Cultura
¿A dónde fuiste, Monsi?
Holtz recuerda al cronista como el máximo intelectual que ha tenido el país en el último siglo: “Elevó la cultura popular al mismo nivel que la alta cultura”
GUADALAJARA, JALISCO (28/NOV/10).- Cuando uno hojea el libro ¿A dónde vais, Monsiváis?, se le vienen a la mente las imágenes de un “De Efe” que sale en las películas de ficheras que adornan las postales de México; hojearlo es querer estar en la Casa Azul de Coyoacán, saborear una nieve de la Portales, tomar un café en la vieja colonia Roma, pasear de la mano mientras se le da la vuelta a la fuente de los Cibeles; es ese “De Efe” del que nunca se cansó de escribir Carlos Monsiváis, el cronista que apenas hace unos meses dejó de escribir.
Hojear ¿A dónde vais, Monsiváis? es visitar el Distrito Federal sin comprar boleto, una ciudad que se condensa en 360 páginas. Y para hablar del libro que le han hecho sus amigos a Monsiváis en homenaje, la autora Déborah Holtz toma la palabra: “Quizá no haya en México un intelectual como él. Carlos era un hombre que elevaba las causas: puso la cultura popular al mismo nivel que la alta cultura”.
¿A dónde vais, Monsiváis?, editado por Grijalbo, es un libro que el mismo Carlos revisó antes de morir; sólo le faltó verlo encuadernado: “Una anécdota que te puedo contar es que, cuando él me autorizó el texto, esa misma tarde él estaba autorizando su último libro, Apocalipstick. Me duele que no lo haya podido ver: estoy segura de que le hubiera encantado”.
El libro, que se presenta hoy a las 18:00 horas, es la guía del DF a través de los ojos de Carlos Monsiváis. Además de ver fotografías de los lugares que frecuentaba el cronista, también hay textos de algunos de sus amigos: Fabrizio Mejía Madrid, Porfirio Muñoz Ledo, Jenaro Villamil y Rafael Pérez Gay, entre otros personajes del mundo intelectual del México contemporáneo. En las páginas hay anécdotas de cómo lo conocieron, sus gustos y manías; sus miedos, sus enredos, sus luchas. Monsiváis, se afirma en algún momento, era un rebelde con demasiadas causas.
“En el libro, además, vas a encontrar gatitos con una burbuja pensante, y los extractos que leas son de una autobiografía que él escribió cuando tenía 28 años; sí, a los 28… Es increíble que a los 30 años él ya era un icono”, dice Holtz, una de las editoras de ¿A dónde vais, Monsiváis?
Y en las páginas está el pensamiento de ese hombre, los retazos de Monsiváis, esa manera de ver el mundo y poder escribirlo en consonancia con su originalidad. Carlos escribía lo mismo del Metro que del estadio Azteca; del viacrucis de Iztapalapa, del cual dijo que era “el último, genuino, avasallador teatro de masas que queda en la república mexicana”, como del California Dancing Club, del que afirmaba: “Ésa es la onda; el baile con faje no es algo distinto del sexo, tal vez menos jadeos y menos teatro, quizá menos espectadores a la hora del triunfo”.
Monsiváis ya no está, pero ¿A dónde vais…? ofrece una mirada a su “De Efe”, para que los demás lo recuerden mientras se le emparejan.
FICHA
Presentación de ¿A dónde vais, Monsiváis? / Hoy, 18:00 horas / Salón Agustín Yáñez
Hojear ¿A dónde vais, Monsiváis? es visitar el Distrito Federal sin comprar boleto, una ciudad que se condensa en 360 páginas. Y para hablar del libro que le han hecho sus amigos a Monsiváis en homenaje, la autora Déborah Holtz toma la palabra: “Quizá no haya en México un intelectual como él. Carlos era un hombre que elevaba las causas: puso la cultura popular al mismo nivel que la alta cultura”.
¿A dónde vais, Monsiváis?, editado por Grijalbo, es un libro que el mismo Carlos revisó antes de morir; sólo le faltó verlo encuadernado: “Una anécdota que te puedo contar es que, cuando él me autorizó el texto, esa misma tarde él estaba autorizando su último libro, Apocalipstick. Me duele que no lo haya podido ver: estoy segura de que le hubiera encantado”.
El libro, que se presenta hoy a las 18:00 horas, es la guía del DF a través de los ojos de Carlos Monsiváis. Además de ver fotografías de los lugares que frecuentaba el cronista, también hay textos de algunos de sus amigos: Fabrizio Mejía Madrid, Porfirio Muñoz Ledo, Jenaro Villamil y Rafael Pérez Gay, entre otros personajes del mundo intelectual del México contemporáneo. En las páginas hay anécdotas de cómo lo conocieron, sus gustos y manías; sus miedos, sus enredos, sus luchas. Monsiváis, se afirma en algún momento, era un rebelde con demasiadas causas.
“En el libro, además, vas a encontrar gatitos con una burbuja pensante, y los extractos que leas son de una autobiografía que él escribió cuando tenía 28 años; sí, a los 28… Es increíble que a los 30 años él ya era un icono”, dice Holtz, una de las editoras de ¿A dónde vais, Monsiváis?
Y en las páginas está el pensamiento de ese hombre, los retazos de Monsiváis, esa manera de ver el mundo y poder escribirlo en consonancia con su originalidad. Carlos escribía lo mismo del Metro que del estadio Azteca; del viacrucis de Iztapalapa, del cual dijo que era “el último, genuino, avasallador teatro de masas que queda en la república mexicana”, como del California Dancing Club, del que afirmaba: “Ésa es la onda; el baile con faje no es algo distinto del sexo, tal vez menos jadeos y menos teatro, quizá menos espectadores a la hora del triunfo”.
Monsiváis ya no está, pero ¿A dónde vais…? ofrece una mirada a su “De Efe”, para que los demás lo recuerden mientras se le emparejan.
FICHA
Presentación de ¿A dónde vais, Monsiváis? / Hoy, 18:00 horas / Salón Agustín Yáñez
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