de López Obrador… creo que no tiene muchos de esos vicios del mexicano, me parece una opción muy interesante.
-Enrique Peña Nieto…
- Es lo contrario (a Marcelo), es carismático pero no creo que tenga una comprensión clara de los problemas del país, ni cómo solucionarlos, ni una visión a largo plazo. Creo que es un hombre de mucha forma y poco fondo; es la impresión que me da. Tampoco me parece que sea lo peor del PRI, hay muchas cosas peores.
-Santiago Creel…
- Es a mi juicio un hombre que se equivocó cuando fue secretario de Gobernación, se desvió. Él venía de la sociedad civil, venía de buenas causas democráticas. Cometió un error, sobre todo en su relación con la ‘‘mediocracia’’, poderes fácticos. Hoy está haciendo todo lo que puede por redimirse; no sé si lo vaya a lograr… va cuesta arriba.
PARA SABER
Agustín Basave presenta “Mexicanidad y esquizofrenia” este miércoles primero de diciembre a las 19:30 horas. Estará acompañado por el escritor Ignacio Padilla.
EL INFORMADOR / ROBERTO MEDINA
“Los mexicanos tenemos una disociación mental”, afirma el que además de escritor, también es doctor en Política. En un lado del cerebro se conserva un código de ética que se ve bien, aunque no funciona; en otro, se tiene lo que se puede resumir en el clásico “el que no transa, no avanza”, y esa viene a tener el sector funcional. Al menos esa es la explicación con la cual Basave justifica el haber elegido el término “esquizofrenia” para aterrizar sus ideas respecto a la mexicanidad.
Afirma que el mexicano considera los principios morales como una piedra en el camino. Dicho en sus palabras, “no cree que se pueda ser honesto y a la vez exitoso”.
El libro, formado por 10 capítulos, va desde la capacidad de ilusionarse hasta la percepción ante el vecino del norte. Sobre las ideas y sueños entre las que el mexicano navega, asegura que hay una brecha demasiado grande entre del dicho y el hecho; es un mal que además de sufrirse dentro de la sociedad, se ha resentido de especial manera en la clase política: “Los legisladores mexicanos tienen una tradición muy larga de hacer leyes etéreas que están en la estratosfera jurídica, que no se pueden cumplir”. Este hecho lo lleva a decir, con toda la firmeza que el momento le permite, que la Constitución y las leyes de México están en una caja de cristal con una leyenda que dice “rómpase en caso de incendio”.
La relación con Estados Unidos es un tema que de ninguna manera pudo dejar fuera de su obra. Agustín Basave está consciente de que el vecino del norte causa pasiones encontradas, y que en definitiva a nadie le es indiferente. Una de las grandes diferencias está en la reacción ante las aspiraciones del prójimo, dice según le hace recordar su propia experiencia. En Estados Unidos, prosigue, se felicita al que quiere llegar a puestos altos, como el de presidente. En Latinoamérica, se hace gracia de tales pretensiones.
Es claro cuando manifiesta que el mexicano tiene que aprender a soñar dentro de un plano real y a trazar un proyecto que le encamine hacia su meta.
Políticos, nombres y esquizofrenias
Debido a que señalar individuo por individuo dentro de una sociedad se torna complicado, Agustín Basave se da a la tarea de ver que tan cerca están algunos aspirantes a la presidencia de los conceptos que maneja en su libro.
-Marcelo Ebrard…
-Tengo una buena impresión de Marcelo, creo que es un muy buen administrador público, no es el político que se distancia de los problemas concretos del lugar donde gobierna, conoce los problemas de la Ciudad de México, sabe cómo solucionarlos, tiene visión a largo plazo. Le falta carisma, no tiene el carisma de López Obrador… creo que no tiene muchos de esos vicios del mexicano, me parece una opción muy interesante.
-Enrique Peña Nieto…
- Es lo contrario (a Marcelo), es carismático pero no creo que tenga una comprensión clara de los problemas del país, ni cómo solucionarlos, ni una visión a largo plazo. Creo que es un hombre de mucha forma y poco fondo; es la impresión que me da. Tampoco me parece que sea lo peor del PRI, hay muchas cosas peores.
-Santiago Creel…
- Es a mi juicio un hombre que se equivocó cuando fue secretario de Gobernación, se desvió. Él venía de la sociedad civil, venía de buenas causas democráticas. Cometió un error, sobre todo en su relación con la ‘‘mediocracia’’, poderes fácticos. Hoy está haciendo todo lo que puede por redimirse; no sé si lo vaya a lograr… va cuesta arriba.
PARA SABER
Agustín Basave presenta “Mexicanidad y esquizofrenia” este miércoles primero de diciembre a las 19:30 horas. Estará acompañado por el escritor Ignacio Padilla.
EL INFORMADOR / ROBERTO MEDINA
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