Cultura

Agüeros de fin de año, tradición arraigada en AL

Una de las costumbres más comunes viene de España y consiste en comerse 12 uvas

BOGOTÁ, COLOMBIA (30/DIC/2014).- Espigas y flores amarillas, baños de hierbas y de champaña, vueltas a la manzana con una maleta, lentejas en el bolsillo, papas bajo la cama y el ritual de las 12 uvas: en buena parte de Latinoamérica, fin de año se festeja con arraigados agüeros.

Una de las costumbres más comunes viene de España y consiste en comerse 12 uvas con cada una de las 12 campanadas de la medianoche del 31 de diciembre, preferiblemente seis moradas y seis verdes.

"En mi familia hacemos paqueticos para que cada uno pueda pedir sus deseos", contó Tatiana Ariza, un ama de casa colombiana, aclarando que nadie debe enterarse de las peticiones "porque no se cumplen".

En Cuba, donde las uvas debieron ser olvidadas tras un período de escasez, la gente recorre el vecindario con una valija para propiciar viajes en el nuevo año, algo que cumplen religiosamente muchos latinoamericanos.

"En 2012 corrí cargando las maletas, pero viajé a Europa. Hice lo mismo en 2013, y me fui a Argentina, así que fijo lo hago este año", aseguró Carla Romero, una comunicadora organizacional de Quito.

Varios barren u ordenan su casa para librarse de energías negativas. En México, incluso lavan la entrada del hogar. Y en Uruguay y en Cuba la gente lanza cubos de agua por la ventana para limpiar todo lo malo.

En Rio de Janeiro, miles vestidos de blanco hacen sus ofrendas a Yemanjá, diosa del mar en la religión afrobrasileña del candomblé, lanzando en las playas rosas y gladiolos con anhelos de paz, amor y dinero.

"Los cambios de tiempo exigen ritos. Desde Centroamérica hasta la Patagonia, estos ritos heredados del paganismo, de la Antigua Roma, de los egipcios, combinados con tradiciones amerindias y de la cultura afro, marcan cada fin de año", explicó Fabián Sanabria, director del Instituto Colombiano de Antropología e Historia.

Según el experto, aunque las sociedades más secularizadas están menos apegadas a fetichismos, las incertidumbres del mundo contemporáneo hacen que cada vez más personas, de todo estrato social, apelen a la magia.

"Es el agosto de los astrólogos y de los horóscopos", agregó.

                  
Calzones para la pasión

                  
Los deseos de salud, dinero y amor se repiten por doquier, algo que el empresario colombiano Santiago Delgado supo monetizar con su "Agüero Box", que incluye todo para cumplir siete tradicionales cábalas de fin de año. Este diciembre, vendió unas 2.000 unidades a unos 13 dólares.

Como muestra del peso de la religión en estas fechas, la caja trae también el Salmo 91, junto con las tradicionales lentejas para la bonanza económica. Otros buscan la buena fortuna con tres monedas chinas atadas con una cinta roja, con dinero en el zapato y hasta con tres humildes papas.

"Yo acostumbro a tener tres papas: una que pelo totalmente, otra a la que le quito un poco el pellejo y una tercera que dejo intacta. Luego las meto bajo la cama y a las 12 de la noche saco una al azar. Si saco la que tiene toda la cáscara me va a ir bien, pero si saco la que pelé tendré un año difícil", dijo Víctor Carreño, un comerciante colombiano.

Las espigas de trigo, símbolo de prosperidad, se ven en adornos con otros granos o con imágenes de ángeles o de la Virgen de Guadalupe o la Milagrosa. "Esto asegura abundancia", afirmó Gloria Durán, que los vende en el barrio bogotano de Suba.

El amarillo, asociado con la felicidad y la amistad, dice presente en ramos de flores. Y en anteojos, camisetas y ropa interior femenina, que en Perú se compran por docenas. En Argentina, Brasil y Uruguay, sin embargo, los calzones para la suerte en el amor deben ser rosados, y en Colombia muchas los prefieren rojos, el color de la pasión.

Otra estrella de la temporada son los baños. En el mercado de Paloquemao en Bogotá, los yerbateros se afanan en armar atados de hierbas amargas y dulces para los enjuagues de purificación. Las favoritas son las caleñas y las siete albahacas, además de la ruda. En algunos casos, se sustituye el romero, el toronjil y la malva por champaña.

Según explica Andrea Morales, encargada de un local de plantas medicinales y productos esotéricos, hay que echarse la burbujeante bebida en el cuerpo y dejar que se seque para asegurarse dicha y éxitos.
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