Cultura
A explorar las facetas del amor
La compañía Stuart Pimsler Dance and Theater presentará mañana cuatro piezas coreográficas
El espectáculo, creado en 2007 y que llega a la ciudad gracias al apoyo por parte de la Coordinación de Artes Escénicas y Literatura de Cultura UDG, se compone de cuatro piezas coreográficas (en dos actos que divide un intermedio): Tales from de Book of Longing, Word Game, Islands y Ways to be Hold, en las cuales se persigue, además de producir emociones en el público, reflexionar acerca de problemas sociales, como la marginación y la desvinculación en las relaciones.
Trasfondo platónico
Integrada por un grupo de artistas y diseñadores que colaboran para hacer lo que denominan como “teatro para el corazón y la mente”, esta compañía estadounidense —con más de tres décadas de trayectoria— planeó desde hace un año este curso con profesionales de hospitales en la ciudad, a fin de —indica Pimsler— “trabajar con la comunidad de profesionales de la salud para encontrar formas de expresión y apoyo” que sirvan de apoyo en su labor.
“En nuestro trabajo”, establece el director de escena, “buscamos no la admiración de una audiencia, sino que se identifiquen con una idea que se vincule al mundo en que viven; esto es, relaciones o eventos incluso plíticos, que tengan sentido para sus vidas, que las sientan. Así, en este espectáculo hay una pregunta central que proviene de Platón que, en El banquete, dice que el amor es desear algo que no poseemos y se pregunta si, al obtenerlo, no dejaremos de desearlo; todos quizá queremos estar con alguien pero, al conectar con ese alguien, ¿seguimos ahí? ¿por cuánto? Esa es la pregunta esencial”.
El teatro del movimiento
En palabras del artista, ante la imposibilidad de conocer la reacción de un público, “pensamos que la mejor manera de referirnos al amor era presentar un espectro más o menos completo de lo que podría pasar cuando consideramos el sentimiento; a veces es un proceso doloroso y, otras veces, es ridículo. Creo que cuando pensamos las emociones y cómo las percibimos, las respuestas pueden ser muy parecidas en cualquier parte del mundo; lo que importa es sentir, no importa quién seas o en qué parte del mundo estés”.
Así, la idea de “teatro para el corazón y la mente”, asegura la artista Suzanne Costello, se interesa no sólo en “provocar emociones, sino también que haga reflexionar acerca de aquello a lo que nos aproximamos, sin que sea objetivo, pero que es algo personal que puede comunicarse para que las personas se emocionen a su manera”.
De este modo, añade Costello, la compañía se distingue por hacer “teatro del movimiento”, pues combinan las tradiciones de danza y teatro, “aunque utilizamos lo que es necesario para lo que buscamos, sean palabras u objetos; de alguna manera, nos encontramos en medio de estas dos disciplinas pues fusionamos ambos lenguajes. No nos interesa despertar extrañeza y sabemos que cada público reacciona distinto, la cuestión es conectar con la audiencia”.
El trabajo escénico de compañía Stuart Pimsler Dance and Theater vincula su labor escénica con los talleres de preparación para quienes trabajan en el cuidado de víctimas y enfermos, a través del arte; es una práctica en la que fueron pioneros hace 22 años, pero que hoy día es global. Aquí, las técnicas y métodos se enfocan en un acercamiento holístico que, afirma Costello, “se acerca más a la persona y no a la enfermedad”.
Su interés, detalla Pimsler, “es que quien trabaja con nosotros asimile que cada persona con la que entran en contacto es una historia, que la individualidad es compleja y un ser humano no es una categoría o palabra, sino una persona particular que se diferencia de los otros”
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