Tecnología | Megaman 2, el videojuego de los 80 que puso a prueba la originalidad de una generación Robots asesinos y estrés genuino de la vieja escuela Megaman 2, el videojuego de los 80 que puso a prueba la originalidad legítima de una generación Por: EL INFORMADOR 17 de mayo de 2014 - 12:46 hs Aunque la portada era horrible, la magia de Megaman 2 llama a seguir la pista del robotito azul de Capcom. ESPECIAL / GUADALAJARA, JALISCO (17/MAY/2014).- Liberé endorfinas cuando derroté por primera vez a Quick Man. Lo hice explotar cuando quedaba apenas "un respiro" en mi barra de energía, y defendiéndome apretando el botón B. Pero la palabra triunfo (y de paso la palabra Quick, asistido por el buen Larousse) la conocí antes de eso: cuando llegué a las cortinas metálicas que anunciaban mi próximo encuentro con él, y el fin de su abusivo escenario. Fue un martirio. La fórmula de avanzar y derrotar a los enemigos que vas encontrando no representa mucho problema, pero eventualmente llegas a una zona donde debes caer al precipicio y esquivar unos lásers que salen de los lados, y cuyo ligero roce significa la muerte inmediata. Una vida. Dos. Incontables vidas perdidas en esos rayos mortales. El pobre Megaman estallaba una y otra vez, y mi sentimiento de frustración crecía a cada intento en el que fallaba. Pero el pleito ya era personal. Por eso la victoria fue tan deliciosa. Llegó. A la enésima ocasión, pero llegó. Finalmente burlé todos los lásers y me planté al final del escenario para reclamarle a Quick Man con mi cañón de plasma. Me mató. Aventé el control. Pero ya había encontrado una estrategia, y me prometí que con ella lograría vencerlo... la siguiente vez que lo tuviera en mis manos, porque ya era domingo en la noche y el lunes tempranito debía regresarlo a VideoVisa, de donde lo renté el sábado. La señora que atendía el establecimiento ya sabía que elegiría el del "robotito" azul. Era ese y ya. A veces, para variar, elegía Lolo o Mario Bros 3. Pero sólo cuando alguien más ya había tomado la única copia de Megaman 2 en el sitio. Nunca lo terminé. Acaso alcancé a llegar al dragón gigante de la segunda escena del Doctor Willy, y éste me tiraba al vacío con una facilidad impresionante. Estoy seguro que se reía de mí, pero no pude comprobarlo. Sin embargo, vencí a Quick Man y a los otros siete robots. Detoné sus propias armas en su contra. Ese fue mi primer gran logro a los siete u ocho años, y pasando el rato con él aprendí, de paso, qué significaba Wood Man, Bubble Man o Crash Man. Las clases de inglés que siguieron al autodidactismo brindado por los videojuegos ya fueron un mero trámite. Capcom y su genialidad de finales de los 80 marcó un hito. También la dificultad de sus juegos. Pero la fórmula de elegir al rival con el cual pelear, atravesar su escenario y robar su arma al vencerlo, eran prueba de una originalidad legítima, sobre todo en fechas en las que el videojuego plataformero era un émulo de Mario o de Contra. Y aunque las portadas de sus juegos eran horribles (al menos las dos primeras), la magia que hay en toda la experiencia de juego, incluidas sus buenísimas piezas musicales, llaman a seguir la pista del robotito azul que conocí en VideoVisa. EL INFORMADOR / ISAACK DE LOZA Temas Tecnología Videojuegos Nintendo Lee También Chat GPT: Medios demandan a OpenAI por presunta infracción de derechos de autor WhatsApp: Así puedes activar el modo no molestar y evitar las notificaciones Mujeres seguras, apps de protección para las mujeres en México Huawei lanza el Mate 70, su primer "smartphone" con sistema operativo propio Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones