Cultura
Academia Mexicana de la Lengua rinde homenaje al poeta Alí Chumacero
Gonzalo Celorio, Vicente Quirarte, Adolfo Castañón y Miguel Capistrán recordaron al vate nayarita
Colegas, amigos y familiares, se reunieron para recordar anécdotas y andanzas del considerado uno de los autores más importantes de la creación poética mexicana, así lo informó el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), mediante un comunicado.
El cronista y ensayista Gonzalo Celorio participó leyendo un texto en representación del escritor Arturo Azuela, quien se encuentra delicado de salud, en éste recuerda cuando solía ver a mediados de los años cincuenta a Alí Chumacero en la Plaza México, disfrutando de una corrida de toros.
"Te encontraba también en los restaurantes rodeado de Octavio Paz, Joaquín Diez Canedo, Abel Quezada y Jaime García Terrés, desafiando la cabellera blanca de Renato Leduc", mencionaba el texto.
El escritor Vicente Quirarte aseguró que para Chumacero, la verdad siempre fue una obsesión, "discreto más implacable, cuando alguien comenzaba a hacer uso de la palabra, miraba su reloj y apuntaba la hora en una tarjeta, al término de la intervención mostraba que lo esencial puede y debe ser puesto en pocas palabras".
Destacó que en ese apego a la brevedad y a la contención reside uno de los secretos de Alí Chumacero, "fue el más público de nuestros hombres de letras y paradójicamente el más secreto de nuestros poetas".
Quirarte dijo que el vate nayarita fue capaz de consolidar una obra tan breve, como imprescindible, tan dura como clara.
Por su parte el escritor Adolfo Castañón dio voz a "Alí Chumacero a Lápiz", texto en el que asegura que el nombre del poeta tiene un resplandor como si hubiera salido de las páginas de "Las mil y una noches".
"Descubrí por primera vez su nombre como firmante en numerosas publicaciones y después como devoto de San Prólogo, y responsable de ediciones de la Imprenta Universitaria y el Fondo de Cultura Económica" expresó.
Recordó el momento en que Chumacero, junto con Lepoldo Zea y José Luis Martínez, fundó la revista Tierra Nueva en 1944 y en cuyo primer número publicó su poema "De amorosa raíz".
"Alí vivía la poesía y la literatura no como un deber, sino como un descanso, una pausa, una diversión, un vagabundeo. Su pasión por las letras, en cuya cruz tipográfica supo clavarse jovialmente no le quitó nunca el buen gusto y el buen humor" agregó.
Miguel Capistrán recordó que Chumacero, en su faceta de bibliógrafo, era de la misma estirpe de quienes se dieron a la tarea interminable de preservar los testimonios impresos de quienes han ido creando al paso del tiempo el corpus de la literatura producida en estas tierras.
"Este Alí consagrado al oficio de editor y que era para él puro deleite, es al que más vivamente recuerdo como un hombre dadivoso con sus conocimientos, su tiempo y su impresionante y magnífica biblioteca que abría sin reparos a todo aquel que estuviera necesitado de consulta en libros raros escasamente conseguibles" mencionó.
Destacó que el poeta entregó su vida con pasión a la editorial Fondo de Cultura Económica.
"De su cabal conocimiento de las letras mexicanas del siglo pasado, Chumacero nos obsequió numerosas ediciones, destacamos esa vocación de amante de los libros que lo convertían en un obrero de las letras, como el mismo se auto designaba" concluyó.
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