Cultura

A Ray Bradbury el cine no le hizo justicia

Solo la película Fahrenheit 451, de François Truffaut, puede ser más o menos meritoria de llevar el sello de su autor literario

MADRID, ESPAÑA (06/JUN/2012).- La ciencia ficción intelectual que Ray Bradbury escribió en papel fue, en cambio, desaprovechada en el cine, con excepciones como "Fahrenheit 451" o su cameo en "Rich and Famous", de Cukor, aunque en televisión encontró un hueco en "The Ray Bradbury Theatre", serie que estuvo siete años al aire.

La muerte de Bradbury deja un impresionante legado literario, pero, curiosamente, como otros grandes escritores -desde Marcel Proust a Philip Roth-, no ha sido un escritor al que se le haya hecho justicia en el mundo del cine.

Solo la película "Fahrenheit 451", de François Truffaut, puede ser más o menos meritoria de llevar el sello de su autor literario, si bien no se encuentra entre las mejores obras de un director que, cambió su lengua madre (el francés por el inglés) y se acercó a un género a priori antitético a su universo.

El filme, de tibia acogida en su día, hoy luce algo anticuado, aunque retiene parte de las fascinación distópica del libro y su denuncia de la analfabetización como arma de poder es más vigente que nunca, además de ganar con las presencias de Julie Christie y Oskar Werner. Por ello, con todo, es la más recordada de sus adaptaciones.

Un Jack Clayton en horas bajas -lejos quedaban títulos maestros como "The Turn of the Screw" o "Room at the Top"- fue contratado por la factoría Disney para llevar a buen puerto la adaptación "Something Wicked This Way Comes", con guión firmado por el propio Bradbury.

Pero lo que Clayton había conseguido con Henry James y su "Otra vuelta de tuerca" o con Scott Fitzgerald en "The Great Gatsby" no se repitió en aquella historia del lado oscuro de una compañía de comediantes protagonizada por Jason Robards, Jonathan Pryce y Diane Ladd. El toque Disney no acabó de cuajar en el universo Bradbury.

En 1969, Rod Steiger, en el mejor momento de su carrera, con su Óscar por "In the Heat of the Night" todavía reciente, protagonizó junto a Claire Bloom "The Ilustrated Man", dirigida por Jack Smight que pasó sin pena ni gloria en su intento de fundir los distintos relatos que tenía el libro de Bradbury.

Lo mismo sucedió con "The Martian Chronicles", hito en la carrera del autor que en versión mini-serie y con un actor como Rock Hudson en el reparto, corrió la misma suerte que casi todos los productos audiovisuales ambientados en Marte: sucumbió a la maldición que las llevaba irremisiblemente a la mediocridad.

En la pequeña pantalla, en cambio, Bradbury encontró un territorio más agradecido para su material. No solo inspiró un capítulo de la serie "Alfred Htichcok presents" con su relato "The Jar", sino que entre 1985 y 1992 se emitió con éxito "The Ray Bradbury Theatre".

El sello de Bradbury, implicado en mayor o menor medida en el guión y la producción de cada episodio, se vio correctamente interpretado en el panorama audiovisual, con actores de renombre como Peter O'Toole, Jeff Goldblum, Harold Gould o Michael Ironside en algunos capítulos y dos nominaciones a los premios Emmy.

Pero su mala suerte en el cine volvió en 2005, cuando Peter Hyams adaptó un relato corto suyo en el filme "A Sound of Thunder", con Edward Burns, Catherine McCormack y Ben Kingsley.

El realizador, especialista en títulos de ciencia ficción a finales de los setenta y principio de los ochenta con "Capricor One" y "Outland", no hizo sino confirmar que no se había adaptado a los tiempos.

Curiosamente, Bradbury había trabajado como argumentista en Hollywood antes de convertirse en un autor de éxito, adaptando a otros escritores como hizo con Herman Menville en el "Moby Dick" de John Houston. Y quizá su mejor película no fue la que se basó en un material suyo, sino la que contó con él en un cameo.

El director de las mujeres, George Cukor, se despidió del cine con filme lleno de esmero y delicadeza, "Rich and Famous", que, en su trama de encuentros y desencuentros entre Jacqueline Bisset y Candice Bergen, había hueco para una fiesta de escritores en la que estaba... Ray Bradbury en persona.
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