La violencia contra las mujeres en México va al alza. En los primeros 90 días de 2022, 862 mujeres fueron asesinadas, y sólo en 234 casos (27%) se calificó como feminicidio, según los datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.Los expertos coinciden en que erradicar la violencia contra las mujeres es un proceso que puede demorar años. No obstante, se puede acelerar el proceso con castigos más severos a los agresores, apoyando de inmediato a las mujeres que sientan en riesgo su integridad y, sobre todo, reforzando la seguridad en todos los puntos de riesgo, empezando por el entorno familiar."Estamos hablando que por años, décadas, nos acostumbramos a vivir en esta cultura machista y patriarcal muy mexicana. Todos, incluso nosotras, crecimos normalizando agresiones y violencia en las que vivimos; que no podemos salir solas, que no podemos confiar en ningún amigo hombre, que no podemos estar solas en un bar, que no podemos caminar solas por las calles… lo que para los hombres no representa ningún riesgo, para nosotras es todo lo contrario", señaló Carmela Orozco, académica de la UNAM, socióloga y feminista."Si bien ahora nos estamos dando cuenta que todo eso está mal, que no es correcto ni equitativo, nos va a tomar otros 30 años cambiar el chip a los niños y jóvenes, a que entiendan que las calles, los bares, las escuelas y todos los lugares a los que vamos deben y pueden ser seguros para nosotras, porque resulta que no podemos salir tarde de una fiesta porque nos desaparecen, como a la chica en Monterrey; que no podemos tomar una bebida en un tardeada porque nos matan, como la joven del bar de la Doctores, que no podemos separarnos de un hombre poderoso, porque nos mandan matar", expuso.Para Renata Martínez, socióloga por la UNAM y feminista, la falta de protocolos efectivos es un delito que golpea a diario al país y refleja lo malo de la situación. "Estamos tan mal que a pesar de las cifras tan escandalosas de chicas que desaparecen frecuentemente, y con toda la tecnología que se cuenta actualmente, ni siquiera existen protocolos que permiten una búsqueda rápida, un rescate; las familias, los policías y los gobernantes no saben qué hacer y para cuando reaccionan, lamentablemente, ya es demasiado tarde", dijo.Neil Arias Vitinio, abogada del Centro de Defensa de Derechos Humanos de la Montaña, Tlachinollan, aseveró que los feminicidios persisten por la impunidad, sobre todo en regiones rurales e indígenas, donde los crímenes simplemente no se investigan. "Los ministerios públicos inician las carpetas, pero no las procesan, las archivan", un resultado de laboratorio tarda hasta seis meses para tenerlo y la policía deja a la familia de las víctimas el trabajo de investigación y recolección de pruebas.Todo esto da como resultado que los asesinatos y feminicidios queden impunes, "el que mata no tiene ninguna consecuencia". Al respecto, Imelda Marrufo Nava, abogada feminista y titular de la Red Mesa de Mujeres en Ciudad Juárez, refirió que los más recientes casos de feminicidios dejan claras las negligencias que se cometen en las investigaciones, y que llevan a las familias a buscar peritajes independientes para poder obtener justicia."Un cuestionamiento muy importante son las malas investigaciones que se han hecho. Este tema de que las familias atienden lo que los ministerios públicos recomiendan, pero que a fin de cuentas no hay un buen trabajo de investigación, que tiene que ver con negligencias en la investigación", subrayó.Marina Reyna Aguilar, coordinadora de la Asociación Guerrerense contra la Violencia hacia las Mujeres, destacó que a las autoridades estatales les preocupa más presumir cifras bajas de feminicidios que trabajar para prevenir los asesinatos de mujeres. "Resulta que cada vez las autoridades presumen que los feminicidios van disminuyendo, eso es falso, eso es una manipulación de los datos. ¿Por qué no los tipifican? La fiscalía no debe estar más preocupada por cuidar la imagen del Estado, se trata de cuidar la vida de las mujeres", explicó.Christian Ascencio, sociólogo y académico de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, opinó que el problema persiste porque la violencia prevalece en el ámbito sociocultural. "Hay mucha impunidad no sólo en términos legales sino en la vida cotidiana, es algo que lo asimilamos como algo que forma parte de nuestras relaciones cotidianas, las violencias. Eso no permite detectar esas formas de violencia", expresó.El académico indicó que hay investigaciones que refieren que el feminicidio debe ser considerado como un equivalente del terrorismo, por el impacto que tiene en la sociedad y las mujeres se sienten vulneradas en su seguridad, en su sensación de tranquilidad y cuestionan a las autoridades si las están protegiendo.Es una lista incompleta. Es una lista que no terminará de ser llenada. No son cifras, no son datos. Son mujeres, amigas, madres, estudiantes, que perdieron la vida y a las que todavía no se les da justicia.FS